¿SI SE VACUNA PIERDE LA SALVACIÓN O QUEDA BAJO EL PODER DEL ANTICRISTO?
Ecl_5:8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.
Ahora resulta que los que nos hemos hecho vacunar, somos el objetivo militar, de los opresores mundiales, aquellos que quieren controlarnos masivamente, por medio de la tecnología y de las vacunas.
Y escuchemos esto:
“porque sobre el alto vigila otro más alto”
“y uno más alto está sobre ellos”.
De manera que los gobernantes de este mundo, aquellos que buscan el control mundial, los dignatarios terrenales, los grandes, los más encumbrados, los más adinerados, Dios les enseña un Trono más alto y más sublime, que los está vigilando, leemos:
Isa 6:1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
El rey Uzías representa el trono de los hombres que decae, que desfallece y muere.
Y el Trono Alto Y Sublime es el Trono dónde está Cristo, leemos:
Jua 12:41 Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.
Estos soberbios gobernantes de este mundo, ignoran o no les importa, la existencia de este Trono alto y sublime, como una advertencia, de lo efímero de su reinado, lo temporal de su encumbramiento, para entender su propia pequeñez:
1Pe 1:24 Porque:
Toda carne es como hierba,
Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
La hierba se seca, y la flor se cae;
Pero nosotros, los redimidos por la sangre de Cristo, permanecemos para siempre.
Si entendieran esto, las naciones, el mundo, podrían disfrutar de una vida mejor a los pies de su Creador.
Pero el orgullo, la soberbia de la grandeza humana, no hace posible la grandeza de las naciones cuyo Dios es el Señor.
Nosotros, hemos entendido que en las alturas de aquel Trono alto y sublime, hay UNO que observa, que controla, que vigila, esta verdad la tenemos nosotros, leemos:
Sal 11:4 Jehová está en su santo templo;
Jehová tiene en el cielo su trono;
Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
¿De qué lado están ustedes los que nos critican por habernos vacunado?
Dios no piensa como piensa el hombre irredento:
“¿Ah, se vacunó? Pues ahora lo hago marcar en la frente y en la mano”
Su verdadera Iglesia no espera ningún gobierno mundial.
Su verdadera Iglesia no espera la ira venidera de la Gran Tribulación.
¿Entonces a quién espera Su Iglesia?
Al que está sentado ahora, en el Trono Alto y Sublime, al Señor Jesucristo, esa es la Esperanza de la Iglesia, leemos:
1Ts 1:3 acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.
1Ts 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
Los que no conocen la Esperanza de la Iglesia, ni tampoco quién es Él que está sentado en el Trono alto y sublime, seguirán criticándonos por habernos vacunado.
Pero mayor es El que está en nosotros, que el que está en ellos y en Él hemos depositado toda nuestra confianza, la salvación del alma no se pierde por una vacuna.
“LA SALVACIÓN DEL ALMA NO SE PIERDE POR UNA VACUNA”
Estos profetas del desastre creen que el Sacrificio Expiatorio hecho por Cristo, está supeditado a una vacuna.
¿Qué puede hacer la criatura contra la Gracia de su Creador?
¿Podrá la decisión voluntaria de la criatura de vacunarse o no, en un estado de intimidación o prudente prevención, eliminar la eterna seguridad de su Creador?
“CON AMOR ETERNO TE HE AMADO; por tanto, te prolongué mi misericordia”. (Jer31:3)
Jua 10:28 Y YO LES DOY VIDA ETERNA; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Jua 10:29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
No pueden hacer nada, porque el que está en el Trono alto y sublime, es el mismo que está en el corazón de sus redimidos ¿Entonces?:
Heb_13:6 de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.