Veamos esta particular y bella historia del milagro de Dos Santos, que además eran médicos = Cosme y Damián
Cosme y Damián eran dos hermanos gemelos, nacidos en el siglo III d. C. e hijos de padres cristianos. La leyenda dice que nacieron en algún lugar de Cilicia y se trasladaron a vivir a Ayas, un puerto en la provincia romana de Siria. Los dos hermanos estudiaron Medicina y tuvieron un gran reconocimiento popular, lo que según dicen atrajo a muchas personas a la fe cristiana. En la persecución de Diocleciano, los dos gemelos y sus tres hermanos pequeños fueron capturados, torturados, condenados, crucificados, apedreados, asaeteados y, finalmente, decapitados.
Según cuenta la
Leyenda dorada de Santiago de la Vorágine (Jacopo da Varazze), el diácono Justiniano, que trabajaba en dicha basílica se hallaba al borde de la muerte debido a una grave isquemia en una de sus piernas, quizá causada por un ergotismo. El diácono rezó a los santos implorando su curación.
En un sueño se le aparecieron Cosme y Damián al lado de su cama, portando instrumental quirúrgico (cuchillos, ungüentos) y vistiendo una túnica y una capa. Amputaron entonces la pierna enferma al diácono y Cosme preguntó a su hermano “
¿Qué hacemos ahora?” Damián le respondió:
“en el día de hoy ha muerto un hombre moro (etíope en otras versiones) y ha sido enterrado en un cementerio cercano. Podemos usar una de sus piernas pues ya no la necesita”. Así lo hicieron, cortaron la pierna del difunto y la unieron al muñón del diácono utilizando uno de sus ungüentos.
Al despertar, Justiniano sintió que había recobrado fuerza y salud. Recordó el sueño y al mirarse la pierna, vio que estaba sana y sin rastro alguno de enfermedad aunque –lo más llamativo- era de alguien de raza negra. El asombrado diácono acudió al cementerio donde con la ayuda de varias personas curiosas abrieron la tumba y hallaron el cuerpo de un hombre negro sin una pierna y a su lado la pierna enferma del diácono. Fueron así testigos –fin de la historia- de un milagro sublime.
He escrito esto con todo respeto. Tómenlo de esa manera.