Este tema de la resurrección del Señor puede ser muy controvertible, y la razón para ello se encuentra en las mismas escrituras.
La realidad es que existen dos versiones sobre qué sucedió en la resurrección. Una versión es la expuesta por Pablo en 1ra. de Corintios 15, y la otra es la que aparece expuesta en los evangelios de Mateo, Lucas y Juan.
No vamos a incluir al evangelio de Marcos, ya que es muy bien sabido que este evangelio, al menos el original, llega hasta el versículo 8 del capítulo 16. Lo demás que aparece escrito en el mismo fue añadido por algún cristiano 200 años después que el evangelio había sido originalmente escrito. Por tanto, no existen relatos sobre el Jesús resucitado en ese evangelio, solamente relatos del sepulcro vacío.
El apóstol Pablo es quien escribió el relato más antiguo que se tiene sobre la resurrección de Jesús. Este relato es por lo menos unos 20 años más reciente que el primer evangelio que fue escrito: el de Marcos.
En 1ra. de Corintios 15 Pablo hace un relato detallado sobre quienes fueron los testigos que tuvieron encuentros con el Jesús resucitado. El primero que menciona Pablo es Pedro (1 Corintios 15:5). Las traducciones al español indican que Jesús se “apareció” a Pedro. La palabra que traducen como “apareció” en el original griego koiné (idioma en que el Nuevo Testamento fue escrito) es ὁράω (horao). Esta palabra significa literalmente una experiencia, una percepción, o una revelación. No es la palabra que usted usaría para describir el encuentro con una persona concreta y real. Usted se encuentra con un amigo o un familiar, no va a expresar que su encuentro fue un “horao” pues eso significa que fue una percepción o revelación que usted tuvo de esa persona, no como un encuentro real con la persona en sí misma.
¿Entienden el dilema? Pablo está explicando que los encuentros con el Jesús resucitado experimentados por todos los que él menciona en la lista fueron experiencias espirituales. No encuentros concretos. Fueron visiones. ¿Una mejor prueba de este argumento? En el versículo 8 de ese capítulo Pablo se incluye en el grupo de los que vieron al Jesús resucitado, indicando que también se apareció a él. Todos conocen, que según el relato del libro de los Hechos, en efecto, Jesús resucitado se apareció a Pablo, pero fue en una visión. No fue el Jesús corporal y real que se relata en los evangelios, que incluso comió con los discípulos. Eso no. Pablo tuvo una experiencia espiritual.
Entonces, Pablo está afirmando que la experiencia que tuvieron todos los demás que vieron a Jesús después de resucitar fue igual a la que él tuvo. Fue un evento espiritual, del corazón.
Ahora bien, los evangelios presentan otra historia. Según los autores de los evangelios de Mateo, Lucas y Juan el Señor Jesús apareció no en una visión, sino en cuerpo sólido entre los discípulos. Esto difiere de lo expuesto por Pablo.
El dilema entonces es: ¿Quién tiene la razón? ¿Fue la resurrección un evento espiritual, o un encuentro concreto? Son dos versiones. Como historiador debemos siempre obedecer el sentido común, que usualmente dicta que el relato más cercano a los eventos que se narran es el más confiable. Por tanto, deberíamos favorecer a Pablo, y creer que las apariciones del Jesús resucitado fueron visiones que tuvieron los que son mencionados por Pablo en la carta a los corintios.
De hecho, en 1ra. Corintios 15:45 Pablo parece estar afirmando que Jesús resucitó en el espíritu. Igualmente, en 1ra. de Pedro 3:18 el apóstol Pedro sostiene que Jesús fue vivificado en el espíritu cuando resucitó.
No por ello debemos descartar totalmente lo expuesto en los evangelios. Si esas historias son leyendas creadas, pues todos los evangelios se escribieron décadas después de Jesús haber muerto, deben tener su valor histórico. Pablo escribió sus cartas a penas unos 20 años después de la muerte de Jesús, y eso lo hace más confiable.
Cada cristiano que sostenga su propio criterio. El hecho es que Jesús resucitó, de eso no hay duda, ahora bien: fue una resurrección en cuerpo literal, o fue una resurrección puramente espiritual. Cada cual escoja qué va a creer.
Bendiciones.
El Evangelio de Marcos se considera generalmente anterior a las cartas de Pablo. Los estudiosos coinciden en que las cartas del apóstol Pablo fueron escritas antes de los evangelios sinópticos, incluyendo a Marcos. Además, a menudo se considera que Marcos está fuertemente influenciado por las cartas de Pablo, lo que sugiere una dependencia literaria más que un relato independiente. El Evangelio de Marcos se considera el Evangelio escrito más antiguo, lo que refuerza su posición anterior en comparación con las cartas de Pablo.
La verdadera pregunta es, ¿cuál es el documento más antiguo que muestra dependencia del final más largo y, por lo tanto, da testimonio de su existencia dentro de los textos de la Iglesia Primitiva? James Keller Hoffer, en su influyente estudio, expone elegantemente el context historico y los elementos de juicio que hacen de este tema sujeto de estudio. Para responder a esta pregunta, concluye que las primeras atestaciones seguran del final más largo aparecen en los escritos de Justino Mártir 100-165 e.C
Yo investigue el tema exhaustivamente hace algun tiempo y publique un ensallo al respecto que con gusto compartiria contigo. Te copio a continuacion algunas de las notas del mismo:
Contexto histórico que respalda la datación temprana
1. Conexión con los relatos de testigos oculares
La evidencia histórica sugiere fuertes conexiones con el testimonio apostólico temprano:
El historiador de la iglesia primitiva, Papías, señaló que Marcos registró los relatos de los testigos oculares de Pedro.
Esta conexión directa con el testimonio de Pedro sugiere una composición durante el período más temprano del desarrollo cristiano.
2. Evidencia arqueológica
Varios factores arqueológicos respaldan la datación temprana:
El descubrimiento de evidencia manuscrita del Evangelio de Marcos del siglo I.
La relativa proximidad a los eventos en comparación con otras biografías antiguas.
Hallazgos arqueológicos que corroboran las narrativas del Nuevo Testamento.
La Piedra de Pilato: Descubierta en Cesarea, esta inscripción en piedra caliza confirma el papel de Pilato como prefecto de Judea.
Anillo de Pilato: Hallado en Herodión, con la inscripción "PILATO" (PILATO).
Monedas: Evidencia arqueológica de monedas acuñadas durante el gobierno de Pilato, con símbolos religiosos romanos.
Caifás.
Osario de Caifás: Descubierto en Jerusalén en 1990. Contiene los restos de un hombre de 60 años. Lleva la inscripción "José, hijo de Caifás".Confirma la existencia del sumo sacerdote que presidió el juicio de Jesús.
Consideraciones teológicas
1. Cristología primitiva
El Evangelio presenta una forma temprana de comprensión cristológica:
La cristología de Marcos parece menos desarrollada que la teología sistemática de Pablo.
El Evangelio desafía a los lectores a descubrir la identidad de Jesús a través de la narrativa en lugar de declaraciones teológicas explícitas.
2. Tratamiento de la ley judía
El enfoque del Evangelio sobre la ley judía sugiere una composición temprana:
Marcos presenta una visión más matizada de la Ley en comparación con el tratamiento sistemático posterior de Pablo.
El Evangelio carece de la explícita La antítesis ley-evangelio encontrada en las cartas de Pablo
A continuación, se presentan fuentes que pueden consultarse para respaldar la creencia de que el Evangelio de Marcos fue escrito antes de las cartas de Pablo. Estas fuentes incluyen trabajos académicos, comentarios y análisis históricos relevantes para el debate:
Bauckham, Richard.
Jesús y los testigos oculares: Los Evangelios como testimonio ocular. Eerdmans, 2006.
.Brown, Raymond E.
Introducción al Nuevo Testamento. Yale University Press, 1997.
Horsley, Richard A.
Pablo y el Imperio: Religión y poder en la sociedad imperial romana. Trinity Press International, 1997.
Farrer, Austin.
"Sobre el Ordenamiento de los Evangelios". The Journal of Theological Studies 24.1 (abril de 1973): 1–15.
Papías y los Padres de la Iglesia Primitiva:
Eusebio de Cesarea. Historia Eclesiástica.
Streeter, Burnett Hillman.
Los Cuatro Evangelios: Un Estudio de los Orígenes. Macmillan, 1924.
Saludos.