Cómo cristiano que soy, me gusta la idea de Jesús en su cotidianidad, o sea, pecador. Para explicarme, voy a traer dos elementos con los que me gusta estar en DESacuerdo. Catolicismo y Nietzsche:
¿Que es el concepto superhombre?, es importante que lo recuerden bien, y por eso lo voy a poner en negritas: el superhombre de nietzsche es seguro, independiente e individualista, y no se deja llevar por la multitud; al contrario de las personas débiles, que sólo se dejan llevar por las tradiciones y las reglas establecidas.
Leyendo el libro de este autor llamado El Anticristo, uno se da cuenta de una cosa. Para Nietzsche, a pesar de haber “despreciado a Dios”, Jesucristo era un modelo de superhombre. Porque Jesucristo se había impuesto y rebelado contra todas las ataduras sociales de la época, se rebeló frente a los romanos, se erigió como un mesías y se sacrificó para salvar al mundo. Esta versión de Jesucristo cuadraba muy bien con la del superhombre, pero Nietzsche se preguntaba una cosa: ¿Por qué ahora la Iglesia hace que sus súbditos se sometan a ella, se humillen ante el señor y tomen la actitud contraria a la del superhombre que fué Jesucristo? Es decir, que en lugar de ser independientes y libres, se comporten como personas débiles que deben de someterse a los designios.
Raúl Gutiérrez Saenz lo leyó, y sobre ello decía esto:
Respeto a la negación de la existencia de Dios, podemos comentar lo siguiente. Lo que se critica en los textos de Nietzsche es un dios antropormofizado, despótico, lleno de las debilidades humanas, dispuesto a castigar la menor falta, absolutamente carente de la bondad y la excelencia que hemos acentado más arriba. Esta negación del concepto de dios en boga durante el siglo XIX (y también, por supuesto, en algunos medios de la civilización actual) puede ser aceptada sin menoscabo de esa experiencia de intimidad religiosa que hemos descrito.
Cuando lo cito no es porque él tenga razón.
Pero parece que el papel ha vuelto a cambiar. La religión católica, con todo y sus defectos y errores actuales que presenta se ha desprendido de esos prejuicios medievales y e incluso ha pedido perdón por ellos. El Papa Juan Pablo II pidió en nombre de la Iglesia perdón por la santísima inquisición, y a diferencia de muchas iglesias protestantes, han tenido menos problemas para aceptar las verdades contundentes de la ciencia como lo es el evolucionismo.
Ahora parece ser que el que busca seguir a Jesucristo en su vida diaria se convierte en un superhombre, es decir, ya no se humilla ni se vuelve insignificante, sino que siguiéndolo logra romper las ataduras que le impone la sociedad moderna. El seguir a Jesucristo en la actualidad es vivir una vida equilibrada con un goze espiritual de paz, y no niega al hombre la oportunidad de tener sueños ni ambiciones, no lo limita. La dificultad estriba en lograr ser un hombre recto moralmente que logre amar a su prójimo, y para lograr eso, el hombre debe de luchar contra la corriente, debe de dejarse de llevar por las masas y por la multitud, por eso, el hombre que de verdad (no el que lo hace de dientes para afuera) busca seguir el ejemplo de Jesucristo, podría decir que también está logrando convertirse en parte en un superhombre, independiente, que no se deja de llevar por la inercia de la sociedad, y aquel que logra hacer un bien por su comunidad.
A quienes amamos a Jesús nos falta la desobediencia que nos enseñó él frente a su mundo humano, él iba contra el Sistema, era antisistema. Hoy la mayoría de los cristianos se prefieren alineados con los poderes del mundo humano en su obrar cotidiano en vez de verderamnte hacer un sacrificio y ofrecer un verdadero y real Obrar del Bien:
Con Dios a su lado y contra las imposiciones estatales y capitalistas y nacionalistas, etc.
Pocas comunidades cristianas se prefieren contrarias a las fuerzas militares, policiales, institucionales,
ni siquiera se lo cuestionan, las aceptan ciegamente. En fin, es sólo una crítica constructiva.
Muchos adoran a Dios y sin embargo actúan diferentes, por eso no estoy diciendo qué hacer, sólo señalando hechos que puedo ver en la cotidianidad; de cristianos conformes con el Mal y hacer nada ya les hace sentir en el Bien.
Las instituciones son el Mal, son el lado satánico humano,. Cuando no las combatimos y hacemos en relación a ellas las justificamos: eso nos muestra lo incompetentes que somos al no poder crear una verdadera Comunidad, sólo comunidades cristianas de hacer conformes a alinearse con Lo Establecido por el hombre en su Oscuridad,
y agarrarse de pasajes a conveniencia de no hacer el bien para creerse en el lado contrario a Satanás.
Si lo humano es imperfecto y Dios es Perfección, obrar en positiva de las instituciones es apoyar sistemas de imperfección perfectamente manejados por ser así por el Diablo. La perfección está afuera del Estado así como Jesús se impuso contra el Estado frente a su tiempo, o incluso Moisés cuando se impuso al Estado frente a su tiempo.
Saludos