«¡Oh Dios,
no guardes silencio!
No cierres tus oídos;
no te quedes callado,
oh Dios.
¿No oyes el alboroto
que hacen tus enemigos?
¿No ves que tus arrogantes
adversarios se levantan?
Inventan intrigas astutas contra tu pueblo;
conspiran en contra de tus seres preciados.
«Vengan —dicen—,
exterminemos a Israel como nación;
destruiremos hasta el más mínimo
recuerdo de su existencia».
Efectivamente,
esta fue su decisión unánime.
Firmaron un tratado de alianza en tu contra:
los edomitas y los ismaelitas;
los moabitas y los agarenos;
los giblitas, los amonitas y los amalecitas;
y los habitantes de Filistea y de Tiro.
Asiria también se unió a ellos
y se alió con los descendientes de Lot.»
Salmos 83:1-8 NTV