¿Se ha percatado por curiosidad que una cosa es hablar de los profetas, otra cosa es hablar de los apóstoles y otra cosa es hablar de la Iglesia que formaban los primeros cristianos? Porque vamos, menudo párrafo que me ha puesto para hablarme sobre los profetas y poco más.Ehh no, Flavio Josefo del siglo I nos dicen que:
"También desde Artajerjes hasta nuestros días, cada acontecimiento ha sido consignado; pero no se les concede la misma confianza que a los anteriores (22) porque no ha existido la rigurosa sucesión de los profetas. Los hechos demuestran cómo nos acercamos nosotros a nuestras propias escrituras: a pesar de haber transcurrido tanto tiempo, nadie se ha atrevido a añadir, suprimir o cambiar nada en ellas."
Flavio, Contra Apión I, ss, 41-42Josefo, Flavio. Autobiografía. Contra Apión. Introducción de Luis García Iglesias. Traducción y notas de Margarita Rodríguez de Sepúlveda. Biblioteca Clásica Gredos, vol. 189. (ISBN 84-249-1636-0) Madrid: Editorial Gredos, 1994, pp. 183
Puedes observar que la consignación del canon Judio es MUY antigua, no es que haya pasado ni bien escribió Josefo esto en el siglo I (70-100d. C), sino que ya venía de hace mucho tiempo, asi que no, la decisión Judía ya habia sido tomada antes de que la Iglesia existiese, esto esta reafirmado en:
"Considerando que muchas y grandes cosas nos han sido entregadas por la ley y los profetas, y por otros que han seguido sus pisadas, por las cuales Israel debe ser alabado por su ciencia y sabiduría, y de las cuales no sólo los lectores deben llegar a ser hábiles ellos mismos, sino también los que desean aprender para poder aprovechar a los que están fuera, tanto hablando como escribiendo: mi abuelo Jesús, cuando se había entregado mucho a la lectura de la ley, y de los profetas, y de otros libros de nuestros padres, y había obtenido en ellos buen juicio, se animó también a escribir algo que se refería a la ciencia y a la sabiduría; con la intención de que los que están deseosos de aprender, y son adictos a estas cosas, puedan sacar mucho más provecho viviendo de acuerdo con la ley. Por tanto, permitidme que os ruegue que lo leáis con favor y atención, y que nos perdonéis, en lo que parece que nos faltan algunas palabras que nos hemos esforzado en interpretar; porque las mismas cosas dichas en hebreo y traducidas a otra lengua, no tienen la misma fuerza en ellas. Y no sólo estas cosas, sino la ley misma, y los profetas, y el resto de los libros, tienen no poca diferencia, cuando se hablan en su propio idioma."
Prólogo al Eclesiástico.
Eclesiástico se redactó hace 2 siglos antes de Cristo (cf. La Biblia Latinoamericana, Diagramación e ilustración Hernán Rodas Texto íntegro traducido del hebreo y del griego, Edición Revisada 2005, Editorial Verbo Divino, 2005 pp. 933), aproximadamente entre el 200 y 170 a. C. (cf. García Cordero, Maximiliano, O.P., y Gabriel Pérez Rodríguez. Biblia comentada: IV. Libros sapienciales. Texto bíblico de Nácar-Colunga. Profesores de Salamanca. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), 1962. pp. 1089-1090), entonces, ese grupo de libros Ley, Profetas y Escritos, es un conjunto existente hace ya 2 siglos antes de la existencia de la Iglesia.
Roger Beckwith (Erudito sobre el canon) comenta sobre estas declaraciones:
"Parece, pues, que para este escritor hay tres grupos de libros que tienen una autoridad única, y que su abuelo escribió sólo después de familiarizarse mucho con ellos, como su intérprete y no como su rival. El traductor distingue explícitamente "estas cosas" (es decir, Ecclesiasticus, o composiciones hebreas no canónicas como Ecclesiasticus) de "la Ley misma y los Profetas y el resto de los Libros". Es más, considera incluso a los Hagiógrafos como libros "ancestrales" (patrivwn), lo suficientemente estimados como para haber sido traducidos al griego, y su número como completo («los otros que han seguido sus pasos», «los otros Libros de los padres», «el resto de los Libros»). Y no sólo afirma que en su propio tiempo existía este canon triple, distinguido de todos los demás escritos, en el que incluso los Hagiógrafos formaban una colección cerrada de libros antiguos, sino que da a entender que tal era el caso también en la época de su abuelo."
Roger Beckwith, El Canon del Antiguo Testamento de la Iglesia del Nuevo Testamento (Grand Rapids: Eerdmans, 1985), pp. 111.
Para hablar sobre la autoridad que tenía cierta Iglesia Universal y Apostólica hable sobre la misma pero no cambie la conversación de esa forma.
Que Dios nuestro Señor le bendiga a usted y a los suyos.