La segunda interpretación en frecuencia es la que considera a la Roca como Cristo mismo.
Es defendida por Tertuliano de Cartago, Afraates el Sirio, Jacobo de Nisbis, Eusebio de Cesarea, Juan Crisóstomo, Jerónimo, Agustín de Hipona, Casiodoro, Isidoro de Sevilla, Beda el Venerable y Juan de Damasco. Esto hace un total de 11 Padres.
Tertuliano de Cartago (c. 160-220)
Si, porque el Señor le dijo a Pedro, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», «a ti te he dado las llaves del reino celestial», o «cualquier cosa que hayas atado o desatado en la tierra, será atada o desatada en los cielos», tú por tanto supones que el poder de atar y desatar se ha derivado hacia ti, es decir, a toda Iglesia similar a Pedro, ¿qué clase de hombre eres, subvirtiendo y cambiando totalmente la intención manifiesta del Señor, confiriendo (como lo hizo aquella intención) esto personalmente a Pedro? «Sobre ti», dice, «edificaré mi Iglesia»; y «Te daré las llaves a ti», no a la Iglesia; y «lo que desatares o atares», no lo que «ellos hayan desatado o atado». Pues así enseña el resultado junto con esto. En (Pedro) mismo la Iglesia fue criada; esto es, a través de (Pedro) mismo; él mismo probó la llave; tú ves cuál: «Hombres de Israel, dejad que lo que digo penetre en vuestros oídos: Jesús Nazareno, hombre destinado por Dios para vosotros», y así. (Pedro) mismo, por tanto, fue el primero en despejar, en el bautismo de Cristo, la entrada al reino celestial, en el cual son desatados los pecados que estaban antes atados; y aquellos que no han sido desatados son atados, según la verdadera salvación...
Sobre la Modestia, 21 (ANF 4:99)
Otra vez, Él cambia el nombre de Simón a Pedro ... Pero, ¿por qué Pedro? Si era por el vigor de su fe, había muchos materiales sólidos los cuales podrían prestar su nombre a causa de su fuerza. ¿Fue porque Cristo era tanto una roca como una piedra? Pues leemos que fue puesto «como piedra de tropiezo y roca de contención».
Contra Marción, IV, 13 (ANF 3:365)
Afraates el Sirio (principios del siglo IV)
La fe ... es como una construcción que se construye de muchas piezas de artesanía y así su edificio se eleva hasta la cima. Y sabed, mis amados, que en los fundamentos del edificio se colocan piedras, y así descansando sobre piedras, todo el edificio se eleva hasta que es perfeccionado. Así también la verdadera Piedra, nuestro Señor Jesucristo, es el fundamento de toda fe. Y en Él, en (esta) Piedra, se basa la fe. Y descansando sobre la fe toda la estructura se eleva hasta ser completada. Pues es el fundamento lo que constituye el principio de todo el edificio. Pues cuando alguien es traído cerca de la fe, es puesto por él sobre la Piedra, es decir nuestro Señor Jesucristo. Y Su edificio no puede ser zarandeado por las olas, ni dañado por los vientos. Por los embates de la tormenta no se cae, porque su estructura está levantada sobre la roca de la verdadera Piedra. Y en que he llamado a Cristo la Piedra, no he hablado mi propio pensamiento, sino que los Profetas le llamaron de antemano
la Roca.
Y ahora oíd lo concerniente a la fe que es basada sobre la Piedra, y lo concerniente a la estructura que se levanta sobre la Piedra ... Así también que el hombre quien se torna una casa, sí, una morada para Cristo, preste atención a lo que se necesita para el servicio de Cristo, quien se aloja en él, y con qué cosas puede complacerle. Pues primero él construye su edificio sobre la Piedra, la cual es Cristo. Sobre Él, sobre la piedra, se edifica la fe ... Todas estas cosas demanda la fe que está basad en la roca de la verdadera Piedra, es decir Cristo. Y si por ventura dijeses: «Si Cristo está puesto por fundamento, ¿cómo es que Cristo también mora en el edificio cuando éste se completa?» Pues el bendito Apóstol dijo ambas cosas. Pues dijo: «Yo como perito arquitecto he puesto el fundamento». Y allí él definió el fundamento y lo hizo claro, pues dijo como sigue: «Ningún hombre puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús» ... Y por tanto se cumple aquella palabra, que Cristo mora en los hombres, a saber, en aquellos que creen en Él, y Él es el fundamento sobre el cual se levanta todo el edificio.
Demostraciones Selectas, 1:2-6,13, 19
Jacobo de Nisbis (principios del siglo IV)
La fe está compuesta y compactada de muchas cosas. Es como un edificio, porque se construye y completa con mucha esperanza. No ignoras que se ponen grandes piedras en los fundamentos de un edificio, y entonces todo lo que es edificado encima tiene sus piedras unidas entre sí, y así se eleva hasta que se completa la obra. Así, de toda nuestra fe, nuestro Señor Jesucristo es el firme y verdadero fundamento; y sobre esta roca se establece nuestra fe. Por tanto, cuando alguno ha venido a la fe, es puesto sobre una roca firme, la cual es nuestro Señor Jesucristo. Y, a llamar a Cristo una roca, no digo nada por mí mismo, pues los profetas lo han llamado antes una roca.
Sermón 1, Sobre la Fe 1,13
Eusebio de Cesarea (c. 260-340)
Empero, no errarás en absoluto del ámbito de la verdad si supones que «el mundo» es en realidad la Iglesia de Dios, y que su «fundamento» es en el primer lugar, aquella inefablemente sólida roca sobre la cual está fundada, como dice la Escritura: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»; y en otra parte: «La roca, además, era Cristo». Pues, como el Apóstol indica con estas palabras: «Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús». Entonces, también, luego del Salvador mismo, puedes rectamente juzgar que los fundamentos de la Iglesia son las palabras de los profetas y los apóstoles, de acuerdo con la afirmación del Apóstol: «Edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular».
Comentario sobre los Salmos (PG 23:173, 176)
Juan Crisóstomo (c. 347-407)
Por tanto Él añadió esto, «Y te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; esto es, sobre la fe de su confesión ... Pues Cristo no le añadió nada más a Pedro, sino que como si su fe fuera perfecta, dijo, que sobre esta confesión Él edificaría la Iglesia, pero en el otro caso [Juan 1:49-50] no hizo nada parecido, sino lo contrario ...
Homilías sobre el Evangelio de Juan XXI,1 (NPNF 14:73)
Su significado [1 Cor 3:11] es este: He predicado a Cristo, os he entregado el fundamento. «Pues ningún otro fundamento puede un hombre poner, que aquel que está puesto». Sobre éste entonces edifiquemos, y como un fundamento adhirámonos a él, como una rama a una viña; y que no haya distancia entre nosotros y Cristo.
Homilías sobre 1 Corintios VIII, ver. 11 (NPNF 12:47
Jerónimo (342-420)
Empero, aunque tu grandeza me aterra, tu amabilidad me atrae. Del sacerdote demando el cuidado de la víctima, del pastor la protección debida a las ovejas ... Mis palabras son dirigidas al sucesor del pescador, al discípulo de la cruz. Así como no sigo a otro líder que a Cristo, no comulgo con otro que con vuestra bendición, esto es, con la cátedra de Pedro. ¡Pues esta, yo sé, es la roca sobre la cual se edifica la Iglesia! Esta es la sola casa donde el cordero pascual puede justamente ser comido. Esta es el arca de Noé, y quien no se encuentre en ella perecerá cuando prevalece el diluvio.
Carta al papa Dámaso, XV, 2 (NPNF2 6:18)
Si, entonces, el Apóstol Pedro, sobre quien el Señor ha fundado la Iglesia, ha dicho expresamente que la profecía y la promesa del Señor fueron entonces y allí cumplidas, ¿cómo podemos afirmar otro cumplimiento por nuestra cuenta?
Epístola a Marcela XLI, 2 (NPNF2 6:55)
Pero, dices, la Iglesia fue fundada sobre Pedro: aunque en otra parte lo mismo se atribuye a todos los Apóstoles, y ellos reciben todos las llaves del reino del cielo, y la fuerza de la Iglesia depende de todos ellos por igual, empero uno de entre los doce es escogido de modo que cuando una cabeza hubo sido dispuesta, no hubiese ocasión para cisma. ¿Pero por qué no fue elegido Juan, que era virgen? Se le prestó deferencia a la edad, porque Pedro era el mayor: uno que era joven, casi diría un muchacho, no podía ser puesto por sobre hombres de edad avanzada; y un buen maestro que estaba dispuesto a quitar toda ocasión de contienda entre sus discípulos ... no ha de pensarse que daría causa de envidia contra el joven que había amado... Pedro es un Apóstol, y Juan es un Apóstol; pero Pedro es solamente un Apóstol, mientras que Juan es un Apóstol, y un Evangelista, y un profeta. Un Apóstol, porque escribió a las Iglesias como maestro; un Evangelista, porque compuso un Evangelio, cosa que ningún otro de los Apóstoles, excepto Mateo, hizo; un profeta, porque vio en la isla de Patmos, donde había sido exiliado por el emperador Domiciano como un testigo del Señor, un Apocalipsis conteniendo los ilimitados misterios del futuro... El escritor virgen expuso misterios que no pudo exponer el casado, y para resumir brevemente todo y mostrar cuán grande fue el privilegio de Juan, la Madre virgen fue confiada por el Señor virgen al discípulo virgen.
Contra Joviniano I, 26 (NPNF2 6:366)
El fundamento singular que el arquitecto apostólico puso es nuestro Señor Jesucristo. Sobre este estable y firme fundamento, el cual ha sido depositado sobre terreno sólido, se edifica la Iglesia de Cristo ... Pues la Iglesia fue fundada sobre una roca ... sobre esta roca el Señor estableció su Iglesia; y el Apóstol Pedro recibió su nombre de esta roca (Mt 16,18) ... Ella, que con una firme raíz está fundada sobre la roca, Cristo, la Iglesia católica, es la única paloma; ella se yergue como la perfecta, y cercana a Su diestra, y nada siniestro tiene en ella ... La roca es Cristo, quien concedió a sus discípulos que ellos también fuesen llamados rocas, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia».
Comentario sobre Mateo 7:25; Epístola 65:15; Sobre Amós VI,12-13
Agustín de Hipona (354-430)
Pues si la sucesión lineal de obispos ha de ser tomada en cuenta, ¡con cuántos más certeza y beneficio para la Iglesia reconocemos hacia atrás hasta que llegamos a Pedro mismo, a quien, como llevando en una figura a toda la Iglesia, el Señor dijo: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»! El sucesor de Pedro fue Lino, y sus sucesores en una continuidad inquebrantada fueron estos...
Epístola a Generoso , LIII,2 (NPNF2 12:298)
El Evangelio que ha sido leído recién ... nos da a entender que el mar es el mundo presente, y el Apóstol Pedro el tipo de la única Iglesia. Pues Pedro, primero en el orden de los Apóstoles, y en el amor de Cristo, adelantadísimo, responde a menudo solo por todo el resto. De nuevo, cuando el Señor Jesucristo preguntó, “Pero ¿quién decis vosotros que soy?” Pedro respondió “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Uno dio la respuesta por muchos, Unidad en la multiplicidad. Entonces le dijo el Señor, “Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo”. Entonces agregó “Y te digo a ti” . Como si Él hubiera dicho, “Porque tú me lo dijiste a mí, « eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», yo también te digo «Tú eres Pedro»”. Pues antes él era llamado Simón. Ahora, este nombre de Pedro le fue dado por el Señor, y esto en una figura, que él significaba la Iglesia. Pues viendo que Cristo es la Roca (Petra), Pedro es el pueblo cristiano. Pues la roca (Petra) es el nombre original. Por tanto, Pedro es así llamado por la roca, no la roca por Pedro; al igual que Cristo no es llamado Cristo por los cristianos, sino los cristianos por Cristo. “Por tanto”, dijo, “tú eres Pedro; y sobre esta Roca” que tú has confesado, sobre esta Roca que has reconocido, diciendo “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente, edificaré mi Iglesia”. Te construiré a ti sobre mí, no a mí sobre ti.
A continuación Agustín trata del incidente registrado unos pocos versículos más adelante, en Mateo 16:22ss, donde cuando el Señor anuncia su pasión, Pedro trata de persuadirlo, y Jesús le dice “Apártate de mí, Satanás, porque me eres tropiezo”. El obispo de Hipona prosigue:
Distingamos, mirándonos a nosotros mismos en este miembro de la Iglesia, lo que es de Dios y lo que es nuestro. Pues entonces no vacilaremos, entonces estaremos fundados sobre la Roca, entonces estaremos fijos y firmes contra los vientos, y tormentas, y corrientes, las tentaciones, quiero decir, de este mundo presente. Empero ved a este Pedro, quien era entonces nuestra figura; ahora confía, ahora vacila; ahora confiesa al Inmortal, y ahora tema que Él muera. ¿Por qué? Porque la Iglesia de Cristo tenía tanto débiles como fuertes ... En que Pedro dijo “Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente”representa a los fuertes”; pero en que vacila, y no admite que Cristo pueda sufrir, en temer la muerte de Él, y no reconocer la vida, él representa a los débiles de la Iglesia. En aquel un Apóstol, entonces, esto es Pedro, en el orden de los Apóstoles primero y principal, en quien la Iglesia estaba figurada, ambas clases estaban representadas, esto es, tanto los fuertes como los débiles; porque la Iglesia no existe sin ambos.
Sermón 26.
Cristo, como ves, edificó su Iglesia no sobre un hombre sino sobre la confesión de Pedro. ¿Cuál es la confesión de Pedro? «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Aquí está la roca para vosotros, aquí el fundamento, aquí es donde la Iglesia ha sido construida, la cual las puertas del inframundo no pueden conquistar.
Sermón 229P.1
De aquí que Él amoneste así a Pedro cuando éste le dio mal consejo. Pues el Señor, cuando estaba a punto de sufrir por nuestra salvación, también anunció lo que habría de ocurrir concerniente a aquella misma Pasión; y Pedro dice, «¡Lejos esté esto de Ti!, ¡Dios no lo permita!, ¡Esto no será!» ... Pero el Señor, para hacerlo que no fuera delante de Él, sino siguiéndole, dices, «¡Apártate de mí, Satanás!» Es por esta razón que dijo «Satanás», porque estás pretendiendo ir delante de Él, a quien debes seguir; pero si estás detrás, si lo sigues a Él, no serás de aquí en adelante «Satanás». ¿Qué entonces? «Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia».
Exposiciones sobre Salmos 40:24 (NPNF 8:127)
Pero inmediatamente cuando el Señor comenzó a hablar de Su Pasión, él temió que pereciese por muerte, en tanto que nosotros mismos habríamos de perecer a menos que Él muriese; y dijo: «Lejos de ti, oh Señor, está no será hecho». Y el Señor, a aquel a quien poco antes le había dicho, «Benditos eres, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia», le dijo, «Apártate de mí, Satanás, porque eres una ofensa para mí». ¿Por qué entonces es «Satán» aquel que poco antes era «bendito» y una «Roca»? «Porque no saboreas las cosas que son de Dios», dijo Él, «sino aquellas que son del hombre». Un poco antes él saboreaba las cosas que son de Dios: porque «no te lo ha revelado carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos». Cuando [Pedro estaba] en Dios, alabó su discurso, no Satán sino Pedro, de petra; pero cuando [estaba] en sí mismo y desde la enfermedad humana, el amor carnal del hombre, el cuál sería un impedimento para su propia salvación, y la del resto, es llamado Satán. ¿Por qué? Porque pretendía ir delante del Señor, y darle consejo terrenal al Líder celestial... Tú dices, «Lejos esté» y tú dices, «Oh, Señor»; ciertamente si Señor es Él, sabe lo que hace, sabe lo que dice. Pero tú deseas guiar a tu Líder, enseñar a tu maestro, mandar a tu Amo, escoger por Dios: has ido demasiado lejos, retrocede...
Exposiciones sobre Salmos 45:14 (NPNF 8:222-223)
Si en Él hemos sido tentados, en Él vencemos al diablo ... «Sobre la Roca me has exaltado Tú». Ahora por tanto percibimos aquí quién está clamando desde los confines de la tierra. Traigamos a la mente el Evangelio: «Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia». Por tanto clama desde los confines de la tierra Ella, quien Él había querido que fuese construida sobre una Roca. Pero para que la Iglesia pudiese ser edificada sobre la Roca, ¿quién fue hecho tal Roca? Escucha a Pablo diciendo: «Pero la Roca era Cristo». En Él entonces hemos sido edificados. Por esta razón aquella Roca sobre la cual hemos sido edificados, primero había sido azotada con vientos, inundación, lluvia, cuando Cristo estaba siendo tentado por el diablo. Ved sobre qué firmeza Él ha querido establecerte. Con razón nuestra voz no es en vano, sino que es escuchada con atención: pues en grande esperanza hemos sido dispuestos: «Sobre la Roca me has exaltado».
Exposiciones sobre Salmos 61:3 (NPNF 8:249)
Isidoro de Sevilla (c. 560-636)
Pedro lleva el carácter de la Iglesia, el cual tiene el poder de perdonar pecados y de llevar a los hombres desde el Hades hasta el reino celestial ... Todos los Apóstoles también llevan el tipo de la Iglesia entera, ya que ellos también han recibido un poder igual de perdonar pecados. Ellos llevan también el carácter de los patriarcas, quienes por la palabra de la predicación espiritualmente engendraron al pueblo de Dios en todo el mundo ...
Alegorías en el Nuevo Testamento (PL 83:117-118)
El hombre sabio que edificó su casa sobre la roca significa el maestro fiel, quien ha establecido los fundamentos de su doctrina y vida sobre Cristo ... Más aún, Cristo es llamado un «fundamento» porque la fe se establece en él, y porque la Iglesia católica está construida sobre él.
Etimologías VII,2 (PL 82:267)
Beda el Venerable (c. 673-735)
Tú eres Pedro y sobre esta roca de la cual has tomado tu nombre, esto es, sobre mí mismo, edificaré mi Iglesia, sobre aquella perfección de la fe que tú confesaste edificaré mi Iglesia por cuya unanimidad de confesión si alguno se desviase aunque en sí mismo pareciera hacer grandes cosas, él no pertenence al edificio de mis Iglesia. ... Metafóricamente se le dice a él que la Iglesia ha de ser construida sobre esta roca, es decir, el Salvador que tú confesaste, quien ha concedido participación al fiel confesor de su nombre.
Homilías 23 (PL 94:260)
Juan de Damasco (c. 675-c. 749)
Y Pedro, encendido por un ardiente celo y preparado por el Espíritu Santo, replicó: «Tu eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». ¡Oh, bendita boca! ¡Perfectos, benditos labios! ¡Oh, alma teológica! ¡Mente llenada por Dios y hecha digna por la instrucción divina! ¡Oh, divino órgano por el cual Pedro habló! Rectamente eres bendito, Simón hijo de Jonás ... porque ni carne ni sangre ni la mente humana, sino mi Padre en el cielo te ha revelado esta divina y misteriosa verdad a ti. Pues nadie conoce al Hijo, salvo aquél que es conocido por él ... Esta es la firme e inamovible fe sobre la cual, como sobre la roca cuyo sobrenombre llevas, la Iglesia está fundada. Contra ésta las puertas del infierno, las bocas de los herejes, las máquinas de los demonios –pues ellos habrán de atacar- no prevalecerán. Ellos tomarán las armas pero no vencerán.
Homilía sobre la Transfiguración (PG 96:554-555)