Este es un tema controversial.
Digo controversial: porque estamos tentados a decir que Dios "todo lo puede".
Y yo en demasiadas ocasiones he dicho (y seguro que seguiré diciendo mas adelante) que Dios es "omnipresente".
Pero te dí "like" por HONESTIDAD INTELECTUAL.
Porque a pesar de lo que yo pueda pensar,
ES CIERTO QUE JAMÁS SE HABLA DE UNA "OMNIPRESENCIA" de Dios.
En las Escrituras.
En Apo. 1: 4, se dice que hay siete (7) espíritus delante del trono de Jehová.
No es que Jehova tenga siete espíritus, sino que el espíritu santo se halla en su plenitud.
Y del trono proceden relámpagos y voces y truenos; y hay siete lámparas de fuego ardiendo delante del trono, y estas significan los siete espíritus de Dios. Apo. 4: 5.
Y vi de pie en medio del trono y de las cuatro criaturas vivientes, y en medio de los ancianos, un cordero como si hubiera sido degollado, que tenía siete cuernos y siete ojos,
los cuales ojos significan los siete espíritus de Dios que han sido enviados por toda la tierra. Apo. 5: 6.
“…Que tengan bondad inmerecida y paz de parte de “Aquel que es y que era y que viene”, y de los siete espíritus que están delante de su trono, Apo. 1: 4.
“…hay siete lámparas de fuego ardiendo delante del trono, y estas significan los siete espíritus de Dios”. Apo. 4: 5.
“…siete ojos, los cuales ojos significan los siete espíritus de Dios que han sido enviados por toda la tierra”. Apo. 5: 6; Zac. 4: 10.
Se dice que el espíritu de Dios es séptuplo, lo que indica que actúa en su máxima capacidad para transmitir esta revelación. Juan recibió el mandato divino de escribirla (1:4, 11).
Se dice que el Hijo de Dios tiene estos “siete espíritus de Dios” (Rev 3:1), y se dice que son “siete lámparas de fuego” (Rev 4:5) y también siete ojos del Cordero que había sido degollado, “los cuales ojos significan los siete espíritus de Dios que han sido enviados por toda la tierra”. (Rev 5:6.)
Estos siete son los ojos de Jehová. Discurren por toda la tierra”. Zac. 4: 10.
Así, Jehová, no necesita moverse de su trono, Él envía su santo espíritu donde sea que se necesite.
Es por tal motivo, que el salmista dice esto.
¿Adónde puedo irme de tu espíritu,
y adónde puedo huir de tu rostro?
Si ascendiera al cielo, allí estarías;
y si tendiera mi lecho en el Seol, ¡mira!, tú estarías allí.
Si tomara las alas del alba, para poder residir en el mar más remoto,
allí, también, tu propia mano me guiaría
y tu diestra me asiría. Sal. 139: 7- 10.