Jesucristo llamó a compartir con los pobres, no a que el gobierno obligara a la gente a compartir con los pobres.
Jesucristo abogó por dar más a quien más merece (parábola de los talentos) no a darle a quien no se lo merece.
Lo ideal sería una sociedad en que las personas compartieran y repartieran la riqueza de forma voluntaria. Pero si hay personas egoístas y antisociales algo se deberá hacer. Esta gente es un problema para la justicia y la paz social.
Todos merecemos tener lo mínimo. No hay gente que merece más que los demás. La parábola de los talentos puede haberse malinterpretado.