Toni, respecto a la indudable primacía de Pedro, incluída su participación en el concilio de Jerusalén, basta echar un vistazo a la Biblia
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Pedro y su primacía en la Iglesia
Mateo 16,18
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Mucho se ha comentado acerca de ese versículo. Algunos dicen que "esta roca" no hace referencia a Pedro sino a lo que Pedro acababa de confesar en el versículo 16. Pero fíjense qué curioso lo que pasa en el 17, donde Jesús llama a Pedro por su nombre original, Simón. Luego le llama Pedro ¿Porqué digo esto? Observen estos versículos:
Génesis 17: 4-6
He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.
Génesis 17, 15-16
Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.
Génesis 32: 26-28
Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
Juan 1: 41-42
Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)
...que quiere decir PIEDRA
Y sobre ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA
¿Entienden? Dios, a lo largo de la Biblia, ha cambiado en diversas ocasiones los nombres a determinadas personas. Siempre que ha hecho algo así ha sido por un motivo concreto y el nuevo nombre ha significado algo que definía el papel de esas personas dentro del pueblo de Dios. Pues EXACTAMENTE igual pasa con Pedro, que se llamaba Simón y al que Cristo, lo primero que hace cuando lo ve es cambiarle el nombre y avisarle de que será llamado Pedro, que significa piedra o roca. Visto el contexto de toda la Palabra de Dios y atendiendo a lo que sucede en Mateo 16, no queda más remedio que aceptar que Jesús está señalando muy claramente cual es el papel de Pedro en la fundación de la Iglesia que Él estaba estableciendo.
Pero es que además, en el versículo 19 le dice lo siguiente:
Y a ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y todo lo que atares en la tierra, será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra, será desatado en los cielos
Aunque en Mateo 18,18 Cristo dice lo de atar y desatar a todos los discípulos, lo cierto es que sólo a Pedro le dice que le dará las llaves del Reino de los Cielos, lo cual es una clara muestra del papel de liderazgo de Pedro.
Más versículos:
Mateo 10,2
Los nombres de los doce apóstoles son estos: PRIMERO Simón, llamado Pedro.......
La palabra usada por Mateo para designar el lugar de Simón es "protos" que puede significar no sólo primero en orden sino en dignidad. Y no cabe la menor duda de que Pedro, no siendo el primero en llegar a ser apóstol, es llamado "protos" por su preeminencia sobre el resto de los apóstoles. Igual ocurre cuando Cristo es llamado PROTOtokos (Col 1,15), donde no significa que sea el primer ser creado sino el primero en dignidad sobre la creación. Por tanto, el concepto de preeminencia petrina en la lista de Mateo es claramente una preeminencia no decorativa sino orgánica.
Juan 21,15-17
Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: APACIENTA MIS OVEJAS.
Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le reespondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: PASTOREA MIS OVEJAS.
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: APACIENTA MIS OVEJAS
¿A cuál de los apóstoles le dice Jesús que apaciente y pastoree sus ovejas? A Pedro.
Lucas 22,32
pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, UNA VEZ VUELTO, CONFIRMA A TUS HERMANOS.
Es a Pedro a quien Cristo dice que confirme a sus hermanos.
Marcos 16,7
Pero id, decid a sus discípulos, Y A PEDRO, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.
Es curioso que el ángel nombre específicamente a Pedro, ¿verdad?
Vamos al libro de Hechos.
¿Quién es el que toma la iniciativa de buscar un sustituto para Judas Iscariote?
Pedro (Hech 1,15-26)
¿Quién es el que da la primera predicación de la Iglesia tras Pentecostés?
Pedro (Hech 2,14 y ss)
¿Quién realiza el primer milagro de la Iglesia tras la ascensión del Señor?
Pedro (Hech 3,1-10). Léanse también cómo Pedro vuelve a dar un discurso importante a partir de Hech 3,11
¿Quién es el que habla delante del Sanedrín la primera vez que los dirigentes religiosos judíos intentan parar la predicación del evangelio?
Pedro (Hech 4,1-22)
¿Quién es el encargado de ejercitar la primera disciplina seria en la Iglesia de Cristo?
Pedro, en el caso de Ananías y Safira (Hech 5,1-11)
¿A qué apóstol es a quien el Señor muestra por vez primera la necesidad de evangelizar a los gentiles, los cuales ya no son considerados impuros?
A Pedro (Hechos 10). Léete también Hechos 11, 1-18 para que veas la importancia de Pedro a la hora de que la Iglesia aceptara esa nueva realidad.
¿Quién es el que establece que las cartas de Pablo son ESCRITURA y advierte contra una mala interpretación de esas epístolas?
Pedro (2 Pe 3,15-16)
La primacía de Pedro es indiscutible desde un punto de vista bíblico
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Y tú serás llamado Cefas
Escrito por Luis Fernando Pérez (CiDe)
Nunca podrá entenderse la importancia de la figura del Obispo de Roma, sucesor del apóstol Pedro, sin previamente entender quién fue aquel hombre llamado Simón, hijo de Jonás, y cuál fue el papel que nuestro Señor Jesucristo quiso que desempeñara en su Iglesia. En el evangelio de Juan leemos cómo transcurrió el primer encuentro entre Jesús y Simón:
Jn 1,40-42
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).
A simple vista nadie diría que aquellas primeras palabras de Jesús a Pedro tuvieran más importancia que la de establecer una mera toma de contacto entre ambos pero, sin duda, en ellas nos encontramos con un elemento esencial para saber quién fue el apóstol. Efectivamente, Cristo anuncia a Simón que tendrá un nuevo nombre por el que será conocido: Cefas (Pedro). ¿Porqué dicho cambio?. En el Antiguo Testamento quizás encontremos la respuesta:
Gen 17,3-5
Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.
Gen 32,27-28
Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
Gen 35, 10-12
Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel. También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra.
Cada vez que Dios cambia el nombre de alguien, lo hace por un motivo muy concreto. Al establecer el pacto con Abram, que significa “padre enaltecido”, le renombra como Abraham, que significa “padre de una multitud numerosa”. Dicho cambio de nombre está totalmente relacionado con el propio pacto que Dios establece con el patriarca. Igual ocurre con Jacob, a quien un personaje misterioso con el que había luchado le advierte que su nombre pasará a ser el de Israel, que significa “Dios lucha” o “él lucha con Dios”, lo cual queda confirmado por el propio Señor en el momento en que confirma en él el pacto que ya había hecho antes con su abuelo Abraham.
Existen otros ejemplos veterotestamentarios en los que podemos comprobar que el nombre de una persona podía estar íntimamente relacionado con alguna circunstancia de su vida. No en vano, cuando el ángel del Señor anuncia a José que el fruto del vientre de María es engendrado por el Espíritu Santo, al mismo tiempo le dice que el niño debía de llamarse Jesús, que significa Yavé salva, porque dicho nombre definía perfectamente la misión del Señor que había de nacer del seno de la Virgen María.
Con todos estos antecedentes, no podemos ignorar el hecho de que Jesús, al darle un nuevo nombre a Simón la primera vez que se encuentra con él, está mostrando una cualidad esencial del propio Simón.
Pero más que hablar nosotros, dejemos que sea el propio Señor el que nos diga quién es Pedro y cuáles son los elementos distintivos de su ministerio.
Analicemos versículo por versículo Mateo 16,13-20:
13-14 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
Jesús sabía que había multitud de especulaciones acerca de su identidad, realidad que era igualmente conocida por sus discípulos. En medio de tanta confusión, el Señor les hace una pregunta muy interesante:
15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Notemos que no les pregunta “¿quién soy yo?”, sino “¿quiénes decís que soy yo?”. No siempre lo que creemos acerca de alguien coincide con lo que es realmente ese alguien. Y tanto más es así cuando ese alguien es el propio Dios.
Hoy estamos en una situación similar a la de aquellos tiempos. Los hombres especulan mucho acerca de la verdadera identidad de Cristo. Unos dicen que es sólo un buen maestro. Otros que un iluminado que fracasó. Aquellos creen que fue un gurú palestino. Los de más allá opinan que fue un extraterrestre. Y muchos directamente le ignoran. Pero, de nuevo, lo verdaderamente importante es que nosotros, los que somos sus discípulos, podamos responder a la pregunta “¿quién decís que soy yo?”. El que aquellos que no conocen de verdad a Cristo se equivoquen sobre su verdadera identidad es hasta cierto punto normal. Pero nosotros no podemos equivocarnos. Pedro no se equivocó.
17 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Punto y final a todas las especulaciones. Jesús es el Mesías, el Hijo del Dios viviente. Pedro lo ha dicho, el caso está cerrado. Pedro habla en nombre de todos ya que a todos era dirigida la pregunta. En Pedro está la respuesta de la Iglesia a la pregunta más importante que Jesús pueda hacer. La pregunta sobre su verdadera identidad.
¿De dónde sacó Pedro su respuesta? ¿de su capacidad intelectual? ¿de su potencial humano para entender la verdad sobre Jesús?. No, sino más bien:
18 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Simón supo, y la Iglesia con él, quién es Jesús por revelación directa de Dios Padre. No le fue revelado por otros hombres, sino por Dios.
Ya sabemos quién es Jesús. Es Jesús el Mesías, es decir, Jesucristo (Mesías = Cristo).
Ahora escuchemos bien quién es verdaderamente ese tal Simón, hijo de Jonás:
19 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Pensemos por un momento en el contexto en que el Señor dice esas palabras. Simón acaba de declarar quién es Jesús. Y toca ahora que Jesús nos diga quién es el apóstol. Ya no le llama Simón sino Pedro. Simón le había dicho a Jesús “tú eres Cristo” y Cristo le responde a Simón “y tú eres Pedro”. Ni podemos separar el nombre Cristo, y lo que significa, de Jesús, ni podemos separar el nombre de Pedro, y lo que significa, de la persona de Simón. Jesús el Mesías y Simón la piedra. Y es justo en ese contexto en el que Cristo dice “y sobre esta roca (piedra) edificaré mi Iglesia”. ¿Quién es el Cristo? Jesús; Jesucristo. ¿Quién es la roca o piedra sobre la que Jesús edifica su Iglesia? ¿a quién se le da el nombre de piedra? A Simón; Pedro.
Mucho, demasiado, se ha especulado sobre si la roca es el propio Pedro o es su declaración sobre Cristo. Pero en el contexto vemos que se está hablando de personas, no de ideas. Se trata de saber quién es Jesús y de saber quién dice Jesús que Simón es. Y una vez establecido quién es Jesús y quién es Pedro, Jesús edifica su Iglesia. Y ni la Iglesia se edifica sin la verdad acerca de Cristo, declarada por Pedro, ni la Iglesia se edifica sin la verdad acerca de Pedro, declarada por Cristo. Y es esa Iglesia, la verdadera, la que conoce y confiesa quién es Cristo y quién es Pedro, aquella sobre quien no prevalecerán las puertas del Hades.
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Quizás uno de los ejemplos más evidentes de la autoridad de Pedro sobre TODA la Iglesia lo tenemos en el primer concilio de la historia. Se celebró en Jerusalén. Podemos leer lo que ocurrió en Hechos 15
Hechos 15,5
Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.
Bien, ahí tenemos el conflicto planteado. Unos cuantos de entre los fariseos que HABÍAN CREÍDO -es decir, eran cristianos- plantearon la necesidad de que los gentiles se circuncidaran y guardaran la Ley. Conviene decir que Pablo ya había escrito Gálatas cuando se produce dicho concilio. Es decir, Pablo ya había dicho aquello de que al que se circuncide de nada le vale Cristo. Con todo, es evidente que el hecho de que Pablo hubiera escrito tal cosa no era suficiente para que la Iglesia lo aceptara sin más ni más. Ahora veamos qué ocurre después de esa petición de los hermanos que creían necesario la circuncisión y la observancia de la ley mosaica para los gentiles
Hechos 15,6
Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto.
Bien, bueno es saber que no toda la Iglesia se puso a discutir el asunto. Sólo lo hicieron los que estaban en autoridad
Hechos 15,7a
Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo:
¿Quién se levanta para acabar con la mucha discusión?
¿Santiago? ¿Juan? ¿Pablo?
NO, ¡¡¡¡SE LEVANTA PEDRO!!!!
El que acaba con toda la polémica es ni más ni menos que Pedro. Vemos lo que dice:
Hechos 15,7b-11
Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.
Pedro habla con autoridad y zanja la cuestión. Somos salvos por gracia y por tanto no hay que poner a los discípulos el yugo de la ley mosaica.
¿cuál es la primera reacción de la Iglesia ante las palabras de Pedro?
Hechos 15,12
Entonces toda la multitud calló y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.
Más claro, agua. Pedro habla, el resto se calla. Y sólo entonces es cuando intervienen Bernabé y Pablo para contar las señales y maravillas que se hicieron entre los gentiles.
¿A quién le toca turno ahora?
A Santiago
Hechos 15,13-15
Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
Curioso, ¿a qué hace primero referencia Santiago?
A las palabras de Simón. Es decir, el discurso de Santiago empieza basándose en lo que ha dicho Simón. Y después, NO ANTES, hace referencia a las Escrituras para reafirmar lo dicho por Pedro. Ahora bien, veamos qué versículo del AT cita:
Hechos 15,16-18
Después de esto volveré
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;
Y repararé sus ruinas,
Y lo volveré a levantar,
Para que el resto de los hombres busque al Señor,
Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,
Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.
Ojo al dato. En esa cita del libro de Amos (Am 9,11-12) no hay ninguna referencia a si los gentiles deben o no deben circuncidarse y guardar la Ley. Es decir, Santiago no usa la Escritura para apoyar el que los gentiles no deban judaizarse sino para mostrar que también a ellos se les permitiría ser parte del pueblo de Dios. Es más, si vamos a ver, el Antiguo Testamento daba en teoría la razón a los judaizantes. Veamos Éxodo 12,48-49
Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella. La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros.
Por tanto, vemos que es la intervención de Pedro la que prevalece sobre una evidencia bíblica que parecía apoyar la idea de la necesidad de judaizar a los gentiles ya que el versículo citado por Santiago no dice nada acerca de la observancia de la ley sino sobre la apertura del Reino de Dios a los gentiles.
En otra palabras, Santiago reconoce la autoridad de las palabras de Pedro y las refiere al hecho de que en Amos se profetiza la entrada de los gentiles en el reino. Pero el tema de discusión no era si los gentiles podían o no podían entrar en la Iglesia, sino cuál eran las condiciones de entrada y permanencia. Y ahí es Pedro el que zanjó la discusión.
Una vez que Santiago ha reconocido quién marca los pasos a seguir, dice lo siguiente:
Hechos, 15,19-21
Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.
Es decir, retoma lo dicho por Pedro y sugiere que se impongan unas limitaciones que seguramente tenían como fin el que los judíos no se escandalizaran ante los cristianos: ídolos, fornicación -probablemente está haciendo referencia a los matrimonios consanguíneos prohibidos en la Ley- ahogado y sangre.
El resto de la historia es bien conocido. Se dispone enviar a unos hermanos para comunicar las decisiones del concilio que son de obligatorio cumplimiento para el resto de la Iglesia. Eso sí, conviene dejar muy clarito que la autoridad del concilio es exactamente la misma que la del Espíritu Santo. No en vano dicen "Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros....", es decir, la autoridad de la Iglesia reunida en concilio es exactamente la misma que la autoridad de Dios. Y, curiosamente, en el primer concilio de la Iglesia, el que se levanta para zanjar la discusión y marcar el camino a seguir se llamaba Simón, el mismo a quien Cristo puso el sobrenombre de Pedro. El mismo a quien dio las llaves del Reino de los cielos. El mismo a quien dijo que confirmara a sus hermanos. El mismo a quien dijo que pastoreara su rebaño. El mismo de quien la Biblia dice que es el protos entre los apóstoles.
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Ah, y cuando quieras me sacas lo de la bronca de Pablo a Pedro en Antioquía. Creo que sabes que tengo también respuesta para eso,
