Robespengler;n3250419 dijo:
Para enmarcar:
"¿Pero qué valor puede tener para un católico, ni para nadie la decisión de un concilio?. Absolutamente ninguno. La historia de los concilios es la historia de sus errores y contradicciones. Vamos a demostrarlo:
En 1409, había en Europa dos papas, que eran, Benedicto XIII que fue sumo pontífice de 1394 a 1417, elegido por los Españoles, Franceses y Escoceses. Este papa era natural de Aragón España, y en 1408 la sede papal estaba en España.
Al mismo tiempo era papa Gregorio XII (1406 a 1415), éste reconocido por los Italianos y parte de los Alemanes.
Para resolver esta anormalidad, se reunió el concilio de Pisa, en 1409, y el día 5 de Junio, en su décima quinta sesión acordó destituir a los dos papas Benedicto y Gregorio y nombró en su lugar a Alejandro V. Los historiadores católico romanos, reconocen a este último como el anti-papa, con lo que demuestran no aceptar las decisiones del concilio de Pisa.
Después de dicho concilio, tuvo la iglesia romana tres papas, al mismo tiempo. Para arreglar tan enredado asunto, se reunió el concilio de Constanza, famoso por haber mandado a la hoguera a los señores Juan Wicklife y Juan Hus. Este concilio compuesto por delegados de todos los países católicos, los que ya estaban cansados de tantos escándalos; empezó por dejar sentado que cuando los delegados de los dominios católicos romanos, se reúnen en concilio, en tal caso el concilio son superiores al papa.
Una vez aprobado y sentado este principio, como ley para la iglesia romana, se acordó seguidamente destituir a los tres papas, que eran Benedicto XIII de España, Gregorio XII, en Aviñon, Francia, y Juan XXIII, sucesor de Alejandro V, en Roma.
El concilio nombró entonces a Martín V, para suceder a los tres que había, que al no aceptar las disposiciones del concilio de Constanza, hubo cuatro papas a un mismo tiempo y cada uno fulminando maldiciones contra sus rivales. Los historiadores romanistas reconocen como papa legal a Martín V.
El sucesor de Martín V, Eugenio IV convocó al concilio de Basilea en 1431, concilio este que en sus primeras sesiones, ratificó todas las disposiciones de Constanza, celebrado en 1414, inclusive aquella que decía que el concilio estaba por encima del papa.
Pero cuando el papa Eugenio IV, vio que los delegados del concilio se disponían a introducir grandes reformas en la iglesia católica, alarmado por tal motivo y sin tener en cuenta lo acordado pro los concilios de Pisa, Constanza y Basilea en principio, por sí y ante sí, decretó la disolución del concilio.
Como la mayoría de los delegados creían que el papa no tenía autoridad sobre el concilio, continuaron las sesiones y en 1439, dicho concilio destituyó al papa Eugenio IV y nombró como sustituto suyo al Duque Amadeo de Saboya, que tomó el nombre de Félix V, considerados hoy por los católicos como anti papa.
Ahora, bien. La iglesia romana reconoce actualmente como heréticas las disposiciones de los concilios de Pisa, Constanza y Basilea. Dice el historiador católico romano, F. Díaz Carmona, en la página 175 de su "Historia de la Iglesia Católica", lo que sigue: "desgraciadamente los padres del concilio de Constanza se dejaron arrastrar a la doctrina herética de que un concilio es superior al papa".
Sin embargo, Roma, acepta como legal al papa Martín V, nombrado por estos herejes del concilio de Constanza.
Pero, lo más curioso fue que el más grande teólogo del concilio de Basilea, fue Eneas Silvio Piccolomini; éste sostuvo a sangre y fuego que el concilio estaba por encima del papa; propuso y consiguió que de acuerdo con tal principio, el papa Eugenio V fuese destituido. Pasaron los años y en 1458, las circunstancias llevaron a aquel ardiente defensor de la supremacía del concilio a la Silla Pontifica, con el nombre de Pío II. Y entonces (dice el historiados católico antes citado), "condenó en una bula como errores los principios que él mismo había defendido", durante más de 30 años, y para salir al paso dijo: "No creáis lo que decía Eneas Silvio Piccalomini, ahora creed lo que dice Pío II".
¡Qué descaro! ¡Qué farsa!.
Si las decisiones de papas y concilios tuviesen algún valor delante de Dios, en tal caso los católicos, todos estarían en el infierno, porque todo ha sido una serie de "uno que aprueba y otro que condena lo aprobado". De uno que lanza anatemas, y otro que se los devuelve.
¡Y pensar que sobre la fragilidad de uno de estos concilios, descansa para el católico romano, la autenticidad de los libros llamados Apócrifos.
Autor: Domingo Fernández Suárez"
Fuente secundaria: http://www.conocereislaverdad.org/apocrifos.htm
Fuente original: http://www.centraldesermones.com/Estudios/e76.htm
¡Otra vez el panfleto de Domingo!!! En el fondo haces mucho más fácil la respuesta.
Para desmarcar:
1. Los historiadores católicos no sólo reconocen a Alejandro V cómo antipapa (no es “el antipapa”). También reconocen bajo esta denominación a Alejandro V, Juan XXIII (sucesor de Alejandro V), Clemente VII, Benedicto XIII (Papa Luna) y Clemente VIII. O sea que sólo se reconoce cómo válida la línea Urbano VI – Gregorio XII – Martín V. La decisión del concilio de Pisa de nombrar a Alejandro V cómo papa no es reconocida pues este concilio no fue convocado por un Pontífice y este es un requisito imprescindible para la validez de este tipo de reuniones.
2. Nunca hubo 4 papas simultáneamente. Para el momento en que Martín V fue elegido (1417) ya habían renunciado Gregorio XII (1415) y Juan XXIII (1415). El Papa Luna (Benedicto XIII) vivía prácticamente encerrado en su castillo de Peñíscola y por tanto no tenía ninguna influencia. Además ya había sido depuesto en 1413.
3. El conciliarismo o “Teoría conciliar” fue la vía de emergencia para poder solucionar la grave situación creada por el cisma. Sin embargo nunca fue una ley eclesial y mucho menos una definición dogmática. Nunca fueron ratificados los canones dónde se propinía esta doctrina ni por Martín V ni por su sucesor Eugenio IV.
4. Eneas Silvio no fue “el más grande teólogo del Concilio de Basilea”. De hecho en la época en que se celebró dicho concilio no era ni siquiera sacerdote. La voz cantante respecto al conciliarismo y la oposición a la autoridad Papal la llevó el cardenal d´Allemand de Arles. Eugenio IV que nunca había aceptado los cánones de los concilios de Pisa y Constanza que avalaban la teoría conciliar se opuso categóricamente a esto y al ver que el ambiente se enrarecía decretó la disolñución del concilñio de Basilea mediante la bula "
Doctoris gentium" (18 sept de 1437). Posteriormente reanudaría el concilio en la ciudad de Ferrara el 30 de diciembre. La mayor parte de los padres conciliares acató la voluntad del pontífice y se trasladaron a Ferrara. Sólo quedó en Basilea la fracción más reaccionaria (El cardenal Luis d'Allemand, once obispos 5 teólogos y nueve juristas y canonistas) quienes ratificaron categóricamente la superioridad del concilio sobre el Papa. Todos estos decretos posteriores al 18 de septiembre son inválidos y por tanto no son tenidos en cuenta. De hecho, Eugenio IV, el 4 sep. 1439, describiría esta doctrina cómo impía y escandalosa, y el 22 jul. 1446 en escrito a sus legados en Alemania diría “Lo mismo que nuestros predecesores acostumbraron recibir, abrazar y venerar los Concilios generales que en su tiempo se constituyeron debidamente, y canónicamente se celebraron; así nosotros, con toda reverencia y devoción,
recibimos y veneramos los Concilios generales de Constanza y Basilea, desde su comienzo hasta la translación hecha por Nos, sin perjuicio, sin embargo, del derecho, dignidad y preeminencia de la Santa Sede Apostólica, y de la potestad que a ella y a quien en ella canónicamente se siente, le fue concedida por Cristo en la persona del bienaventurado Pedro”. En cuanto a Eneas Silvio formó parte de una embajada imperial ante Eugenio IV en 1445 y ahí pidió al papa perdón por sus errores y renunció al conciliarismo. Posteriormente se ordenaría sacerdote. Ya Papa rechazaría la Teoría Conciliar en su bula
Exsecrabilis de 18 de enero de 1459 cómo ya lo habían hecho sus predecesores Martín V y Eugenio IV.
5. Respecto a la famosa frase: “
Y no deis más importancia al laico que al pontífice: rechazad a Eneas, acoged a Pío.” La dijo refiriéndose a su obra de carácter erótico “
Historia de duobus amantibus” compuesta durante su díscola juventud. Nada tiene que ver ni con los concilios ni con su elección como Papa.
Cómo todo lo que has publicado en este foro y en el anterior nada de esto es prueba en contra de la infalibilidad pues ninguno de los papas implicados rechazó o condenó un dogma de un papa anterior y dado que la infalibilidad sólo se aplica a los dogmas ahí es dónde tienes que demostrar que los papas se han contradecido.
Salu2