Cristo intercede por nosotros en El Santuario
Cristo intercede por nosotros en El Santuario
Hermanitos: Aquí les presento con el amor de Cristo, la evidencia bíblica de El Santuario Celestial donde nuestro Señor Jesús intercede por nosotros. Por favor, tómense el tiempo para leer cada pasaje y pesar cada una de las palabras aquí escritas. Que El Espíritu Santo nos revele los misterios que inspiró en Su Palabra. (1 Tesalonicenses 5:20; Juan 16:13; Daniel 2: 28.)
Jesús intercede por nosotros delante de su Padre
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” (1 Juan 2:1-2.)
Intercede por nosotros en un santuario celestial
“Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor y no el hombre. (Hebreos 8:1-2.)
El santuario terrenal era figura y sombra del santuario celestial
Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo diciéndole: Mira, haz todas lascosas conformeal modelo que se te ha mostrado en el monte. (Hebreos 8:3-5.)
“Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés, que lo hiciese conforme al modelo que había visto.
(Hechos 7: 44.)
La palabra “conforme” (con forma, o en similitud o copia del original) declara que el santuario no era una réplica exacta en el tamaño o en la gloria, ni en la naturaleza que tiene el santuario del cielo; era solamente una figura, o una forma parecida que estaba en completa armonía con el verdadero. Era una total similitud del celestial.
El santuario celestial es más amplio y perfecto
Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación.” (Hebreos 9:11.)
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de manos, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios”
(Hebreos 9: 24.)
Las Tablas del Pacto dentro del Arca
“Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: En la primera parte llamada el lugar santo, estaba el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. Tras el segundo velo, estaba la parte del tabernáculo llamada el lugar santísimo, el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la cual estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció y las tablas del pacto; y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahorahablar en detalle. Y así, dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo” (Hebreos 9:1-7.)
“En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera; y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste; y las pondrás en el arca. He hice un arca de madera de acacia, y labré dos tablas de piedras como las primeras, y subí al monte con las dos tablas en mi mano. Y escribió en las tablas conforme a la primera escritura, los diez mandamientos que Jehová os había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea; y me las dió Jehová. Y volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como Jehová me mandó.” (Deuteronomio 10:1-5.)
Notemos que en el texto anterior, se menciona que dentro del arca del pacto, estaban las tablas del pacto, con los Diez Mandamientos escritos por Dios mismo. (Exodo 31:18; 32:16; 34:1;28; 40:20; Deuteronomio 5:22.)
Diez Mandamientos en el cielo como en la tierra
El Apóstol Juan vio en la visión apocalíptica, el santuario celestial y su arca:
“Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.” (Apocalipsis 11:18-19.)
¿Cuando fue que hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo? Cuando Dios mismo descendió al Monte Sinaí y promulgó los Diez Mandamientos. Se nos hace referencia a ese “día de la asamblea”, cuando Dios proclamó su ley “de en medio del fuego,” luego la escribió en tablas de piedra y entonces, fueron puestas en el arca. Tanto a Juan como a nosotros se nos indica que “el templo de Dios fue abierto en el cielo” revelando que se veía el arca “de su pacto” en ese templo, y uniendo esta realidad del santuario celestial con la figura del que edificaron en el desierto, el cual también tenía tablas de piedra puestas en el arca; pero el santuario celestial que “levantó el Señor y no el hombre” tiene las tablas hechas por el Señor en el cielo. Exodo 31:18; 32:16.
Las Palabras de Su Pacto
“Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos, y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte, y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante. Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos. También que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estragos. Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo. Y Jehová le dijo: Vé, desciende y subirás tú, y Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a Jehová, no sea que haga en ellos estrago. Entonces Moisés descendió y se lo dijo al pueblo.
Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo Soy Jehová tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
I
No tendrás dioses ajenos delante de mí.
II
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque Yo Soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman, y guardan mis mandamientos.
III
No tomarás el Nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su Nombre en vano.
IV
Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extrangero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
V
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
VI
No matarás.
VII
No cometerás adulterio.
VIII
No hurtarás.
IX
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
X
No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Todo el pueblo observaba el estruendo, y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. (Exodo 19: 16-25; 20:1-18.)
Por la boca y el dedo de Dios
La Biblia tiene 1,189 capítulos inspirados, pero hay uno que fue escrito directamente por el dedo de Dios, en tablas de piedra y no en un rollo de papel por la mano de un hombre. Salieron de su boca, y “no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. (Mateo 4:4; compárese con Hechos 7:38.)
Siempre que Dios le daba un decreto o una ley al pueblo de Israel, El Señor se lo comunicaba primero a Moisés, y éste lo promulgaba al pueblo. Las frases: “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel...” “Estas son las leyes que les propondrás” aparecen siempre en sus formas distintas antes de darse cada una de las más de 600 leyes del libro que escribió Moisés. Pero la única véz que aparece en toda la Biblia la frase:
“Y habló Dios todas estas palabras diciendo:” es cuando El Señor proclamó personalmente los Diez Mandamientos.
La Justicia por la fe sin las obras de la ley
El Apóstol Pablo nos enseña que Jesús murió por nuestros pecados, “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz” Colosences 2:14. Esta acta de decretos o “el manuscrito”, como es llamada en la versión de King James, es la ley que escribió Moisés, la cual fue puesta al lado del arca y no dentro de ella, como sucede con las tablas del Pacto. “Y El os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.” (Deuteronomio 4:13.) “Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti. (Deuteronomio 31:26.) Puestas dentro del arca, Pablo menciona las tablas en Hebreos 9:4, pero notemos que nada dice allí del rollo de la ley mosaica. Pablo nunca dice que Jesús anuló las tablas del Pacto, o los Diez Mandamientos, ni tampoco nos habla de una nueva ley, sino de un Nuevo Pacto en la sangre del Cordero de Dios que sí quita el pecado, donde esa Ley es puesta en la mente y es escrita en el corazón por El Espíritu Santo. (Hebreos 8:10.) “¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.” (Romanos 3:31.)
“La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios.” (1 Corintios 7:19.) Somos salvos por gracia, y no por obedecer la Ley, pero esto no nos conduce a vivir adulterando, (Mateo 5:27-28) matando, (Mateo 5:21-22) robando, (Mateo 19:16-19) adorando otros dioses, o profando el día de reposo como lo siguieron llamando los escritores del Nuevo Testamento; tampoco significa que vamos a estar deshonrando a nuestros padres (Efesios 6:1-2) o codiciando, ni dejando de dar los diezmos (Mateo 23:23) o consultando a los espiritistas (Deuteronomio 18:10-14.) El aspecto moral Cristo murió por nosotros para que vivamos Su justicia que viene por la fe en su sacrificio y no por las obras del pacto del Sinaí. (Gálatas 2:16;21; 3:10-14; 19-29; 4: 8-10; 21-31; 5:1-6;14;22-23; Efesios 2:11-22; Daniel 9:27; Mateo 27:50-51.)
No estamos obligados a observar las fiestas rituales relacionadas con el santuario terrenal, ni sus días de reposo rituales, ni las comidas y bebidas ceremoniales que representaban a Cristo. (Colosenses 2:14-17; Gálatas 4:10; 1 Crónicas 23:28-32; Hebreos 9:1; Nehemías 10:32-33; Levíticos 23:1-7; 15-16; 21; 24-28; 30-39; 1 Corintios 5:7-8; Juan 19:31.) El Apóstol Santiago también menciona la obediencia de la ley del Decálogo por medio de la fe en Jesús: “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque El que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. (Santiago 2:10-11; compárese con 1 Juan 3:4.) La diferencia entre la Ley de Dios y la ley mosaica está mencionada también en Daniel 9:11.
La Verdad del Santuario Celestial y la bestia del Apocalipsis
La verdad del Santuario ha sido ignorada por el mundo, debido al ataque y pisoteo que sufrió por la bestia: “Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. (Apocalipsis 13:6.)
“Aun se engrandeció contra el Príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y echó por tierra la verdad, he hizo cuanto quiso y prosperó. Entonces oí aun santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a Aquel que hablaba: ¿Hasta cuando durará la visión del continuo, y de la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.” (Daniel 8:11-14; compárece con Daniel 11:31; Mateo 24:15.) “Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.” (Daniel 7:25.)
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.” (Mateo 5:17-19.)
“Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia” (Apocalipsis 13:3.)
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” (Lucas 9:23.)
“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” (1 Reyes 18:21.)
El conflicto final está revelado en el libro del Apocalipsis, entre los que adoran a Dios y guardan sus mandamientos (Apocalipsis 12:17; 14:12; 19”10) y los que adoran a la bestia. (Apocalipsis 13:4-8; 14:9-11.) Unos reciben salvación desde el Santuario y otros juicio. (Apocalipsis 1:12-13; 3:7-8; 4:5; 8:3-5; 9:13;20; 11:19; 13:6; 14:15; 15:5-8; 16:1;17-18; 21:3;22.)
En el próximo tema, les escribiré sobre las 2,300 tardes y mañanas de la purificación del santuario celestial. Que Dios me los bendiga y gracias por su tiempo de estudio y comentarios.
Franck Junior Flores
Adventista del Séptimo Día