A los gentiles en el siglo primero se les predicó de Jehová antes de predicárseles de Jesús, porque fue Jehová quien lo envió como su Mesías. ¿Cómo los gentiles, que adoraban miles de dioses según donde vivieran, iban a saber de qué Dios le hablaban los que decían que Jesús era el Hijo de Dios?
Efesios 1:3 Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo porque nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en unión con Cristo, 4 ya que nos escogió antes de la fundación del mundo para estar en unión con él, para que fuéramos santos y no tuviéramos defecto delante de él en amor. 5 Nos escogió de antemano para ser adoptados como sus propios hijos mediante Jesucristo, de acuerdo con lo que le agrada y con su voluntad, 6 para alabarlo por la gloriosa bondad inmerecida que él bondadosamente nos mostró por medio de su Hijo amado. 7 Por medio de él conseguimos la liberación por rescate mediante su sangre, sí, el perdón de nuestras ofensas, según las riquezas de la bondad inmerecida de Dios.
1 Pedro 1:3 Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque por su gran misericordia nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, 4 a una herencia que no se corrompe, no está contaminada y no se marchita. Esta se ha reservado en los cielos para ustedes, 5 quienes están siendo protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está lista para ser revelada en el último periodo. 6 Por eso ustedes sienten muchísima alegría, aunque por un poco de tiempo sea necesario que estén angustiados por diversas pruebas, 7 a fin de que su fe de calidad probada —mucho más valiosa que el oro, que perece a pesar de haber sido probado con fuego— sea considerada motivo de alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo. 8 Aunque ustedes nunca lo vieron, lo aman. Aunque ahora no lo ven, demuestran fe en él y están alegrándose muchísimo con una felicidad indescriptible y gloriosa 9 al alcanzar el objetivo de su fe: su salvación.
2 Corintios 1:3 Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo. 4 Él nos consuela en todas nuestras pruebas para que nosotros podamos consolar con el consuelo que recibimos de Dios a los que están sufriendo cualquier clase de prueba. 5 Porque, tal como tenemos sufrimientos en abundancia debido al Cristo, también recibimos consuelo en abundancia mediante el Cristo. 6 Ahora bien, si nosotros sufrimos pruebas, es para consolarlos y salvarlos a ustedes. Y, si nosotros recibimos consuelo, también es para consolarlos a ustedes. Este consuelo los ayuda a aguantar los mismos sufrimientos que nosotros. 7 Tenemos una firme confianza en ustedes, porque sabemos que, tal como tienen los mismos sufrimientos que nosotros, también recibirán el mismo consuelo que nosotros.
1 Juan 3:21 Amados, si nuestro corazón no nos condena, podemos hablarle a Dios con confianza; 22 y todo lo que le pedimos lo recibimos de él, porque estamos obedeciendo sus mandamientos y haciendo lo que a él le agrada. 23 De hecho, este es su mandamiento: que tengamos fe en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, así como él nos mandó.
¿Puede ser alguien ser realmente un seguidor de Jesucristo si no conoce ni predica a su Padre, el Dios, que lo envió?