Otro aporte al tema de la sinceridad, y del corazón engañoso ... de los hombres naturales... ¿solamente?
Hola hermano Oso:
Estaba pensando en la cantidad de personas que leen en el foro y que no participan. Aquellos que sedientos y hambrientos del alimento espiritual, y gracias al Internet desde sus casas pueden encontrar algo que les haga sentir un poco de la palabra de otros hombres que conocen y comparten en el foro. Entre algunos estamos nosotros, que dejamos algunas frases o pensamientos referentes al evangelio. Lo que me hizo meditar es ¿cómo los estamos participando?
Esas personas – hombres naturales – que no asisten a ninguna iglesia, están meditando sobre sus vidas y a la verdad del tiempo que pasa en la tierra, les gustaría tener un cambio, o la forma de saber y conocer al Salvador… que usted conoce y yo conozco.
¿Pero sabe una cosa? Me preocupa que lo que se esté diciendo les sea “de piedra de tropiezo”. Porque usted enseña que el hombre natural – “nunca podrá ser sincero ante el Señor” – “que el hombre natural es mentiroso, diabólico y caído… y que nunca tendrá un corazón sincero”. “Que el hombre natural, (ya que no es redimido) difícilmente pueda orar con sinceridad para ser escuchado por el Grande y Supremo Jesucristo”.
Y éste es el temor de lo que se enseña, de que alguna persona “en su estado natural, y que esté buscando acercarse, lea lo que usted pone en los mensajes: de que muy difícilmente por no decir nunca…el Señor no lo escuchará porque sencillamente es… un mentiroso en su intención de buscarlo a Él. Esa persona al leer lo que usted dice, basado en las escrituras, según así las utiliza, dirá: “para qué esforzarme si no seré escuchado…” o “que sentido tiene, si estoy lleno de pecados, buscar allegarme el Salvador, si mi condición de caído y mentiroso, hará que mis ruegos sinceros de cambiar – nos serán escuchados”
Otra cosa que usted enseña, es que el redimido, aquel que aceptó al Salvador, sí tiene un corazón sincero. Y tiene razón. El aceptar a Cristo nos favorece en saber que hemos superado el estado caído (que entró por Adán) y nos abre la puerta al conocimiento testificado por el Espíritu Santo.
Pero quiero alentar a los que están buscando al Señor, que su promesa alcanza a todos, aún a lo que están llenos de pecados – como yo – porque Jesús ama al pecador y quiere que haga los convenios porque sabe que es la manera de salir del estado natural y ser redimido con su expiación.
“…Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón…” (1 Samuel 16:7)
Hay esperanzas… Jesucristo nos conoce a TODOS y tiene preparado el tiempo y el lugar para que estemos listos a escuchar el mensaje del evangelio.
Quero compartir con usted, hermano Oso, algunas enseñanzas de la Biblia, de que aún siendo un redimido o elegido por el Señor, puede que tenga - y las escrituras confirman - el corazón, algunas veces (de los redimidos) ¡engañoso!
Hay muchos ejemplos sobre el tema, pero me alcanza con dos:
1º) Uno de los grandes siervos del Señor, en la antigüedad, que poseía además del amor de Jehová, un gran poder y bendición de lo Alto, cometió por tener un corazón engañoso, pecados que Jehová detestó.
Con el relato de las Escrituras, puedo discernir que éste sirvo tenía lo siguiente:
a) Un corazón codicioso.
b) Un corazón adúltero.
c) Un corazón presto a cubrir un pecado con un acto cubierto de verdad.
d) Un corazón diabólico para armar un ardid pecaminoso
Cabe ahora explicarlo, pero ante debo decir la identidad de siervo, que llegó a ser rey de Israel. Fue el profeta David. Y el siguiente relato que se encuentra en 2º Samuel capítulo 11, me permite refrendar lo que quiero decirle en cuanto al corazón engañoso que no solo es patrimonio de los hombres naturales.
¿Por qué un corazón codicioso?
En el relato de cómo David conoce a Betsabé, desarrolla el pecado de la codicia, al verla desde el techo de su casa, y manda a sus mensajeros a invitarla a sus aposentos para que “duerma con él”.
¿Por qué un corazón adultero?
Tal acto llevó consigo al adulterio y hace adulterar a Betsabé, ya que ella era casada. Norma por el cual ningún hombre podía tomar mujer casada.
Betsabé le informa que estaba embarazada. Noticia que mueve a David a preparar una artimaña, para que caiga la simiente dada por él, en su verdadero esposo, llamado Urías.
¿Por qué un corazón presto a cubrir un pecado con un acto cubierto de verdad?
Porque si realmente David lograba que Urías (uno de los jefes del ejército de David) fuera a dormir a su hogar y se “acostara” con su mujer Betsabé, tal el embarazo recaería sobre el esposo y no por el acto del adulterio. Quedando así un hijo (ilegítimo) como engendrado por el par de esposos fielmente constituido.
¿Por qué un corazón diabólico para armar un ardid pecaminoso (asesinato)?
Hoy en lo penal dicho plan se llama “actor intelectual”. Como el pecado de la concepción adúltera estaba cometido, ideó el plan de que Urías fuera puesto en las primeras filas de la lucha para que las armas enemigas lo mataran. Y ocurrió que la muerte de Urías llegara.
Después del luto de Betsabé, David la tomó como esposa.
Dice al final al final de capítulo 11 “…Más esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová…”
Como puede observar hermano Oso, y si siguió atentamente la lectura, las escrituras de la Biblia nos enseña que un siervo de Jehová, el más amado, el que más favores y respaldo que recibió de Jehová, en un acto cometió varios pecados, aún el más cuidado por Jehová “derramar sangre inocente”.
David lleva a cuesta el pecado mayor, que es matar o mandar a matar. Pero es para el Juicio de Dios.
Este acto de David ¿Lo desafectó de su llamamiento y de continuar en su reinado?
De ninguna manera, ya que David deberá pasar por los estrados del juicio y rendir ante Dios por sus pecados, cosa que TODO hombre deberá rendir.
Y es importante retener que aún bajo un llamamiento del Señor, bajo los convenios y ordenanzas, siendo un sacerdote, puede continuar si el Señor lo desea en su llamamiento, tal como lo fue David. Lo que ocurre que en comparación con el hombre natural, el pecado cometido por uno que recibió la luz del Evangelio, su condena es mayor por pecó con el conocimiento, por lo tanto está bajo la ley.
Es distinto el hombre natural que pecó sin saber de la ley (refiriéndome a las altas leyes del Señor) y su estado será tenido mas en cuanta que por aquel que pecó como el rey David.
Como verá hermano Oso, que el hombre natural no es el único que posee un corazón engañoso y no sincero, sino que algunos siervos mayores, por así llamarlo, pueden y tienen también un corazón perverso.
Ayudemos entonces a entender a los hombres naturales que sí se pueden acercar al Señor, porque los espera ansiosamente, ya que el hombre natural es el que “puede abrir la puerta cuando el Señor llama a su corazón”. Ahora del ánimo que dicho hombre le abra el corazón al Señor, no es de su juicio, sino del Juez de Jueces.
Un abrazo hermano Oso.
En otra entrada pondré el ejemplo faltante.