Alcaremos algo: El reino es
de Dios. Pero Dios
delega en su Hijo para que lo
represente en el Reino de 1000 años que quitará el pecado y la muerte.
*** it-2 pág. 810 Reino de Dios ***
Cuando Jehová Dios dictó sentencia contra los primeros rebeldes, pronunció una profecía en términos simbólicos, en la que expuso su propósito de valerse de un medio, una “descendencia”, para aplastar definitivamente a las fuerzas rebeldes. (Gé 3:15.) Por lo tanto, la gobernación de Jehová, la expresión de su soberanía, asumiría un nuevo aspecto en respuesta a la insurrección que había surgido. La revelación progresiva de los “secretos sagrados del reino” (Mt 13:11) mostró que este nuevo aspecto incluiría la formación de un gobierno subsidiario, un cuerpo de gobernantes encabezado por un dirigente en quien Dios delegaría autoridad. La promesa de la “descendencia” halla su cumplimiento en el reino de Cristo Jesús y sus compañeros escogidos. (Rev 17:14; véase JESUCRISTO [Su posición fundamental en el propósito de Dios].)
Prueba de que Jesús no es un rige sin permiso de Dios y que hay cosas en "su" reino que no son potestad de él, es el contexto de la cita que hiciste de Mateo 20:21:
“Él le dijo: “¿Qué quieres?”. Ella le dijo: “Di la palabra para que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y uno a tu izquierda,
en tu reino”. 22*Jesús dijo en contestación: “Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo estoy a punto de beber?”. Ellos le dijeron: “Podemos”. 23*Les dijo: “De cierto beberán mi copa, pero
esto de sentarse a mi derecha y a mi izquierda no es cosa mía darlo, sino que pertenece a aquellos para quienes ha sido preparado por mi Padre”.” (Mateo 20:21-23)