Los que dicen que la salvación se puede perder no se toman muy en serio el dond e Dios ¿no?
Rom 11:29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
Efe 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
Esas y muchas otras escrituras demuestran esa verdad, pero con eso debería quedar más que claro.
Dios es un Dios de certidumbre, de cosas seguras, de liberación.
No de ser esclavos del temor, de la incertidumbre (que causa temor). Él da seguridad, tranquilidad, paz, bienestar.
Las doctrinas que ponen en duda la salvación, que hacer de la salvación de Dios algo inestable, no seguro, condicional, no solo ponenn en duda la buena volunta dde Dios, su grandeza (en dar), su capacidad (de cuidar), sino que son diabólicas, sembrando sudas, inquietud, preocupación, condenación, en una naturaleza humana caída, ya por sí misma agobiada de pecados, de confusión, de inestabilidad de todo tipo, de desazón, de derrota.
Lo que ha vencido a todo eso es la creencia del Señor Jesucristo, porque él creyó para hacer lo que hizo. No la creencia nuestra, que un día creemos y otro dudamos, que un día estamos en comunión y otro pecamos.
Dios ya sabía todo eso, por lo cual hizo algo que no dependiera de nosotros, algo espiritual perfecto, el don de Dios. El don de Dios es un don espiritual, perfecto, nadie lo puede tocar, nadie lo puede dañar, ni nosotros mismos.
Es una realidad espiritual no carnal. No depende de nosotros que no peque, el don es Cristo en Nostros espiritualmente, y no peca:
1Jn 3:9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
Son versículos que simple vista parecen difíciles.
¿Cómo que no puede pecar? Si un poco antes había dicho:
1Jn 1:3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
1Jn 1:4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.
1Jn 1:5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
1Jn 1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;
1Jn 1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
1Jn 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
1Jn 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1Jn 1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
1Jn 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
1Jn 2:2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Eso está dirigido a creyentes renacidos, no a incrédulos.
Es el confesar pecados para comunión, no para reibir salvación.
Pero lo que dice en 1Jn 3:9 se refiere al don espiritual, el cual sí no puede pecar, porque es perfecto.
Al igual que:
1Jn 5:18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.
Se refiere a que no peca espiritualmente, porque tiene el don de Dios, el cual no peca.
En la carne puede pecar y salirse de comunión (común unión con Dios), y para eso lo que puede hacer es confesar a Dios los pecados para volvber a estar en comunión (en común unión) con Dios, porque Dios lo perdona.
En definitiva, la salvación no se pierde, lo que sí se puede perder es la comiunión. Pero Dios dejó también un camino de vuelta: el conrfesar los epcados a Dios para volver a estar en comunión.
