Re: Vida Cristiana
“¡Crecimiento sobrenatural de las Iglesias cristianas en toda la Nación!” – se lee en un encabezado de un boletín “cristiano”, que circula por nuestro país. De entrada, ya la expresión: “las iglesias cristianas” nos dice mucho, pues en dado caso, debería decir: “de la Iglesia cristiana”.
Sigue diciendo el boletín: “La visión es involucrar a 20 mil congregaciones en toda la República, que puedan abrir sus hogares para la estrategia del proyecto llamado: <Operación Mateo> en donde millones de recién convertidos (se espera que sean 3,600,000, aprox.), estén bajo el amparo de un líder capacitado."
¡Wow!, ¡que fantástico suena esto!, (para muchos) ¿verdad?
Muchos cristianos tenemos una idea bien arraigada en nuestras mentes de que esto es el cumplimiento profético de los “últimos tiempos”, con notas como estas lo único que hacemos es confirmar dichas profecías, ¿no es así?, y esto nos puede confundir si no comprendemos qué es lo que realmente está sucediendo a nuestro alrededor.
Estadios llenos, auditorios a reventar, eventos masivos y multitudinarios, congregaciones de miles de fieles, Mega iglesias lujosas y ostentosas, .........¡los cristianos se cuentan en miles y miles!, ¡que noticia tan bárbara! “Los medios de comunicación se abren al evangelio!”
No es de extrañarnos que en los diarios seculares se publiquen encabezados como el siguiente: “¡La religión cristiana está superando al catolicismo romano en México!”
Hoy en día está de moda la llamada “religión cristiana”, ya casi todo mundo es cristiano. Ya casi todo mundo asiste a una Iglesia cristiana los domingos, como ejemplos tenemos a la llamada: “Iglesia Universal del Reino de Dios”, del “magnate cristiano” Edir Macedo Bezerra, cuya sede y “cobertura” está en Brasil, (y cuyos lemas más conocidos son: “Pare de sufrir” y “Oración fuerte al Espíritu Santo”) tiene más de 100 “templos” de lujo en el país, liderados por el obispo Pablo Roberto, y con más de 2 millones de fieles en todo México (y va en aumento). Y con una “entrada” global, de más de 1,100 millones de dólares al año (según la revista brasileña “Veja”, en 2000). (Información tomada de: “La Revista”, publicación del 29 Nov.2004)
O la llamada “Iglesia cristiana La luz del mundo”, del apóstol Samuel Joaquín, con sede en Guadalajara, con una “sucursal” en casi cada ciudad importante de cada Estado de la República, y cuyos miembros se cuentan también en miles.
También encontramos los ministerios de tele-evangelistas famosos (sobre todo los norteamericanos) como: Paul Crouch y esposa, Oral Roberts, Benny Hinn, Joyce Meyer, Rodney Howard Browne, Kenneth Copeland, cuyos púlpitos son la televisión (por medio de la cadena televisiva cristiana más grande del mundo, TBN y su red en Latinoamérica TBN Enlace, que se transmite prácticamente a todo el mundo).
“¡Millones de tele-espectadores reciben el evangelio en todo el mundo!” –se nos dice con bombos y platillos. “No cabe duda que vivimos la cosecha de almas más grande de toda la historia de la humanidad.” – dicen estos tele evangelistas, con presunción.
¿Pero es que acaso esto no es Bíblico? Pero la Biblia habla de un evangelismo mundial, ¿o no?, dice que la “mies es mucha y los obreros pocos.” Y que el evangelio tiene que ser predicado en todo el mundo, antes del fin, ¿y entonces?
Al ver todo esto, pareciera que efectivamente nos encontramos frente a un MEGA evangelismo mundial. Así que sería muy importante ver qué nos dice la Biblia acerca de estos últimos tiempos, en donde se desbordarán los ríos de gente, para venir en busca del Señor. Aunque....., deberíamos preguntarnos: ¿será que efectivamente esos ríos de miles y miles de personas, vienen en busca del Señor? ¿será que en verdad se está predicando el evangelio de Cristo?, ¿o qué evangelio se está predicando?, ¿será que estamos ante la cosecha más grande de almas de toda la historia?
De entrada, y como un ejemplo de lo que nos dice la Biblia, citaremos estas palabras del apóstol Pablo a Timoteo (2ª. Timoteo 4:3):
“Porque vendrá el tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”
En la Biblia versión “Dios habla hoy”, este mismo pasaje se lee así:
“Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; queriendo oír, más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que solo les enseñen lo que ellos quieran oír. 4Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos de hombres.”
En la versión “Reina-Valera” estas palabras son muy elocuentes: “tendrán comezón de oír, y se amontonarán maestros” ¿De qué nos hablan estas palabras del apóstol? ¿Acaso no lo que comenzamos a ver, encaja perfectamente en estas palabras? Pues bien, esto se está cumpliendo ante nuestros ojos.
Y volvamos a hacer la misma pregunta: ¿será que esos miles que tienen comezón de oír, vienen en busca del Señor, para oír su palabra?
La respuesta nos la dice el mismo apóstol:
“se buscarán un montón de maestros que solo les enseñen lo que ellos quieran oír. Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos de hombres.”
Veamos ahora algunos otros pasajes, que nos hablan respecto a esa cosecha abundante. Ya desde el tiempo en que el Señor Jesús caminó aquí en la tierra, miles de personas le seguían, pero es muy interesante ver que no todos esos miles en verdad le buscaban a él. ¿Será que hoy esto es diferente?
La Biblia habla de que son muchos los llamados, y pocos los elegidos (Mt.22:14). Habla de un pequeño remanente (Ro.11:5), y también nos habla de dos caminos, uno ancho y otro angosto (Mt. 7:13). Esto ya de entrada nos dice mucho, choca contra aquella idea de multitudes, y sobre todo, nos lleva a algo personal.
Veamos estas palabras del Señor, en Lucas 13:22
"Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén. 23Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: 24Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. 25Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. 26Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 27Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. 28Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. 29Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. 30Y he aquí, hay postreros que serán primeros, y primeros que serán postreros.”
Además de que, si nos apegamos a la escritura, la Biblia habla de “frutos”. Los hijos de Dios se reconocen por sus frutos de vida, y esto no significa otra cosa más que un “cambio radical de vida”, vidas transformadas. Así que, si ese evangelismo mundial fuera cierto, de hecho la humanidad ya debería de ser otra. Si las estadísticas que se nos presentan fueran ciertas (miles y millones convertidos diariamente), el mundo, a estas alturas de la cosecha, ya debería ser el mismísimo Edén celestial.
Y lo único cierto es que esto, tristemente NO es así. Así que algo está sucediendo, algo anda mal con toda esa información. Algo pasa con ese “evangelismo mundial”, que se está predicando, y con esa multitud que supuestamente se está convirtiendo.
Así que estamos en ese dilema, ¿a quién le creemos?, mientras por un lado leemos o vemos por televisión todas esas noticias falaces, por su parte el Señor es claro en su palabra y nos dice:
“se buscarán un montón de maestros que solo les enseñen lo que ellos quieran oír. Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos de hombres.”
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:1-5)
Que Dios les bendiga!
