Aunque Jesús fue perfecto, su nacimiento fue un parto humano normal. María no estaba de parto al momento que concebió a Jesús. La concepción fue milagrosa, pero la gestación duró los meses que dura un embarazo normal. Ella ya estaba embarazada cuando fue con José a Belén a registrarse; habían pasado meses de embarazo antes de ir a Belén para el censo, donde María dió a luz al bebé. Igual que el bebé tuvo que crecer fuera del vientre, así también creció dentro de él hasta el momento normal de estar listo para salir a la luz.
Si alguien sabe algo de genética puede confirmarlo: un bebé adquiere una parte de su padre y otra de su madre para poder formarse dentro de la matriz de su madre. La madre no es solo un receptáculo donde se desarrolla el bebé, sino que también es la madre la que aporta la mitad de los genes en los cromosomas. Las instrucciones del color de la piel, de los ojos, la forma de su nariz y de las facciones faciales, el tamaño o peso del bebé, y otras características físicas, es el resultado de la combinación genética de dos humanos. Todos los que imaginamos a Jesús físicamente lo pensamos como un hombre que físicamente representaba a un judío típico en sus rasgos físicos, y eso fue el resultado de su herencia materna. Como Jesús no tuvo padre humano, es lógico deducir que su físico humano recibió su genética del lado materno, así que para tener características físicas, su madre tuvo que haber influido, o al menos es lógico pensar que esa era la forma natural de que su cuerpo físico se desarrollara; en fin de cuentas, en el cielo Jesús no era un ser con características humanas como nosotros sino un espíritu.
Por otro lado, el sexo de un niño varón solo lo puede aportar un padre humano, porque el cromosoma Y no existe en las mujeres, y todo varón tiene que recibir ese cromosoma de su padre. Así que es lógico pensar que esa parte de Jesús no la puede haber aportado María, sino que fue de alguna manera producida a partir del espíritu que había sido Jesús cuando estaba en el cielo, y así su persona completa pudo estar encajada en el humano que vino a nacer después a través de María.
Desde el punto de vista bíblico, para hablar de la concepción de un bebé dentro de la matriz de su madre, se usa el mismo verbo que se usa para hablar del papel del hombre para engendrarlo en su esposa, y también el mismo verbo para describir el nacimiento, así que en ese sentido no podemos determinar cómo fue la concepción de Jesús solo por ese verbo. Sin embargo, hay otros indicios lingüísticos que aportan cierta información sobre ese asunto. Por ejemplo, cuando se habla de Jesús como descendiente de David se usan expresiones como "la simiente de David" y otras parecidas. Esas expresiones indican que debería esperarse que haya alguna participación física humana implicada en la formación del cuerpo de carne de Jesús. Aunque el derecho legal al trono como descendiente de David puede atribuirse al linaje de su padre adoptivo, su genealogía a través de María y no a través de su padre en el evangelio de Lucas (cap. 3), indica que aunque legalmente su derecho al trono venía de su padre, su derecho natural venía por su madre.
Este comentario y alguno a continuación no implica que haya sido necesariamente de esta manera. Solo pretendo demostrar que hay razonamientos bíblicos y científicos que podemos usar para considerar una posible participáción de la madre de Jesús en la formación de su cuerpo humano. Por algo que pudiera compararse con el "ahorro" de recursos, sería mucho más fácil que el bebé haya recibido una parte de su madre y no que haya tenido que ser creado completamente un nuevo ser que ni siquiera hubiera tenido alguna cosa humana como todos aquí abajo. De cualquier modo, la Biblia enfatiza sobre la condidión y naturaleza humana natural de Jesús.
Saludos a todos y hasta otro día.