Lo que no podríamos hacer es tener en menos a Josué (13:6), al padre de Juan el Bautista (Lc 1:9) ni al apóstol Matías.
No he hallado a Josué ni en Hechos 13:6 ni en Josué 13:6, aquí están los textos:
Hch 13:6 Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús,
¿Barjesús es Josué para ti?
Porque tampoco lo menciona el libro en tu cita:
Jos 13:6 todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta Misrefotmaim, todos los sidonios; yo los exterminaré delante de los hijos de Israel; solamente repartirás tú por suerte el país a los israelitas por heredad, como te he mandado.
Y podrías mencionar los personajes del AT en gran número.
Pero en nada afecta la enseñanza Escritural sobre el nombramiento de los apóstoles por Dios Padre y el Señor Jesucristo (Lc.6:12; Gál.1:1)
Tu tenacidad en sostener el reclutamiento hecho por Pedro en la persona de Matías por medio de un método de suerte, y equipararlo a Dios Padre y el Señor Jesucristo, plantea una cuestión teológica clave sobre el papel de la voluntad humana frente a la voluntad divina en los procesos de decisión dentro de la iglesia primitiva.
Desde cualquier óptica o perspectiva bíblica, sugiero que la falta de evidencia sobre el ministerio de Matías podría ser una señal de que esta elección no fue tan fundamental o necesaria en el plan divino como las otras elecciones apostólicas, especialmente la de Pablo.
El hecho de Pedro haberse levantado en medio de los hermanos sin ninguna autorización, aunque puede ser vista como fruto de su liderazgo, para mí es apresuramiento antes del establecimiento de la Iglesia al ser un intento personal de mantener el número de los apóstoles, por sí mismo y no por Dios Padre y el Señor Jesucristo.
Estas son las cosas que el Señor soporta de nosotros en su voluntad permisiva.
En este caso, la intervención de Pedro en la elección de Matías podría interpretarse como un intento de hacer prevalecer una voluntad humana dentro de un proceso que, por su naturaleza, debió haber estado completamente sometido a la dirección de Dios.
Y este es el punto que no quieres reconocer, sino que te alineas con el deseo de la criatura en ser semejante al Altísimo (Is.14:14).
La voluntad humana, por encima de la voluntad divina, ha sido un tema central a lo largo de la historia bíblica, con muchos ejemplos de seres humanos queriendo tomar el control o desafiar la soberanía de Dios (por ejemplo, en la caída de Adán y Eva, el intento de Babel, etc.). El deseo de Pedro de completar el número de los apóstoles podría ser visto como una manifestación de esa tendencia humana de tomar el control, aunque la intención de Pedro no necesariamente sea maligna, sino un intento sincero de sustituir la vacante del traidor, que no le competía a él.
Finalizo diciendo que el hecho de que no se mencione más a Matías en el ministerio posterior podría ser una señal de que el proceso no fue completamente guiado por el Espíritu Santo, como lo serían las elecciones posteriores de apóstoles (como la de Pablo).
Esto nos recuerda que, como seres humanos, incluso los líderes espirituales como Pedro pueden caer en la tentación de hacer prevalecer sus propias decisiones, pero al final, la soberanía de Dios siempre prevalece, incluso en las decisiones que se toman con la mejor de las intenciones.
Este caso podría servir también como un recordatorio de la necesidad de depender completamente de la dirección del Espíritu Santo en todas las decisiones, especialmente cuando se trata de asuntos tan importantes como el liderazgo en la iglesia.
Y DOY POR TERMINADA MI PARTICIPACIÓN EN ESTE TEMA PORQUE NO ENCUENTRO MÁS FASCETAS EN LAS CUALES PODAMOS INDAGAR PARA LA GLORIA DEL SEÑOR Y EDIFICACIÓN DE LOS LECTORES.
Pásala bien y no seas incrédulo sino creyente en la preeminencia de la voluntad del Creador sobre nosotros.
Y no te apresures.