«Dios mío, cuando me siento angustiado,
te llamo y tú me respondes.
Dios mío,
sálvame de la gente mentirosa;
sálvame de la gente embustera.
¡Muy mal les va a ir a ustedes, mentirosos!
¡Dios los va a castigar!
¡Les disparará flechas puntiagudas y encendidas,
como las que lanzan los guerreros!
¡Pobre de mí!
¡Soy un hombre sin patria
que vive entre gente salvaje!
¡Ya he vivido mucho tiempo
entre los que aborrecen la paz!
Yo soy un hombre tranquilo,
¡pero ellos hablan de guerra
mientras yo hablo de paz!»
Salmos 120:1-7 TLA