A los 55 años murió el saxofonista Willy Crook, maestro del funk: tocó con Charly García y Los Redondos
Lo confirmó la agente de prensa del músico. Había sufrido un ACV y estaba internado en coma farmacológico. Su camino, su legado. También fue plomero y empleados de limpieza en una morgue.
MARCELO FERNANDEZ BITAR
27/06/2021 15:17/ Actualizado al 10/08/2021 22:09
Fue
el desenlace tan temido, el único más trágico, y peor, que la noticia que conmocionó a músicos y fans hace casi 20 días, cuando se supo que
Willy Crook había sufrido un ACV.
Murió este domingo, a los 55 años.
¡Justo él! Willy, el querido Willy, el extrañable saxofonista de los Redonditos de Ricota, el impulsor del funk en Argentina con sus populares Funky Torinos,
el hombre del eterno juego de palabras en su boca, el hombre de la sonrisa franca, el cinismo y la picardía permanente.
Este domingo, pocos minutos después de las 15, su jefa de prensa (Paula Alberti) hizo el anuncio:
“Con todo el dolor del mundo, despido a mi querido Willy Crook de este lugar de la tierra. Sé perfectamente que seguirás vivo a través de tu música y tantas anécdotas y vivencias. Gracias por tus enseñanzas, humor y sabiduría. Adiós Sr. Funk”.
Willy Crook era su nombre artístico hace 40 años, pero en su documento figuraba Eduardo Guillermo Pantano. Nació el 28 de agosto de 1965 y se crió en Villa Gesell.
Su ingreso a la escena del rock local fue rutilante: saxofonista de Memphis la Blusera y, luego, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, un puesto que se ganó por su entusiasmo desbordante y su capacidad para sumarse a las rondas de Fernet, además de su por entonces rudimentarios conocimientos musicales.
Fue apadrinado por la banda y con ellos ganó experiencia en vivo y en grabaciones de discos hoy legendarios, como
Gulp! y
Oktubre. Entró con 18 años y se fue a los 22.
A partir de ahí,
Willy inició un camino único en el rock local, transformándose de ocasional saxofonista a líder de banda, un proceso que le demandó una década. Primero pasó por el Riff de
Pappo con Jaf,
la última etapa de Los Abuelos de la Nada y hasta un disco independiente de Mimilocos.
Hasta estuvo en algún momento por Los Encargados y Los Fabulosos Cadillacs.
Rock and roll, pop, tecno…
todo le interesaba y se prendía en todas.
También fue
telonero de visitas de renombre, como David Bowie, James Brown, Echo & The Bunneyman, Alvin Lee y Gotan Project.
Casi sin proponérselo, propulsado por su carisma y ganas de ser querido por todos,
Willy logró convertirse en una marca en sí mismo. Incursionó en la radio, tuvo una columna en la revista
La Mano, escribió una autobiografía (la recomendable
Memorias improbables) y justo en estos meses estaba preparando una retrospectiva en vivo de sus discos en Capital e interior del país. De hecho,
hace muy pocas semanas se presentó en Córdoba.
Pero
el fatídico 8 de junio lo derribó un ACV, fue internado inicialmente en una unidad de terapia intensiva, y luego trasladado a una unidad especializada en accidentes cerebrovasculares.
Hoy es todo tristeza y desazón, mientras su música seguirá brillando y lo mantendrá siempre vivo.
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