¿SOMOS DE CRISTO O NO SOMOS DE CRISTO?
En este asunto de la pandemia mundial, esta pregunta cobra singular importancia, exclusivamente para los que hemos depositado absolutamente todo nuestro amor y confianza en el Hijo de Dios, en el Creador del Universo, en quien están todos los Tesoros de la Sabiduría y a quien la misma Palabra de Dios identifica como el Poder de Dios hecho Hombre.
El es quién nos guía más allá de la muerte.
Lo escribo porque en este escenario de la pandemia, un escenario de terror, como lo han sido las pandemias anteriores, con millones de muertos, como lo registra la historia. Nos es lícito examinar la opinión de la parte contraria, de aquellos que no son de Cristo, son científicos, y en sus razonamientos en relación con la pandemia, no se encuentra Dios, sino una serie de hipótesis macabras que terminan por trastornar la fe de algunos.
1. Que esta pandemia ha sido diseñada para reducir la población mundial, sin disparar un solo tiro.
¿Y qué?
¿Acaso Europa no fue diezmada de 80 a tan solo 30 millones entre 1347 y 1353 por la peste negra?
2. No se vacune porque su vida se acorta vertiginosamente en pocos meses, límite tres años. (sin comentarios).
3. Pasaportes de vacunas vinculados a asignaciones de gastos, control exhaustivo y total.
A este respecto, un hombre que trabajó con Pfizer, y creo que en este tema, ya ha sido citado, dice:
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“Cuando hagan eso, cada individuo en el planeta tendrá un nombre, o una identificación digital única y una bandera de su estado de salud que informa: "vacunado" o no … y quien posea eso, una especie de base de datos única, operable de manera centralizada, aplicable en todas partes para controlar todo, por así decirlo, tiene un privilegio, puede cruzar este umbral en particular o realizar esta transacción en particular o no, dependiendo de lo que decidan los controladores de esa base de datos de población humana. Y creo que de eso se trata todo esto, porque una vez que lo tienes, nos convertimos en juguetes y el mundo puede ser como lo deseen los controladores de esa base de datos."
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Bueno, no hay nada nuevo bajo el sol... esto lo enseña la Palabra de Dios en Apocalipsis, un poder político, un gobierno mundial... donde no se puede comprar ni vender si no se está autorizado por una identificación de carácter mundial.
Entonces, aquí vuelvo y me pregunto:
¿Somos de Cristo o no somos de él?
No creo que la Iglesia de Cristo vaya a estar presente cuando se establezca un Gobierno Mundial.
Sin embargo, hay creyentes que respecto a las vacunas se preguntan:
¿No sería mejor esperar en que se haga la voluntad del Señor y confiar en su promesa de cuidarnos en vez de vacunarnos?
¿Vacunarse no es lo mismo a confiar en el hombre, y la Biblia dice que es maldito quien confía en el hombre?
Estos son los que están en contra de las vacunas como un medio de prevención.
¿De dónde vendrá mi socorro?
Sal 121:2 Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
En este malentendido y aplicación errónea de la Palabra del Señor, cometen la falacia de "es esto o lo otro", asumiendo que la ayuda de Dios y la ayuda de los hombres son mutuamente excluyentes y, por lo tanto, se cruzan de brazos para no hacer nada.
Nosotros no hemos aprendido así de Cristo.
Él nos ha enseñado a confiar en Dios y también en los medios que Él proporciona para nuestra ayuda y protección a través de las personas.
Podemos confiar en Dios y tomar acciones sabias; estos no son elementos opuestos.
La vacunación es un medio que Dios en su gracia ha proporcionado para proteger a las personas de este virus.
Dios podría colocar directamente un escudo sobrenatural a nuestro alrededor, como lo hizo con Daniel y sus amigos en el horno de fuego, y con Daniel en el foso de los leones (Daniel 3:1-20, 6:1-28), de modo que no necesitáramos un intermediario de protección como una vacuna, pero:
¿Tenemos razón en demandarle que lo haga?
No.
Dios hace lo que el hombre no puede hacer, pero el hombre tiene la responsabilidad de hacer aquello que está a su alcance como una provisión divina.
Y eso es lo que es la vacuna, una provisión de Dios.
¿No hemos sido vacunados desde niños?
¿Ahora están saliendo con qué esta vacuna contra el virus, es del diablo?
No amigos.
Hay una gran diferencia entre confiar en el Señor por lo que no podemos controlar y asumir la responsabilidad de lo que sí podemos.
Actuar de una manera que deliberadamente nos pone en riesgo de contraer COVID-19 es poner al Señor a prueba, tentarlo, como saltar desde la cima del templo y asumir que los ángeles vendrían al rescate (Mateo 4:6-7).
Ni nuestro Señor se atrevió a hacer eso.
Las Escrituras están repletas de ejemplos del uso de los medios por parte de Dios para brindar protección y sanidad.
Al rey Ezequías, después de orar por sanidad, se le dijo que su oración sería respondida.
Entonces Isaías instruyó a los asistentes del rey que aplicaran una cataplasma de higos (Isaías 38: 21).
Consideremos la razón fundamental que da Isaías para que hagan ese tratamiento al rey:
Isa 38:21 Y había dicho Isaías: Tomen masa de higos, y pónganla en la llaga, y sanará.
"Y SANARÁ"
¿No bastaba la declaración de Jehová?
"He oído tu oración y he visto tus lágrimas… y añado a tus días quince años”
Por supuesto bastaba pero, aunque Dios ya le había prometido a Ezequías la curación, Isaías instruyó como medio de sanidad el empleo de una forma ancestral de medicina.
Tenemos que ser maduros en el modo de pensar, estamos en la antesala de los Juicios de Dios sobre los moradores de la tierra.
En medio del gobierno mundial que se avecina, surgirá aquel hombre que exigirá adoración para sí mismo....al sentarse en el trono de Dios haciéndose pasar por Dios.
Esta escritura nos habla de la reconstrucción del Templo de Jerusalén.... y al principio de su gobierno, este varón, luego de realizar un pacto con muchos, logra el traslado del lugar sagrado que hay sobre el monte del templo, conocido como la mezquita de Omar, hacia otro lugar, por medios pacíficos.
Revivirá el sacrificio y la ofrenda, pero a la mitad de la semana de años, se quita la careta y se muestra tal como es.
La buena noticia es que la Iglesia no pasará por ese escenario descrito en Mateo 24 y en Apocalipsis por medio de los sellos, las trompetas y el derramamiento de las copas de Juicio.
¿Por qué no pasará?
Porque la Gran Tribulación, cuál nunca ha habido ni la habrá después de esta, es para los moradores de la tierra, como está escrito (Apo_11:10; 12:12; 13:8; 13:14; 14:6; 17:2; 17:8)
La Iglesia de Cristo no pertenece a este mundo, somos ciudadanos celestiales, leemos:
Jua 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Efe_1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
Efe_2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
Y Esta es nuestra Esperanza:
Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
1Ts 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
1Ts 4:18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.