Re: REFLEXIONES .....
Los predicadores de la solidaridad con la mente del mundo acaban mal, Juan Simarro. Mire lo que le dijo el Cristo a uno que de vez en cuando fue solidario con la mente del mundo:
Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
(Mat 16:21-23)
Usted es tropiezo para Cristo, Simarro. Busca las obras dignas de arrepentimiento. No se conforme a este mundo.
Ibero 2011
Quizás el hombre ha perdido sensibilidad, fundamentalmente el hombre de los países opulentos que, en cierta manera, se está comiendo a sus congéneres. Los tiene sobre su mesa repleta de manjares. Tanta abundancia le impide las lágrimas solidarias. Cree que todo es suyo. Lo único que tiene que hacer es almacenar y, egoístamente, guardar sus bienes, sus frutos para disfrutarlos insolidariamente. Es incapaz de decir: nuestros bienes, nuestros frutos… no reconoce los derechos del otro. Jamás podrá llorar por él. Su canción no será una elegía por el hombre despojado, ni una triste canción que le haga brotar una lágrima de solidaridad. Su canción es ésta: “Alma mía, muchos bienes tienes almacenados. Come, bebe y regocíjate”, pero no habrá hecho nada más que terminar su canción insolidaria o canción de muerte, cuando ya sonarán las palabras de Dios: “¡Necio! Esta noche vendrán a pedirte tu alma. ¿De quién será lo que has almacenado?”
© J. Simarro. ProtestanteDigital.com (España, 2006)
Los predicadores de la solidaridad con la mente del mundo acaban mal, Juan Simarro. Mire lo que le dijo el Cristo a uno que de vez en cuando fue solidario con la mente del mundo:
Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
(Mat 16:21-23)
Usted es tropiezo para Cristo, Simarro. Busca las obras dignas de arrepentimiento. No se conforme a este mundo.
Ibero 2011