Al presentar estos versos como evidencia de que tenemos que guardar la ley, estas diciendo que no has entendido las cosas que tienes que entender.
Primeramente la ley fue dada al pueblo israelita en el Sinaí, no a los gentiles, eso fue lo que hizo que Israel siendo un pueblo igual a los demás pueblos de mundo, se convirtiera en el pueblo escogido y exclusivo de Dios, santificado para él. Tú te invitaste a la fiesta, pero resulta que llegaste demasiado tarde, llegaste cuando la fiesta se había terminado; pues esa ley del Sinaí que fue añadida a la promesa que se le hizo a Abraham y su simiente cuatrocientos treinta años antes, terminó su función de ñaña cuando llegó la fe mediante la cual se alcanza la promesa.
Tu estas desubicado en los tiempos, por eso no te das cuenta que Jesús de Nazaret no podía hacer otra cosa que cumplir la ley, pues él nació bajo la ley y vino precisamente a darle cumplimiento a esa ley. Jesús con su sacrificio cumplió con los justos requerimientos de la ley, y al ser consumado todo, terminó la dispensación de la ley y comenzó la dispensación de la gracia; desde entonces no eres tu el que tienes que ir a una ley abolida sino ellos que están en esclavitud bajo esa ley, son los que tienen que entrar por el nuevo camino que llega al padre, Jesucristo; pero tú lo que haces es retroceder con tu intento de estar sujeto a la ley y querer guardarla.
El libro de los hechos de los apóstoles no es un libro doctrinal en sí mismo, lo que hicieron los apóstoles en aquellos días, no se puede tomar como norma a seguir, y menos como base para construir dogmas. En esos días la doctrina cristiana aun no estaba establecida en su totalidad. Ellos hacían lo que estaban acostumbrados a hacer en el judaísmo.
Nosotros nunca tuvimos ley (gracias a Dios) y no necesitamos ley, pues nosotros tenemos el Espíritu. La ley en letra fue el guía de los que no tienen el Espíritu, de los que tienen que memorizarse la letra del mandamiento, por esto el Señor les pidió que se los repitiera a sus hijos continuamente.
Dt.6:4
4Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
En el nuevo pacto esto sería innecesario porque tendrían la ley en sus mentes.
Jer.31:31
31He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá……………. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Si tu eres israelita no creyente en Jesucristo y crees que este nuevo pacto aun no ha tomado lugar, entonces seguirás guardando la ley al estilo de Dt. 6:4.
Pero si tú eres creyente y piensas que el nuevo pacto que habla Jer. 31:31 comenzó con la muerte y resurrección de Jesús, y sigues guardando la ley como en el antiguo pacto, y eso enseñas, estas adulterando el nuevo pacto con tu mala percepción.
En el nuevo pacto la ley escrita con letras es obsoleta, antigua, arcaica y todos los sinónimos que te puedas encontrar, pues en este nuevo pacto está en uso un nuevo y más sofisticado método de conocer a Dios. La diferencia entre esas dos maneras es de señales de humo a telefonía celular. ¿Se te ocurriría mandarle señales de humo a tu jefe para comunicarle que llegaras tarde al trabajo? ¿Verdad que no?
A nosotros no se nos mandó a guardar la ley, por tanto no lo hacemos, nosotros obedecemos a la voz de nuestra conciencia guiada por el Espíritu, y al obedecer al Espíritu estamos haciendo su voluntad. Nosotros no somos guiados por la ley del Sinaí, sino por el Espíritu.
Salte del valle de muerte y condenación en que estas, y entra en su reposo. Las señales de humo son obsoletas.
Saludos,
Leal[/FONT]