Hnos.,
Tres cosas tengo que decir
La primera: Jamas la institución romanista ha podido comprobar que nuestro amado apóstol Pedro haya sido obispo de Roma. Ni históricamente, y mucho menos bíblicamente. Partiendo de ahí, ya se les cayo el teatrito.
La segunda: La iglesia del Señor, es [b[TODA[/b] aquella que glorifica, honra, y venera SOLO SU NOMBRE ver Apocalipsis 4 y 5 En cualquier parte del mundo. Me parece que por ahí, también se les cayo el teatrito, la institución romanista adora, venera y se hinca ante todos los trapitos y muñequitos conocidos y por conocer.
La tercera: La iglesia del Señor No puede ser idolatra, herética, y blasfema Y eso le sobra, y mucho, a la institución romanista.
Mizpa
Daniel Ortega
Tres cosas tengo que decir
La primera: Jamas la institución romanista ha podido comprobar que nuestro amado apóstol Pedro haya sido obispo de Roma. Ni históricamente, y mucho menos bíblicamente. Partiendo de ahí, ya se les cayo el teatrito.
La segunda: La iglesia del Señor, es [b[TODA[/b] aquella que glorifica, honra, y venera SOLO SU NOMBRE ver Apocalipsis 4 y 5 En cualquier parte del mundo. Me parece que por ahí, también se les cayo el teatrito, la institución romanista adora, venera y se hinca ante todos los trapitos y muñequitos conocidos y por conocer.
La tercera: La iglesia del Señor No puede ser idolatra, herética, y blasfema Y eso le sobra, y mucho, a la institución romanista.
Mizpa
Daniel Ortega