Re: Tipologia Catolica: Maria siempre virgen
HERMANOS DE JESUS
EL HERMANO DEL SEÑOR
Hay otra cuestión acerca de la personalidad de Santiago que debemos tratar de resolver. En Ga.1.19 Pablo habla de él como el hermano del Señor. En Mt.13.55 y en Mr.6.3 se menciona a un Santiago (RV: Jacobo) entre los hermanos de Jesús; y en Hch.1.14, aunque no se dan los nombres, se dice que los hermanos de Jesús estaban entre los primeros cristianos en la iglesia de Jerusalén. Hemos de plantear la cuestión de lo que quiere decir aquí la palabra hermano, porque la Iglesia Católica Romana le da una gran importancia a la respuesta que se dé. Desde los tiempos de Jerónimo ha habido en la iglesia mucha discusión sobre esta cuestión. Hay tres teorías en relación con el parentesco de estos <<hermanos>> de Jesús que vamos a considerar una tras otra.
LA TEORÍA JERONIMIANA
Recibe su nombre del de Jerónimo, el traductor de la Vulgata latina. Fue él el que desarrolló la teoría de que los <<hermanos>> de Jesús eran en realidad sus primos; y es lo que se cree en la Iglesia Católica Romana, que lo tiene como artículo de fe. La expuso Jerónimo en el año 383 d.C., y captaremos mejor su complicado razonamiento si lo vamos siguiendo en una serie de pasos.
(i) Santiago el hermano del Señor se incluye entre los apóstoles. Pablo escribe refiriéndose a él: <<Pero no vi a ninguno de los demás apóstoles salvo a Santiago el hermano del Señor>> (Ga.1.19).
(ii) Jerónimo insiste en que el título de apóstol se usaba sólo con los Doce. En tal caso debemos buscar a Santiago entre ellos. No puede ser el mismo que el hermano de Juan e hijo de Zabedeo porque, entre otras razones, ya había sufrido el martirio cuando se le menciona en Ga.1.19 y en Hch.12.2. Por tanto, habrá que identificarle con el otro Santiago que formaba parte de los Doce, Santiago hijo de Alfeo.
(iii) Jerónimo pasa a hacer otra identificación. En Mr.6.3 leemos: <<¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago y de José?>> Y en Mr.15.40 encontramos al pie de la cruz a María, la madre de Santiago el Menor y de José. Como Santiago el Menor es hermano de José e hijo de María debe ser la misma persona que el Santiago de Mr.6.3 que es el hermano del Señor. Por tanto, según Jerónimo, Santiago el hermano del Señor, Santiago hijo de Alfeo y Santiago el Menor son la misma persona en relación con otras tantas.
(iv) Jerónimo basa el siguiente y final paso de su razonamiento en la deducción de la lista de mujeres que estaban al pie de la cruz de Jesús. Vamos a considerar esta lista como nos la dan tres evangelistas.
En Mr.15.40 incluye a María Magdalena, María la madre de Santiago y José, y Salomé.
En Mt.27.56 se menciona a María Magdalena, María la madre de Santiago el Menor y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
En Jn.19.25 tenemos a la Madre de Jesús, la hermana de su Madre, María la mujer de Cleofás y María Magdalena.
Analicemos ahora estas listas. En cada una de ellas se nombra a María Magdalena. Es segura la identificación de Salomé con la madre de los hijos de Zebedeo. Pero el verdadero problemas es cuántas mujeres hay en la lista de Juan. Se puede leer de la siguiente manera:
(i) La Madre de Jesús;
(ii) La hermana de la Madre de Jesús;
(iii) María, mujer de Cleofásd;
(iv) María Magdalena.
O se puede leer de esta otra manera:
(i) La Madre de Jesús;
(ii) La hermana de la Madre de Jesús, María, mujer de Cleofás;
(iii) María Magdalena.
Jerónimo insiste en que la segunda manera es la correcta; y por lo tanto la hermana de la Madre de Jesús y María la mujer de Cleofás son la misma persona. Es ese caso tiene que ser la misma que en las otras listas figura como la madre de Santiago y de José. El Santiago que es su hijo es el que se conoce como Santiago el Menor, y como Santiago el hijo de Alfeo, y como Santiago el hermano del Señor. Esto quiere decir que Santiago es el hijo de la hermana de María, y por lo tanto primo de Jesús.
Hasta aquí el argumento de Jerónimo, al que se pueden oponer por lo menos cuatro objeciones.
(i) Una y otra vez se llama a Santiago hermano de Jesús, o se le cuenta entre los hermanos de Jesús. La palabra que se usa en todos los casos es adelfós, que generalmente quiere decir hermano. Es verdad que puede describir a personas que pertenecen a una cierta comunión, como hacemos corrientemente entre cristianos. Y también es verdad que se puede usar afectuosamente con una persona con la que nos une una gran intimidad personal. Pero cuando se usa dentro de la familia es, para decir lo menos, muy dudoso que quiera decir primo. Si Santiago era primo de Jesús, es muy poco probable, por no decir que imposible, que se le conociera como el adelfós de Jesús.
(ii) Jerónimo se equivocó al suponer que el término apóstol sólo se les aplicaba a los Doce. Pablo era un apóstol (Ro.1.1; I Co.1.1; Ga.1.1). Bernabé era un apóstol (Hch.14.14; I Co.9.6). Silas también era apóstol (Hch.15.22). Andrónico y Junias eran apóstoles (Ro.16.7). Es imposible limitar el título de apóstol a los Doce; y si no hace falta buscar a Santiago el hermano del Señor entre los Doce, el argumento de Jerónimo se viene abajo.
(iii) A la vista de los hechos es mucho más probable que Jn.19.25 sea una lista de cuatro mujeres y no de tres; porque, si María de Cleofás fuera hermana de María la Madre de Jesús, habría dos hermanas con el mismo nombre, lo cual es sumamente improbable.
(iv) Hay que recordar que la iglesia no sabía nada de esta teoría hasta el a´ño 383 d.C. cuando Jerónimo la pergeñó. Y es absolutamente cierto que la propuso por la única razón de garantizar la doctrina de la virginidad perpetua de María. La teoría de que los llamados hermanos de Jesús eran de hecho sus primos tiene que descartarse a la vista de los hechos.
LA TEORÍA EPIFÁNICA
La segunda de las grandes teorías acerca del parentesco de Jesús con sus <<hermanos>> propone que estos eran, de hecho, sus <<hermanastros>> si acaso, hijos de José de un matrimonio anterior pero no de María, mientras que Jesús era hijo de María pero no de José. El nombre de esta teoría se deriva del de Epifanio, que la propuso enfáticamente hacia el año 370 d.C. No fue él quien la diseñó. Ya existía desde bastante antes, y puede decirse que era la opinión más corriente en la Iglesia Primitiva.
En líneas generales ya aparece en un libro apócrifo llamado el Libro de Santiago o el Protoevangelio, que data de mediados del siglo II. Ese libro cuenta que había una pareja piadosa, Joaquín y Ana, cuyo único dolor era que no tenían hijos. Para su gran alegría, les nació en su ancianidad una niña, cosa que al parecer, se consideró un nacimiento virginal. Llamaron a la niña María, la que habría de ser la Madre de Jesús. Joaquín y Ana consagraron a su hija al Señor; y, cuando llegó a los tres años de edad, la llevaron al templo y la dejaron allí a cargo de los sacerdotes. María creció en el templo; y, cuando llegó a la edad de doce años, los sacerdotes hicieron planes para casarla. Reunieron a los viudos del pueblo, diciéndoles que trajeran cada uno su bastón. Entre ellos vino José el carpintero. El sumo sacerdote recogió los bastones, y el de José fue el último. Con los demás no pasó nada, pero del de José salió volando una paloma que fue a posarse sobre su cabeza. De esta manera reveló Dios que José había de tomar a María por esposa. Al principio, José no estaba muy conforme. <<Tengo hijos -dijo- y ya soy un anciano, mientras que ella es una joven; no quiera ser el hazmerreír de los hijos de Israel>> (Protoevangelio 9.1). Pero, por último, la tomó por esposa en obediencia a la voluntad de Dios, y a su debido tiempo nació Jesús. El contenido del Protoevangelio es, por supuesto, legendario; pero es señal de que a mediados del siglo II ya existía la teoría que había de conocerse bajo el nombre de Epifanio.
No hay ninguna evidencia directa que apoye esta teoría, y todas las razones a su favor tienen un carácter indirecto.
(i) Se pregunta: ¿Habría confiado Jesús su Madre al cuidado de Juan si ella hubiera tenido otros hijos además de Él? (Jn.19.26s). La respuesta sería que, por lo que sabemos, la familia de Jesús no simpatizaba con Él lo más mínimo, y no habría tenido ningún sentido el confiársela.
(ii) Se objeta que el comportamiento de los <<hermanos>> de Jesús para con Él parecía el de los hermanos mayores para con el menor entre ellos. Pusieron en duda Su sensatez, y quisieron llevársele a casa (Mr.3.21, 31-35); le eran hostiles (Jn.7.1-5). Pero también podría entenderse que pensaban que estaba metiendo a la familia en líos, independientemente de Su edad o la de ellos.
(iii) Se da por supuesto que José tiene que haber tenido más edad que María porque desaparece totalmente de la historia evangélica, lo que hace suponer que ya había muerto cuando empezó el ministerio público de Jesús. La Madre de Jesús estaba en las bodas de Caná de Galilea, pero no se menciona a José (Jn.2.1). A Jesús se le llama, por lo menos a veces, el hijo de María, lo que hace suponer que José ya había muerto y María era viuda (Mr.6.3; pero cp. Mt.13.55). Por último, la permanencia de Jesús en Nazaret hasta la edad de treinta años (Lc.3.23) se explica suponiendo que José había muerto, y Jesús quedó a cargo de una familia en la que había varios de menos edad que Él. Pero el hecho de que José fuera mayor que María (lo que no deja de ser una suposición, aun en el caso de que muriera mucho antes), no demuestra que no tuviera otros hijos de ella; y el hecho de que Jesús se quedara en Nazaret a cargo del taller de carpintero para mantener a Su familia parecería indicar mucho más naturalmente que Él era el hijo mayor, y no el más pequeño de todos.
A estos argumentos Lightfoot añade dos más de carácter general. El primero es que esta es la teoría de la tradición cristiana; y el segundo, que cualquier otra explicación sería <<escandalosa para el sentimiento cristiano>>. Pero lo básico de esta teoría procede del mismo origen que la teoría jeronimiana. Su intención es garantizar la virginidad perpetua de María, de la que no ay ni evidencia ni sugerencia en el Nuevo Testamento, y es la razón por la cual surgieron estas explicaciones posteriores.
LA TEORÍA HELVIDIANA
Así se llama la tercera teoría. Afirma sencillamente que los hermanos y hermanas de Jesús eran en realidad Sus hermanos y hermanas en el sentido más pleno de la palabra; que, para usar el término técnico, eran Sus hermanos uterinos. No se sabe nada del Helvidius de quien toma nombre esta teoría, excepto que escribió un tratado en su defensa al que contestó Jerónimo con otro en el que la rebatía enfáticamente. ¿Qué se puede decir a su favor?
(i) Ninguna persona que leyera el Nuevo Testamento sin presuposiciones teológicas sacaría otra conclusión. A la vista de los hechos, la historia evangélica no da a entender que hubiera ningún misterio en el parentesco de los hermanos y hermanas de Jesús.
(ii) Los relatos de la Navidad, tanto en Mateo como en Lucas, dan por sentado que María tuvo otros hijos. Mateo escribe: <<Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús>> (Mt.1.24s, RV; la palabra primogénito falta en algunos manuscritos y traducciones). La implicación obvia es que José hizo vida marital normal con María después del nacimiento de Jesús. De hecho Tertuliano cita este pasaje para demostrar que tanto la virginidad como el matrimonio están santificados en Cristo por el hecho de que María fue primero virgen y luego esposa en el sentido pleno de la palabra. Lucas, escribiendo acerca del nacimiento de Jesús dice: <<Y dio a luz a su hijo primogénito>> (Lc.2.7). Al llamar a Jesús su hijo primogénito se indica claramente que tuvo otros hijos después.
(iii) Como ya hemos dicho, el hecho de que Jesús se quedara en Nazaret como carpintero hasta la edad de treinta años es por lo menos una indicación de que era el hijo mayor y tenía que asumir la responsabilidad del mantenimiento de la familia después de la muerte de José.
Creemos que los hermanos y hermanas de Jesús eran realmente Sus hermanos y hermanas. Cualquier otra teoría surge de un deseo de glorificar el ascetismo y de demostrar que María permaneció siempre virgen. Es indudablemente más hermoso creer en la santidad del hogar que creer en el celibato como un estado superior al matrimonio. Así pues, creemos que Santiago, al que llamaban el hermano del Señor, era en todos los sentidos Su hermano.
Tomado de: Barclay, William. Comentario al Nuevo Testamento. Santiago y Pedro. Pags. 28-35. Editorial Clie. 08224 TERRASSA (Barcelona).