Siento decírtelo.
Pero ni hay luz al final del túnel.
Ni es gracias a ninguna vacuna.
Ni hemos traído noticias falsas.
Ni ningún gobierno ni ninguna institución, dígase OMS trabaja para ningún bien de la humanidad.
Si eso fuese así, tiempo ha que el hambre se habría erradicado del mundo, y cuántas incontables promesas hechas por políticos para sentarse en su sillón presidencial. Para al final quedar en nada.
Sentimos no haberte ayudado en esa falsa narrativa con una falsa pandemia.
Sin embargo. Tú no te has cansado de usar un neolenguaje, un arma de guerra, según el abogado y sanitario Luis de Miguel Ortega, y has incitado desde el principio a la crispación y al continuo enfrentamiento con el provocador título de este epígrafe.
Siembra vientos y recoge tempestades.
Siento decirte que parece vives en un universo paralelo.
Os retorcéis de envidia porque la pandemia terminó antes de lo esperado. La envidia es un sentimiento que no se lo deseo a ningún enemigo.