¿Qué significa la roca? Disputa eclesiológica con un protestante.

No necesito refutar la opinión minoritaria (por no llamarla marginal y anecdótica) de las autoridades que citas. Te recuerdo, además, que: 1) Tertuliano murió fuera de la Iglesia, como montanista; 2) Eusebio de Cesarea era semiarriano; 3) Afraates el Sirio y Jacobo de Nisibis no se están refiriendo al pasaje Mt. 16:17 y ss.

Te refresco también la memoria en lo concerniente a la metonimia Fe de Pedro = Pedro.

En resumen: es pura calderilla lo que nos ofreces.



Sobre el testimonio de San Jerónimo que aportas, y que viene muy a propósito de lo que estoy argumentando, leemos:


"El fundamento singular que el arquitecto apostólico puso es nuestro Señor Jesucristo. Sobre este estable y firme fundamento, el cual ha sido depositado sobre terreno sólido, se edifica la Iglesia de Cristo ... Pues la Iglesia fue fundada sobre una roca ... sobre esta roca el Señor estableció su Iglesia; Y EL APÓSTOL PEDRO RECIBIÓ SU NOMBRE DE ESTA ROCA (Mt 16,18) ... Ella, que con una firme raíz está fundada sobre la roca, Cristo, la Iglesia católica, es la única paloma; ella se yergue como la perfecta, y cercana a Su diestra, y nada siniestro tiene en ella ... La roca es Cristo, quien concedió a sus discípulos que ellos también fuesen llamados rocas, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia»".


Ello, en efecto, no hace más que confirmar lo dicho por mí y mantenido por todo el cristianismo que no quiso apartarse de la ortodoxia, a saber: que Pedro y sus sucesores son Vice-Cristos.

En fin, ver a un protestante sobredimensionando autoridades de medio pelo es algo grotesco, ¿no te parece?

Athos.
 
En resumen: es pura calderilla lo que nos ofreces.


Pura metonimia y reduccionismo, al carecer de argumentos y conocimientos :D


¿Así que Tertuliano murió fuera de la Iglesia y hoy es considerado un padre ? :confused:


¿Eusebio, semi arriano?


¿Esa es la "iglesia" que defiendes? ¿la que tiene padres "heresiarcas"?
 
Eusebio, siendo el principal historiador de la Iglesia primitiva, fue, sin embargo, semiarriano y estuvo enfrentado con San Atanasio. ¿Por qué crees que no le llamamos "San Eusebio"?

Tertuliano es un caso más triste, ya que, tras sus grandes aportes a la teología cristiana, se deslizó hacia la herejía montanista, convirtiéndose por ello en hereje (no en heresiarca = jefe de herejes). No obstante, al ser la mayoría de sus escritos y los más importantes plenamente ortodoxos, se le considera un Padre "de facto", aunque no "de iure".

Sobre el concepto de Padre, que veo que desconoces, leo en el Manual de Patrología de Hubertus R. Drobner (Introducción, 2):

"Debido a su singular importancia como testigos privilegiados de la tradición viva de la Iglesia [Nota del transcriptor: compárese a la tradición muerta del protestantismo], se define tradicionalmente a los Padres de la Iglesia según cuatro criterios:

1. DOCTRINA ORTHODOXA: toda su teología debe estar en comunión doctrinal con la Iglesia. Pero eso no significa inerrancia absoluta en todos los pormenores.

2. SANCTITAS VITAE: santidad en el sentido de la Iglesia antigua, en la cual la veneración de los santos no se basaba en una canonización expresa, sino en el reconocimiento y la veneración de la vida ejemplar por el pueblo fiel.

3. APPROBATIO ECCLESIAE: el reconocimiento, no necesariamente expreso, de la persona y de su doctrina por la Iglesia.

4. ANTIQUITAS: deben pertenecer al período de la antigüedad eclesiástica".

Luego, ya sabes o deberías saber quiénes son Padres y quiénes no. Pero no descarto, a pesar de ello, que necesites más aclaraciones.

Saludos,

Athos.
 
3. APPROBATIO ECCLESIAE: el reconocimiento, no necesariamente expreso, de la persona y de su doctrina por la Iglesia.


Tienes razón.A una iglesia corrupta, llena de violadores, pedófilos, asesinos, ladrones y homosexuales.....tampoco debe importarle mucho que en su tradición haya también miembros y papas herejes y difusores de herejías. :mosqueo:


¿Y esa es la iglesia que tu defiendes? :confused:


PAPAS QUE CAYERON EN HEREJÍA



Extraído de “Catolicismo Romano: Orígenes y desarrollo (Tomo I). José Grau. EEE




5 - La claudicación de Liberio, obispo de Roma.

Las molestias del exilio sentaron mal a Liberio. La firmeza de sus primeros momentos se desvaneció y consintió en firmar textos de muy dudosa ortodoxia. Hilario de Poitiers y otros exilados lo denunciaron como apóstata.

La doctrina católica-romana, tal como expuso el concilio Vaticano 1 da a entender que el obispo de Roma, como sucesor de San Pedro está exento de toda sospecha de error; no puede equivocarse en cuestiones de fe. La historia, sin embargo, desmiente tales pretensiones. Y el caso de Liberio es de los más significativos. Que no se diga que Liberio (352-366) erró en una cuestión secundaria y que no intentó dar su opinión ex~cathedra. El problema que se ventilaba era uno de los más importantes y trascendentales para la fe de la Cristiandad. Y, precisamente en el momento más crítico de la controversia arriana, cuando parecía que ésta iba a imponerse a todo el mundo, Liberio abandonó la causa de Atanasio y la verdad que éste defendía.

Las evidencias de esta apostasía son numerosas. Seguiremos el orden de W. Shaw Kerr (12).

1) Atanasio mismo da testimonio de esta apostasía de Liberio en dos de sus escritos (13). Al principio se mantuvo firme, pero el miedo acabó venciéndole.

2) También Jeronimo relata dos veces esta apostasía (14).

3) San Hilario de Poitiers, en su obra Contra Constantium Imperatorem, se dirige al emperador con estas palabras: «¡Oh, hombre inicuo! No se cuando fue mayor tu impiedad, si cuando lo depusiste (a Liberio) o cuando lo hiciste volver (a su sede romana, después de haber claudicado)» (15).

4) El cuarto testigo es Hermias Sozomeno, quien escribió su historia eclesiástica cua'ndo todavía no habían transcurrido cien años. Cuenta Sozomeno que cuando Constancio estaba en Sirmium mandó que Liberio acudiera a su presencia. Ve-nido de su lugar de destierro, Liberio fue invitado por los obispos allí reunidos a que firmara un documento en el que se enseñaba que el Hijo no es de la misma sustancia («hontusion>) que el Padre. Al mismo tiempo Liberio dio su consentimiento a una fórmula de fe semi-arriana. Y esto lo relata Sozomeno de fuentes de primera mano que se hallaban a su disposición (16).

5) De otras fuentes llegan más testimonios: Faustino y Marcelino presentaron un Libellus Precum a los emperadores el año 383. En el prefacio leemos que dos años después del exilio de Liberio, Constancio visitó Roma y el pueblo le preguntó por Liberio. El emperador respondió: «Tendréis a Liberio y volverá mejor que cuando partió>. De esta manera aludió el emperador al consentimiento de Liberio mediante el cual estrechó las manos de la perfidia (manus perfidiae dederat)(17)
6) Pero, sobre todo, tenemos las cartas del mismo Liberio escritas a los enemigos del credo niceno:

"Yo no defiendo a Atanasio... Habiendo sabido... que lo condenasteis justamente, inmediatamente - di mi conformidad a vuestra sentencia... De manera que habiendo sido Atanasio expulsado de La comunión de todos nosctros... Os ruego que obráis conjuntamente para que pueda ser librado de este exilio y pueda volver a la sede que me fue confiada por Dios" (18).

En otra carta, dirigida a los herejes e intrigantes Ursacio y Valens, dice claramente:

"Atanasio, quien fue obispo de la ciudad de Alejandría, fue condenado por mt y separado de la comunión de la Iglesia de Roma" (19).

Al citar estas cartas, Hilario de Poitiers no puede contener su indignación:

"Esta es la perfidia arriana... A ti Liberio, digo; anatema. Y a todos tus cómplices" (20>.


6, La reacción pagana.

A Constancio sucedió Juliano, el apóstata (361-363) el cual soñaba en una restauración del paganismo. Por consiguiente, trató 'de debilitar el cristianismo en todos los campos. Nopersiguió a los cristianos, pero buscó ridiculizarlos por todos los medios separarlos de la vida pública, el gobierno o la enseñanza. ro, a quien perjudicaron más las medidas del nuevo emperador fue a los arrianos, los únicos que ocupaban puestos importantes desde el mandato de Constancio. La cristiandad ortodoxa hacia bastante tiempo que se había habituado al exilio; el golpe de Juliano no fue, pues, tan duro. Y en un sentido favoreció a la misma verdad del Evangelio. La reacción que provocó en contra de los nuevos postulados paganos puso todavía más de manifiesto las afinidades del arrianismo con el paganismo. En todos sentidos, ayudó a la causa de Nicea. Muchos acabaron de aprender entonces que el Evangelio es revelación, no filosofia .

La política de Juliano estableció plena tolerancia para todas las religiones y sectas. Hizo volver a los obispos exilados, pero como la mayoría de sus iglesias habian sido ocupadas por otros, la confusión episcopal aumentó. Esto, precisamente,era lo que buscaba Juliano. Dijo que no era asunto suyo meterse en las cuestiones eclesiásticas. Tal principio que en cualquier otro hubiera revelado un justo sentido de la tolerancia, supremacía romana. Oriente fue traído gradualmente a la ortodoxia graciás a los trabajos de Atanasio y, sobre todo, del sínodo de Alejandría de 362.Mal podía la sede romana vindicar derechos o imponer criterios después de la apostasía de Liberio! El que Julio y el sínodo romano que vio la causa de Atanasio dictaminaran correctamente años atrás no disminuye cl hecho de la posterior claudicación de Liberio. En el siglo IV, por otra parte, esto no extrañaba a nadie.
¿Dónde se hallaba la verdadera Iglesia en estos años? Mayormente en el exilio- Cuando la tierra pareció que iba a volverse arriana, como comentó Jerónimo, y cuando el obispo de Roma no supo mantener la fe como otros obispos más valientes la mantuvieron, la verdad del Evangelio se encontraba entre éstos, dispersados por las fronteras limítrofes del Imperio, en los desiertos, en el exilio, pero no en la corte imperial ni en las grandes sedes de Roma o de Oriente. Significativa lección que no debiera olvidarse.


7. Atanasio y Roma.

Atanasio fue un escritor prolífico; esto se debió en parte a la lucha que sostuvo toda su vida en contra de la herejía arriana. Mas, en ninguno de sus escritos aparece ni una sqla vez ninguna referencia a Roma como sede infalible de la verdad. Pasó algunos de sus muchos años de exilio en Roma. Sin embargo, será en vano que busquemos en sus cartas, sus tratados teológicos, sus sermones, étc., cualquier alusión a ninguna autoridad constituida divinamente para definir con criterio supremo las controversias religiosas. Atanasio apela a la Escritura, a los antiguos padres, a los concilios y, sobre todo, a Nicea, pero nunca al juicio infalible del obispo de Roma. Es imposible que no hubiese utilizado el argumento del Papado infalible, si en su tiempo tal institución -con su dogma correspondiente- hubiese existido. Y máxime, teniendo en cuenta que Julio y el sínodo romano que éste convocó fallaron en su favor.
La actitud de Atanasio con respecto a Roma puede ser estudiada con claridad diáfana en el momento en que Liberio apostató y cesó de apoyarlo. Fue lamentable, y Atanasio lo sintió mucho, pero, en el fondo, no fue más que la deserción cobarde de uno de los obispos más importantes de la Cristiandad. No le cogió por sorpresa. De la misma manera que todos los prelados estaban expuestos al error y a la herejía, el obispo podía caer también; no era ninguna excepción.
Para Atanasio “Liberio era uno de los obispos de las ilustres ciudades cabezas de las grandes Iglesias”(22) . Pero no sabia que uno de estos obispos fuese Vicario de Cristo en la tierra. ¿Puede justificarse esta ignorancia en el más grande hombre de Iglesia de su tiempo? Si, se justifica por el simple hecho de que nadie entonces sabía nada de ningún vicario de esta clase.

Respecto a Liberio, dice Atanasio: «No soporté hasta el fin los sufrimientos del exilio, siendo consciente de la conspiración que se fraguaba en mi contra» (23). «Después de estar arrestado dos años> Liberio cedió y por temor a las amenazas de muerte fue inducido a suscribir» (24). Su caída se debió al miedo y contrasta con los fieles «que han evitado la herejía como si se tratara de una serpiente» (25).
Atanasio no sólo era ignorante del magisterio infalible del obispo romano, sino también de su supremacía y jurisdicción. Ni cuando fue condenado por el sínodo arriano de Tiro, ni en sus sucesivos destierros, apeló nunca a la soberana jurisdicción de Roma. En contra del sínodo de Tiro recurrió al emperador. El concilio de obispos egipcios que se reunieron en Alejandría en 339, proclamó inocente a Atanasio sin aludir para nada a la opinión del obispo de Roma. Pudo, con todo, haberse dicho que el obispo de la que entonces era la segunda de las Iglesias no debía ser depuesto sin consultar con el obispo de la primera sede. Tal fue la protesta de Julio. Pero los padres de Alejandría del 339 ni siquiera mencionan este peque ño detalle en su larga carta sinodal remitida a los «obispos de la Iglesia Católica en todas partes». El comentario de Atanasio al concilio de Roma ue vindicó su ortodoxia es significativo:
"Así escribió el concilio de Roma por medio de Julio, obispo de Roma>' (26).

La decisión de Roma no zanjó la cuestión. Por esto, los emperadores convocaron el concilio de Sárdica en 344, presidido por Osio de Córdoba (27>. El concilio se puso del lado de Atanasio y confirmó «la decisión de nuestro hermano y colega Julio como justa> (28). Aquí, el concilio obró con toda autoridad, exaltando a Atanasio y excomulgando a otros. Julio escribió a Alejandría, congratulándose por la restauración de su obispo, el cual «fue declarado inocente, no sólo por ini sino por la voz de todo el concilio» (29).

Se deduce de estos datos que Atanasio, al defender su postura ante la Iglesia universal apeló a la Escritura y al dictamen de las asambleas episcopales, pero nunca a ningún obispo particular como si fuera el supremo Juez de los cristianos. Nos explica que su causa fue vindicada primero «en mi propio país por una asamblea de casi cien obispos; por segunda vez en Roma cuando, como consecuencia de las cartas de Eusebio (de Nicomedia) tanto ellos como nosotros fuimos convocados y más de cincuenta obispos se reunieron; y una tercera vez en el gran concilio de Sárdica celebrado por orden de los emperadores Constancio y Constante». Prosigue explicándonos como el veredicto en su favor fue dado por trescientos obispos procedentes de muchos países que él enumera. Los obispos de Italia, en esta lista, ocupan el yeinticuatro lugar, la lista todavía enumera hasta treinta y seis, siendo los británicos los últimos (30). Una y otra vez ésta es su defensa: «Las decisiones de tan emtnentes obispos", "obispos de las ilustres ciudades cabezas de las grandes Iglesias", "Si alguno desea informarse de mi caso y la falsedad de los partídarios de Eusebio, que lea lo que está escrito sobre mí, y que oiga los testimonios, no de uno o dos o tres, sino ese gran número de obispos" (31).
Para Atanasio, los rumores de la apostasía de Osio constituían una calamidad más grande que la de Liberio. Acusa a los arrianos de «no haber perdonado ni al gran confesor Osio, ni al obispo de Roma» (32). En tanto Osio estuvo firme, lo demás no importaba, pues el prelado español era considerado « el padre de los obispos... presidente de los concilios cuyas cartas son esperadas en todas partes (33). Así hablaba Atanasio, no del obispo de Roma, sino del de Córdoba.

Según Gregorio Nacianceno, Atanasio es aquél a quien le fue confiada «la dirección de todo el mundo» (34). Si estos títulos comenta W. Shaw Kerr- hubieran sido dados al obispo de Roma, ¡qué deducciones más equivocadas hubiesen sacado de los mismos los posteriores creadores de la idea papal! (35).








(12)W.Shaw K. Op. Cit p 126
(13) Apología contra los arrianos, 89; Historia de los arrianos. 41
(14) Ch ron. A. U., 354. P.L. 27:501: «In haeretican pTavitatem aub£criben,». De Viris IUustribus, e. 97. P.L. 23:735.
(15) C. XL P.L. 10:589.
(16) HiatoTia Eclesiástica. IV, 15. P.C. 67:1152.
Puller, Primitive Saints and the See of the Reme, p. 276.
(17) PL. 13:81.
<18) St. Hilar. Fragmenta, VI. PL- 10:689, 690.
<19) Ibid. PL. 10:693.
(20) Ibid, P.L. 10:691.
Resulta pueril querer discutir la autenticidad de estas Cartas. Eminentes historia dorea católicorromanos las han aceptado siempre: eruditos Como Natalia, Alexander, Tillemont, Fleurv, flupin, Moblar, Newmsn, etc.
El mismo Hefele admite que Liherio renuncié al término ahomusiosa y que firmó la confesión de Sinnium (History of the Councils, vol II, p. 245), Este ea, a fin de cuentas, el punto central. Y esta' históricamente demostrado.
Los escritores católico-romanos del pasado no vacilaban en sacar a luz el pacado de Liberio. «Hasta el si210 XVI, la caída dc Liberio fue un hecho aceptado como evento histórico indiscutido... En el martirologio de Ado, (14 de agosto) se pone en boca de Eusebio que «Liberio, Papa, había expresado su conformidad con la perfidia arrianaa, palabras que se repiten en otros martirologios medievales y que estaban antiguamente en los Breviarios romanos, de donde fueron sacadas en el siglo XVI» (Denny, Papa-liam, p. 390)
Baronio explica que el pueblo de Roma se enojo porque babia tan torpemente (turpiter) consentido a Constancio... Se sostenía que Liberio, por causa de su comunión con los herejes -manifestada por las cartas ca-critas por ¿1 mismo referente al compromiso contraído con los arrianos fue enteramente excluido de la comunión católica,.. Por esta razón fue enteramente excluido del oficio pontificio... El execrable contagio de su loca com~ni6n con los arrianos> (A nalca, A.D., 357, 56:57).
El cardenal Newman. en un libro publicado en 1895, escribe sobre «la escandalosa caída de Liberiq... «esta miserable apostasía.,, El papa un renegado (The Arians 1895, PP. 319, 332, 352)
(22) Atanasio “Apología contra los arrianos”, 89
(23) Ibid.
(24) Atanasio, Historia de los arrianos, 4.
(25) Ibid.
(26) Atanasio. Apología, 36. W. Shaw Kerr. comenta: «Monseñor Batiffol encuentra la actitud de Atanasio con respecto a Roma y esta carta de Julio difícil de explicar. Cita las palabras de Ituchesne: «AtanaSio, de-puesto por el Concilio de Tiro, no parece ten«r idea de que una apelaci6n a Roma hubiese podido ayudarle». Eacribe que la verdad es que en esa fe-cha no había precedente conocido de ningún obispo oriental, condenado por un sínodo oriental, que hubiera recurrido a Roma (Cathedro Pethr£ PP. ~7> 218, 223, 224). Batiffol escribe: «Ea de notar que cl papa Julio no vindica abiertamente el privilegio de una pnmacía peculiar a su sede... La ocasión era favorable para exaltar la autoridad excepcional del obispa que presidía la Iglesia de Roma, pero el papa Julio no se aprovechó de aquella ocasión. Incluso puso alguna insistencia en el hecho de que, aunque escribía él, la respuesta era la de su concilio» (Ibid., p. 225). W. Shaw Kerr. op. cit. PP. 123, 124.
Julio no podía adelantarse a su época. Sin embargo, aprovechó la ocasión para exaltar no su rango episcopal, pero sí su sede. aunque dentro da los límites y las circunstancias de su tiempo. Lo cierto es que. tampoco éL aunque era obispo de Roma, tenía la menor idea de la infalibilidad y jurir dicción universal que los modernos defensores del Papado dicen haber poseido todos los pontífices romanos.
<27> Atanasio, Historio de los arrianos,
<28) Atanasio, Apología, 37.
(29) Ibid., 52.
(30)Ibid., 1.
(31)Ibid., 89,90.
(32)Atanasio, Apoloar for flight, 9.
(33)Atanasio. Historio de los arrianos, 42.
(34)Oratio XXI. 7. P.G. 35:1088.
(35) W, Shaw Kerr, op. cit. PP. 124-125.




Hasta aquí la historia de Liberio, continuará con Zósimo, Vigilio y Honorio.










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Estimados coforistas:
He aquí algunas precisiones, limitadas solamente a los casos planteados por Maripaz y refutados por Luis Fernando.
Podemos traer algunos otros deslices papales a colación si lo desean.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
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A. El caso de Liberio, que terminó firmando una confesión de fe arriana y condenando a San Atanasio
Luego de las decisiones de Nicea, la cuestión arriana no quedó definitivamente zanjada, ni mucho menos. Cuando los arrianos ganaron las simpatías del nuevo emperador, Constancio, quien presionó a los obispos ortodoxos de Occidente para que condenasen a Atanasio, obispo de Alejandría y campeón de la fe nicena. La mayoría de los obispos claudicaron, y Liberio, obispo de Roma (352-366), quien se resistía a condenar a Atanasio sin escucharle primero, fue como muchos otros deportado a Asia.
Tras dos años de exilio, Liberio finalmente claudicó y suscribió una confesión de fe que, si bien era ambigua, era aceptable a los arrianos. La fórmula que Liberio firmó era una redactada por los obispos de la corte, la misma que el anciano Osio, obispo de Córdoba y antes consejero de Constantino, había sido obligado suscribir.
Lo que no resultó ambigua fue su condena de Atanasio. Liberio les escribió a los arrianos como sus “amadísimos hermanos” y se disculpó por haber defendido a Atanasio, sobre la base de que su predecesor, Julio, así lo había hecho. Decía: “Yo no defiendo a Atanasio... habiendo sabido cuando le plugo a Dios, que lo habéis condenado justamente, asentí a vuestra sentencia. Así que, habiendo sido Atanasio expulsado de la comunión de todos nosotros, de manera tal que no voy siquiera a recibir sus cartas, digo que estoy muy en paz y concordia con todos vosotros, y con todos los obispos orientales en las provincias. Pero para que sepáis mejor que en esta carta hablo en la verdadera fe lo mismo que mi común señor y hermano, Demófilo, quien fue tan bueno de conceder mostrarme vuestro credo católico, el cual en Sirmia fue por muchos de nuestros hermanos considerado, establecido y recibido por todos los presentes: esto recibí con mente bien dispuesta, sin contradecir nada. A esto le doy mi asentimiento; esto es lo que sigo; esto es sostenido por mí... Os ruego que obréis conjuntamente para que pueda ser librado de este exilio y pueda volver a la sede que me fue confiada por Dios.”
Testigos de la defección de Liberio son el propio Atanasio, Hilario de Poitiers, Jerónimo, Hermias Sozomeno, Faustino y Marcelino.
Atanasio menciona la resistencia inicial de Liberio (quien “era consciente de la conspiración formada contra nosotros”) y su claudicación después de dos años de exilio (Apología contra los arrianos, 89). En otra parte (Historia de los arrianos, 41) dice: “Así se esforzaron [los conspiradores arrianos] al principio para corromper la Iglesia de los romanos, deseando introducir la impiedad en ella así como en otras. Pero Liberio, después de haber estado en el exilio dos años, cedió, y por miedo a la amenaza de muerte suscribió. Aún así, esto sólo muestra la conducta violenta, y el odio de Liberio contra la herejía, y su apoyo de Atanasio, mientras se le permitió ejercitar una libre elección.”
Evidentemente Liberio no estaba hecho de la misma madera que algunos de sus antecesores y obispos contemporáneos, capaces de enfrentar el martirio por causa de su fe.
Jerónimo, en su Vidas de Varones Ilustres (97), dice: “Fortunatiano, africano de nacimiento, obispo de Aquilia durante el reino de Constancio, ... , es detestado porque, cuando Liberio obispo de Roma fue exiliado por la fe, fue inducido por la insistencia de Fortunatiano a suscribir la herejía.”
Sozomeno en su Historia de la Iglesia (IV,15) dice que Liberio había escrito una confesión de fe ortodoxa que fue aprobada “partcialmente”. “Pues cuando Eudoxio y sus partidarios en Antioquía, quienes favorecían la herejía de Aecio, recibieron la carta de Osio, circularon el informe de que Liberio había renunciado al término ‘consubstancial’ y había admitido que el Hijo es disimilar con el Padre. Luego de que estas sanciones habían sido hechas por los obispos occidentales, el emperador permitió a Liberio retornar a Roma.”
Faustino y Marcelino presentaron a los emperadores un librito en 383, en el que se contaba que dos años después de haber sido exiliado Liberio, Constancio visitó Roma. Cuando la gente le preguntó por Liberio, el emperador respondió que volvería, y mejor que cuando había partido. “De esta manera”, dicen los autores, “aludió el emperador al consentimiento de Liberio, mediante el cual estrechó las manos de la perfidia.”
Hilario de Poitiers, quien transcribe la carta de Liberio citada antes, interrumpe la transcripción con palabras muy severas: “Esta es la infidelidad arriana”, “anatema, te digo, Liberio y tus cómplices”, “de nuevo, por tercera vez, anatema al prevaricador Liberio.” Escribiendo a Constancio en 360, dice Hilario: “No sé si cometiste mayor impiedad cuando lo exiliaste [a Liberio] que cuando lo restauraste.”
La defección de Liberio era reconocida por los martirologios y breviarios romanos, hasta que en el siglo XVI –supongo que al calor de la controversia religiosa- fueron quitados. En uno de ellos se dice “Liberio, papa, había expresado su conformidad con la perfidia arriana.” Lo mismo reconoce Baronio en sus Anales (56:57).
Tomando en cuenta todos los datos, parece correcto afirmar que Liberio no era arriano en su corazón. Esto no lo exonera del hecho de haber suscripto el arrianismo y la condenación a Atanasio con tal de recuperar su sede. En otras palabras, aceptó lo que sabía que era injusto y erróneo , y lo comunicó oficialmente a los obispos orientales, para poder retornar a Roma, como efectivamente lo hizo. En esta compleja situación histórica, lo menos que puede decirse del obispo de Roma es que hizo un papel muy pobre y no defendió la ortodoxia nicena, que hubo de ser sostenida contra viento y marea por el obispo de Alejandría, Atanasio.
B. El caso de Zósimo, un “supremo maestro” que no sabía distinguir un documento pelagiano de uno ortodoxo, y que desconocía tanto los cánones de Nicea (que confundió con los de Sardis) como los límites de su propia autoridad, y hubo de ser enseñado por los obispos africanos.
Traduzco lo siguiente de la Catholic Encyclopedia:
“No mucho después de la elección de Zósimo el pelagiano Celestio , quien había sido condenado por el papa precedente , Inocencio I, vino a Roma para justificarse ante el nuevo papa, habiendo sido expulsado de Constantinopla. En el verano de 417, Zósimo realizó una reunión con la clerecía romana en la basílica de San Clemente, ante la cual compareció Celestio. Las proposiciones redactadas por el diácono Paulino de Milán, por causa de las cuales Celestio había sido condenado en Cartago en 411, fueron dispuestas ante él. Celestio se rehusó a condenar tales proposiciones, declarando al mismo tiempo en general que él aceptaba la doctrina expuesta en las cartas del papa Inocente y haciendo una confesión de fe que fue aprobada. El papa fue ganado por la conducta astutamente calculada de Celestio, y dijo que no estaba seguro de si el hereje había realmente mantenido la doctrina falsa rechazada por Inocente, y por tanto consideraba demasiado apresurada la acción de los obispos africanos contra Celestio. Escribió de inmediato en este sentido a los obispos de la provincia africana, y convocó a quienes tuviesen algo que decir contra Celestio para que compareciesen en Roma dentro de los dos meses. Poco después de esto, Zósimo recibió de Pelagio también una confesión de fe artificiosamente expresada, junto con un tratado del heresiarca sobre el libre albedrío. El papa reunió un nuevo sínodo de la clerecía romana, ante la cual ambos escritos fueron leídos. Las expresiones hábilmente escogidas de Pelagio ocultaban el contenido herético; la asamblea sostuvo que las afirmaciones eran ortodoxas, y Zósimo les escribió de nuevo a los obispos africanos defendiendo a Pelagio y reprobando a sus acusadores, entre los cuales se hallaban los obispos galos Hero y lázaro. El arzobispo Aurelio de Cartago rápidamente convocó un sínodo, el cual le envió a Zósimo una carta en la que se probaba que el papa había sido engañado por los herejes. En su respuesta, Zósimo declaró que no había determinado nada en forma definitiva, y que no deseaba establecer nada sin consultar a los obispos africanos. Luego de la nueva carta sinodal del concilio africano, del 1 de mayo de 418, al papa, y luego de las medidas tomadas en contra de los pelagianos por el emperador Honorio, Zósimo reconoció el verdadero carácter de los herejes. Ahora publicó su “Tractoria”, en el cual eran condenados el pelagianismo y sus autores. Así, finalmente, el ocupante de la Sede Apostólica en el momento exacto mantuvo con toda autoridad el dogma tradicional de la Iglesia, y protegió la verdad de la Iglesia contra el error.
“Poco después de esto, Zósimo se involucró en una disputa con los obispos africanos con respecto al derecho de apelación a la sede romana de clérigos que habían sido excomulgados por sus obispos. Cuando el sacerdote Apiario de Sica había sido excomulgado a causa de sus delitos, apeló directamente al papa, sin consideración por el curso regular de la apelación en África, que estaba exactamente prescrito. El papa aceptó la apelación de inmediato, y envió al África legados con cartas para investigar el asunto. Un procedimiento más sabio hubiese sido referir primero a Apiario al curso ordinario de apelación en la misma África. A continuación, Zósimo cometió el error añadido de basar su acción en un supuesto canon del Concilio de Nicea [ecuménico], que era en realidad un canon del Concilio de Sárdica [local]. En los manuscritos romanos, los cánones de Sárdica seguían a los de Nicea inmediatamente, sin un tpitulo independiente, en tanto que los manuscritos africanos contenían únicamente los cánones genuinos de Nicea, de modo que el canon al que apeló Zósimo no se hallaba en las copias africanas de los cánones nicenos. Así surgió un serio desacuerdo acerca de esta apelación, que se prolongó después de la muerte de Zósimo.”
J.P. Kirsch, Pope St. Zosimus (Catholic Encyclopedia , vol. XV).

Es probablemente un hecho afortunado para la Iglesia de Roma que el obispado de Zósimo (417-418) haya durado tan poco, pues de lo contrario es posible que hubiera cometido todavía más errores.
Aunque el autor del artículo citado pretende exonerar a Zósimo y presentarle como el guardián de la ortodoxia que “en el momento exacto mantuvo con toda autoridad el dogma tradicional de la Iglesia, y protegió la verdad de la Iglesia contra el error”, los hechos que él mismo narra son bien diferentes.
El titular de la sede romana examinó cuidadosamente lo expuesto por Celestio y Pelagio, y llegó a la conclusión de que ambos eran ortodoxos. Se ve que el Espíritu Santo no le asistió para distinguir la verdad del error. Como consecuencia de su evaluación, corrigió la condenación pronunciada por el obispo romano anterior (lo que muestra que en esta época los papas no se sentían aún obligados por las enseñanzas y decisiones de sus predecesores, que podían ser anuladas si era necesario) , censuró gravemente a los obispos galicanos acusadores –a los que calificó de maliciosos y turbulentos y pretendió excomulgar- , aconsejó paternalmente a los obispos africanos para que no se apresurasen a creer lo malo de su prójimo, y dijo que hubiera deseado que los africanos hubiesen podido oír las exposiciones de Celestio y Pelagio, a quienes llamó hombres de ortodoxia perfecta (absolutae fidei).
A pesar de la decisión del obispo romano, los obispos africanos se mantuvieron en su posición y reafirmaron la condenación de los errores pelagianos. Fue solamente frente a la firmeza de los africanos y a la condenación y destierro de Pelagio por la autoridad imperial (que vaticinaba un negro futuro para sus defensores) que Zósimo publicó su condenación de los pelagianos y sus escritos. Lo hizo muy tarde para defender la ortodoxia, que ya había sido reivindicada por los obispos de la Galia y del África, y apenas a tiempo para salvar su propio pellejo de la acusación de herejía.
Así que, si Zósimo no era pelagiano, al menos se tragó la carnada pelagiana con anzuelo y plomada, se atrevió a amonestar a los obispos que defendían la ortodoxia, y reaccionó en el instante final. Por cierto, un papel muy triste para un pastor y maestro supremo.
Y si bien el problema del pelagianismo fue mucho más grave, la nueva controversia sostenida con los africanos a propósito de las apelaciones, lo muestra al pobre Zósimo como muy poco avezado también en cuestiones de disciplina eclesiástica, otra área en la cual se enseña hoy que las decisiones de los papas son inapelables.
El Código de Derecho Canónico vigente establece:
“El Romano Pontífice es juez supremo para todo el orbe católico, y dicta sentencia o personalmente, o mediante los tribunales ordinarios de la Sede Apostólica, o por jueces en los cuales delega.” (# 1442)
“No cabe apelación: 1º contra la sentencia del mismo Sumo Pontífice o de la Signatura Apostólica...” (# 1629).
“No cabe apelación ni recurso contra una sentencia o un decreto del Romano Pontífice.” (# 333, § 3).
“Por razón del Primado del Romano Pontífice, cualquier fiel puede llevar o introducir ante la Santa Sede una causa, tanto conteciosa como penal, en cualquiera instancia del juicio y cualquiera que sea el estado en el que se encuentre el litigio.” (# 1417.1).
Parece que los obispos africanos del siglo V no estaban enterados de estas leyes .

C. El caso de Vigilio, un papa en extremo vacilante, muy poco apto para ser maestro supremo de la cristiandad.
A pesar de las definiciones de Calcedonia, el monofisitismo (doctrina de una única naturaleza divino-humana en Cristo) distaba de estar vencido. Mientras que las iglesias de Occidente se aferraban a lo proclamado por Calcedonia, el emperador Justiniano favorecía la herejía monofisita.
En esta situación el obispo de Roma, Vigilio, puesto allí por el mismo emperador, se hallaba en una incómoda posición. Aunque intentó resistir los decretos imperiales, una visita obligada a la corte bizantina hizo que , en 548, en el documento Iudicatum, suscribiese la condenación imperial de los escritos de tres teólogos antioquenos (detestados por los monofisitas) : Teodoro de Mopsuestia , Teodoreto de Ciro e Ibas de Edesa. Al mismo tiempo que hacía esto, intentaba sostener las decisiones de Calcedonia.
Aparentemente Vigilio deseaba quedar bien con ambas partes. Sin embargo, los obispos occidentales no estaban dispuestos a tolerar semejante actitud. Fue considerado un violador de la ortodoxia, y se lo tuvo por hereje en las Galias, Dalmacia, Iliria y en el África, donde en 550 fue excomulgado por un sínodo.
Ante esta reacción, Vigilio anuló su propio escrito y sugirió convocar un concilio general en el cual hubiese igual representación de los obispos occidentales que de los orientales. Esto le malquistó con el emperador y con los obispos orientales. Como respuesta a las pretensiones del obispo romano, Justiniano convocó a un concilio ecuménico, el II de Constantinopla de 553, del cual el papa quedó excluido. El Concilio le acusó de nestorianismo. Vigilio fue desterrado, y su nombre borrado de los registros y documentos oficiales.
Por tercera o cuarta vez, luego de seis meses de exilio, el desafortunado obispo romano cambió nuevamente de opinión y aceptó las resoluciones del II Concilio de Constantinopla. En una carta que dirigió al patriarca Eutiquio de Constantinopla, confesaba haber sido un instrumento en manos de Satán, pero había sido finalmente iluminado por Dios. Luego de esta capitulación, le fue permitido regresar a Roma, cosa que nunca llegó a hacer porque falleció en el camino.
De Vigilio puede decirse con justa razón que sus contemporáneos, primero de Occidente y luego de Oriente, le tuvieron por hereje . Sus marchas y contramarchas en el terreno doctrinal lo tornaban en extremo inepto como maestro y pastor supremo de la cristiandad (idea que, sospecho, le hubiera resultado entonces por igual de ridícula a los obispos de Oriente como a los de Occidente).

D. El caso del papa Honorio, cuya condenación como hereje permaneció en el breviario romano hasta el siglo XVIII , cuando fue piadosamente omitido.
Honorio sucedió a Bonifacio V, fue obispo de Roma entre octubre-noviembre de 625 y el 12 de octubre de 638. La condenación de Honorio por el III Concilio de Constantinopla muestra cabalmente de que el obispo de Roma estaba sujeto a la misma disciplina que los demás obispos, y que podía ser disciplinado si erraba como maestro y pastor. La Iglesia antigua no conoce nada de la actual doctrina de la infalibilidad sancionada por Roma hace poco más de un siglo.
El contexto histórico es el de la herejía monotelita, que enseñaba la existencia de una sola voluntad en Cristo, lo que tendía a minimizar la naturaleza humana de nuestro Señor como antes lo habían hecho los monofisitas.
El emperador Heraclio deseaba conciliar a los monofisitas con los ortodoxos, y una fórmula que parecía adecuada para ambos bandos le fue remitida a Sergio, patriarca de Constantinopla. A su vez Sergio le envió a Honorio de Roma una carta dogmática, solicitando su opinión.
Honorio aceptó la fórmula de compromiso entre monofisismo y ortodoxia (“Estas cosas predicará vuestra fraternidad con vosotros, así como nosotros las predicamos juntamente con vos”, dijo a Sergio). Lo que es peor, en lugar de “una energía” como los griegos, Honorio expresó: “También confesamos una sola voluntad de nuestro Señor Jesucristo” (ver Denzinger 251). La enseñanza de Honorio dio origen a la formulación del monotelismo (una voluntad).
Frente al hecho de que como obispo de Roma, consultado formalmente por el obispo de Constantinopla, confirmó a éste en su error en lugar de corregirlo, Honorio recibió de Sofronio, patriarca de Jerusalén, y de otros obispos, un documento que defendía la ortodoxia. Como respuesta, Honorio escribió una segunda carta a Sergio, donde ratificaba y ampliaba lo dicho; la carta concluía:
“y estas cosas hemos decidido manifestar a vuestra muy santa fraternidad para que, estableciendo esta confesión, podamos mostrarnos como de una misma mente con vuestra santidad, estando claramente de acuerdo en un mismo espíritu, con una misma enseñanza de la fe ... Y hemos escrito a nuestros colegas y hermanos, Ciro y Sofronio, para que no persistan en la nueva expresión de una o dos energías.”
Los defensores de la infalibilidad papal han empleado sin éxito diversas tácticas para soslayar la condenación de Honorio: a partir de la época de Torquemada, se cuestionaron las actas del Concilio que condenó a Honorio; posteriormente, al fracasar esto, se quiso reinterpretar lo dicho por Honorio para tomarlo en sentido ortodoxo (supongo que por esta razón su declaración se publica en el Denzinger). Otra artimaña de valor histórico fue tomar la enseñanza de Honorio como la opinión de un teólogo privado. Al respecto dice John Chapman, autor del artículo sobre Honorio en la Catholic Encyclopedia: “La carta [de Honorio] no puede ser tenida como privada, pues es una respuesta oficial a una consulta formal.”
Sin embargo, Chapman a su vez recurre a otro subterfugio, a saber, que la carta supuestamente no define ni condena nada, ni se presenta como vinculante para todos los cristianos, por lo cual no puede considerársela “ex cathedra” según la moderna definición del Concilio Vaticano I (1870). De hecho, Honorio suscribe plenamente, con toda su autoridad, a lo dicho por Sergio, y para más agrega la confesión de “una sola voluntad”.
Más allá de las sutilezas, la cuestión es que por muchos siglos nadie puso en duda que Honorio fuese hereje.
Chapman dice de Honorio que “Su mayor notoriedad le ha venido por el hecho de que fue condenado como hereje por el sexto concilio ecuménico (680).”...
“ En la Sesión 13ª del 28 de marzo, las dos cartas de Sergio fueron condenadas, y el concilio añadió: «A aquellos cuyos impíos dogmas execramos, juzgamos que sus nombres también sean expulsados de la santa Iglesia de Dios ... Y además de estos decidimos que Honorio también, quien fue papa de la antigua Roma, sea con ellos expulsado de la santa Iglesia de Dios, y anatematizado con ellos, porque hemos hallado en su carta a Sergio que siguió la opinión de éste en todo, y confirmó sus dogmas impíos». Estas últimas palabras son suficientemente verdaderas, y, si Sergio había de ser condenado, Honorio no podía ser rescatado. Los legados [papales] no objetaron su condenación.”
... “La condenación del papa Honorio fue retenida en las lecciones del Breviario para el 28 de junio (San León II) hasta el siglo XVIII ...”
(John Chapman, Pope Honorius I. Catholic Encyclopedia, vol. VII; negritas añadidas).
El Concilio dirigió una carta al entonces obispo de Roma, Agatón, en la cual se incluía a Honorio entre los que “erraron en la fe”.
En el Edicto imperial que otorgaba fuerza legal a las decisiones conciliares, se mencionaba como anatematizado a “Honorio, que fue papa de la antigua Roma, quien en todas las cosas promovió y cooperó y confirmó la herejía.”
La condenación de Honorio fue renovada por los Concilios II de Nicea (787) y IV de Constantinopla (869-870).
Aún antes del Concilio Ecuménico citado, un importante sínodo de Letrán en 649, presidido por un sucesor de Honorio, Martín (649-655) condenó a cualquiera que confesase una sola voluntad y operación en Cristo, lo cual de hecho incluía a Honorio, aunque quizá por vergüenza, su nombre no aparecía en la lista.
El papa León II (682-683), sucesor de Agatón, reiteró la condenación de Honorio. En una carta al emperador dice del papa hereje que Honorio “no santificó esta apostólica Iglesia con la enseñanza de la tradición apostólica sino que con profana traición trastornó su fe inmaculada”. En otra parte lo coloca junto a otros herejes como Arrio, Apolinar, Nestorio y Eutiques.
Durante varios siglos, el Liber Diurnus, que contenía los juramentos que cada obispo de Roma debía prestar, incluía un anatema contra “Honorio, que encendió el fuego de las afirmaciones impías.” Este anatema fue pronunciado por cerca de cincuenta papas que prestaron juramento en el lapso mencionado.

Honorio fue tenido por hereje durante siglos, y tal opinión generalizada, sostenida aún por decenas de sus sucesores, solamente ha sido cuestionada por su efecto pulverizador sobre la doctrina de la infalibilidad papal.
Que un obispo de Roma cayese en la herejía era una cosa poco frecuente, además de una gran desgracia; pero a nadie, ni siquiera a los propios obispos de Roma, se le pasaba por la cabeza que fuese imposible.
En definitiva, la historia muestra que la solución romanista para las diferencias en la interpretación de las Escrituras no es válida. La Iglesia hubiese admitido el arrianismo si hubiera capitulado con Liberio; hubiese afirmado el pelagianismo si los africanos no hubieran corregido a Zósimo; estaría aún vacilante si siguiese a Vigilio; y sería monotelita si de Honorio hubiese dependido.
Como lo expresa muy bien George Salmon:
“Cuando se sugirió que podríamos contentarnos con la guía de las Sagradas Escrituras, los abogados del romanismo han replicado que aunque la Biblia pueda ser infalible no es una guía infalible; es decir, no protege a quienes la siguen del peligro de errar. Ciertamente ahora podemos decir otro tanto del papa . Que sea infalible, si queréis; que sea en su corazón de la más admirable ortodoxia, aún así no es un guía infalible si por sus afirmaciones públicas lleva al error al pueblo cristiano. Es indisputable que ha habido casos en que el pueblo cristiano hubiese errado si seguía la guía del obispo de Roma. Aún si fuese posible demostrar que ningún obispo de Roma jamás albergó sentimientos que no fuesen de la más rígida ortodoxia, quedaría demostrado que el papa no es una guía infalible.
Podemos señalar caso tras caso en el cual se le ha otorgado autoridad papal a decisiones que sabemos erróneas, y en cada caso puede hacerse algún intento ingenioso para mostrar que la decisión errónea no compromete el atributo de la infalibilidad; pero tarde o temprano los hombres deben despertar para ver que el resultado de todos estos pedidos de excepción es que, mientras esperaban un guía que siempre los dirigiese correctamente, ellos tienen en su lugar un guía que siempre puede hallar alguna excusa plausible para cada vez que los extravía.”
(The Infallibility of the Church, pp. 441-442, vi; negritas añadidas).
 
¿Existe mayor herejía que negar a Cristo tres veces? Y, sin embargo, Pedro fue reconfirmado. La reforma en la Iglesia, además, ha sido llevada a cabo en ocasiones dentro de la misma Iglesia. ¿Te suena San Bernardo de Claraval?

Pero vamos, temiendo que me copies la Encarta entera, rememoro los términos del debate y lo que aún está por rebatir:

1) Que los Apóstoles no son meros hombres, sino que por su fe son llamados *dioses*.

2) Que Pedro habla en representación de *todos* los Apóstoles, asumiendo el liderazgo.

3) Que la revelación a Pedro procede del Padre y del Espíritu Santo, y es confirmada por el Hijo, es decir, *por la Santísima Trinidad en pleno*. Cosa que no sucede en *ninguna* otra parte del Evangelio.

4) Que la *carnalidad* de fariseos y protestantes es incapaz de dar fe a este designio, pues Dios ha endurecido su corazón y no les concede la gracia necesaria para ello.

5) Que el cambio de nombre de Simón responde, quid pro quo, a su reconocimiento del Mesías. Ni siquiera el Precursor, Juan Bautista, contó con la inspiración suficiente para ver en Él al Hijo del Hombre, ya que tuvo que preguntárselo. Pedro es, entonces, *el primero* en establecer en la tierra esta verdad eterna, y por tanto su recompensa es también eterna y referida al mundo: Se le constituye como roca sobre la cual Cristo funda su Iglesia. A pesar de ser mortal, Pedro da un fruto inmortal mediante su fe y la afirmación de la misma hasta el martirio; fruto que cristaliza en la sucesión histórica de los Papas, auténticos Vice-Cristos.

6) Que la facultad de "atar y desatar" conlleva un ejercicio objetivo, no arbitrario o despótico.

7) Que las herejías y cismas serán derrotadas junto con el Anticristo. También la herejía protestante.

Un saludo,

Athos.
 
1) Que los Apóstoles no son meros hombres, sino que por su fe son llamados *dioses*.




DIOSES SOIS



Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? 35Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios(y la Escritura no puede ser quebrantada) (Juan 10:34-36)

Aquí se hace referencia a :

Yo dije: Vosotros sois dioses,
Y todos vosotros hijos del Altísimo;
7 Pero como hombres moriréis,
Y como cualquiera de los príncipes caeréis.
(Salmo 82:6-7)




Juan 10.34, 35 Dioses sois: La referencia, tomada del Salmo 82.6, no atribuye divinidad a los jueces a quienes se refiere, sino que era un título de elogio, destacando la capacidad de vida humana y voluntad dada por Dios, como el fruto de haber sido hechos «a su imagen». Esto se ve claramente en la cláusula aposicional: «Y todos vosotros hijos del Altísimo» (Sal 82.6). La frase que Jesús utiliza aquí es un argumento que va de menor a mayor, no una designación de su pueblo. En otras palabras, si el mismo Dios llamó a los judíos «dioses» en aquel tiempo, como se comprueba en sus propias Escrituras, cuánto más justificado estaba ahora Jesús al llamarse a sí mismo el Hijo de Dios, según testificaban sus obras, las cuales eran del Padre. (Biblia Plenitud. Ed. Caribe)

Salmo 82.6 Esto es citado por Jesús en Juan 10.34, al defender el reclamo de ser Hijo de Dios. Como todos los líderes judíos fueron llamados dioses... hijos del Altísimo, a Jesús le asistía el derecho de llevar el título de Hijo de Dios. También viene al caso citar este salmo que habla de la corrupción del liderazgo judío debido a que lo mismo podía decirse de muchas de las autoridades religiosas en ese tiempo (Mt 23). Véase la nota a Juan 10.34. (Biblia Plenitud. Ed. Caribe)




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Juan 10.34–36 Jesús se refería al Salmo 82.6, donde a gobernadores y jueces israelitas se les llama «dioses» (véanse también Éxodo 4.16; 7.1). Si Dios llamó dioses a los líderes israelitas porque eran agentes de la revelación de Dios y de su voluntad, ¿cómo podía ser blasfemia que Jesús se llamase el Hijo de Dios? Jesús estaba reprendiendo a los líderes religiosos porque Él es el Hijo de Dios en una singular y sin paralelos relación de unidad con el Padre.
Juan 10.35 «La Escritura no puede ser quebrantada» es una clara declaración de la verdad de la Biblia. Si aceptamos a Cristo como Señor, también debemos aceptar su testimonio de la Biblia como Palabra de Dios. (Biblia del diario vivir. Ed Caribe)

Salmo 82.6 Este salmo llama «dioses» e «hijos del Altísimo» a los gobernantes y jueces de Israel debido a que representaban a Dios al ejecutar el juicio. En Juan 10.34–36, Jesús usó este pasaje para defender sus declaraciones de ser Dios. Su argumento era como sigue: Si Dios llamó a hombres comunes «dioses», ¿por qué era una blasfemia que Él, el verdadero Hijo de Dios, se declarara igual a Dios?. (Biblia del diario vivir. Ed Caribe)


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También es conveniente examinar Exodo 4:16

Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.

Exodo 4.16 La frase «serás para él en lugar de Dios» significa que Moisés le diría a Aarón lo que este debía decir, tal como Dios se lo había dicho a él.



Y Exodo 7:1-2

Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. 2Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.


Exodo 7.1 Dios constituyó a Moisés «dios para Faraón». En otras palabras, una persona poderosa que merecía ser escuchada. Faraón mismo era considerado un dios, así que reconoció a Moisés como uno de sus pares. Su negativa a ceder ante Moisés demuestra, sin embargo, que Faraón no se sentía inferior a él. (Biblia del diario vivir)

Exodo 7.1,2 Un profeta era el intermediario entre Dios y su pueblo. Actuaba como vocero de Dios ante el pueblo y representaba al pueblo ante Dios. (Biblia Plenitud)
 
Sobre sus continuas provocaciones al llamr a los protestantes "herejes", lamento comunicarle que su papa actual, ya no les llama herejes, desoyendo lo que otros papas dijeron..


Una de dos, o los papas NO SON INFALIBLES, o Juan Pablo II DESMIENTE lo que otros papas han afirmado.


No es preocupante , sino un motivo de honra ser llamados herejes por aquellos que pertenecen a la Gran Ramera.


Si a Jesús le llamaron de todo, Él nos dijo que si lo hicieron con el arbol, que no iban a hacer con las ramas......usted nos halaga y nos bendice, al llamarnos herejes; usted nos vitupera porque hablamos de Jesus, por encima de las MENTIRAS DE ROMA.
 
2) Que Pedro habla en representación de *todos* los Apóstoles, asumiendo el liderazgo.


EL QUE HABLA Y TOMA LA DETERMINACIÓN EN HECHOS 15, ES SANTIAGO, NO PEDRO:

Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. 21Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.*


Pedro es reprendido por el apóstol Pablo en Galatas 2:


Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? 15Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, 16sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. 17Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. 18Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. 19Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. 20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.



NO HAY NINGUN LIDERAZGO DE PEDRO, NI DE NINGÚN OTRO APOSTOL EN LA ESCRITURA
.
 
Sobre la precisión que haces respecto a que los Apóstoles fueran considerados dioses: estoy de acuerdo y la suscribo.

Sobre la infalibilidad papal: un buen médico es aquel que aplica en cada caso los remedios adecuados, no el que aplica siempre los mismos.

Saludos,

Athos.
 
Sobre la infalibilidad papal: un buen médico es aquel que aplica en cada caso los remedios adecuados, no el que aplica siempre los mismos.


LA INFALIBILIDAD PAPAL ES UNA DE TANTAS MENTIRAS DE ROMA, PARA DOMINAR LAS MENTES DE LOS HOMBRES, Y TU ERES UN ENGAÑADO MÁS, POR LA GRAN SECTA ROMANA.


¿ O quizá Juan Pablo II ha cambiado su discurso para obtener el poder mundial y la hegemonia religiosa ?
 
4) Que la *carnalidad* de fariseos y protestantes es incapaz de dar fe a este designio, pues Dios ha endurecido su corazón y no les concede la gracia necesaria para ello.


Supongo que dentro del grupo de fariseos incluyes a cada uno de los padres que no apoyan la interpretación romanista actual de que Pedro es la roca:


Mateo 16:18 en los Padres de la Iglesia (1)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

INTRODUCCIÓN

Según las declaraciones oficiales del Magisterio Católico, el consenso de los Padres es un criterio fundamental en la recta interpretación de las Escrituras. Esto está documentado en muchas declaraciones; me limito a citar dos que son representativas:

quote:


Además, para reprimir los ingenios petulantes, [el Sacrosanto Concilio] decreta que nadie, apoyado en su prudencia, sea osado a interpretar la Escritura Sagrada, en materias de fe y costumbres, que pertenecen a la edificación de la doctrina cristiana, retorciendo la misma Sagrada Escritura conforme al propio sentir, contra aquel sentido que sostuvo y sostiene la santa madre Iglesia, a quien atañe juzgar del verdadero sentido e interpretación de las Escrituras Santas, o también contra el unánime sentir de los Padres, aun cuando tales interpretaciones no hubieren de salir a la luz en tiempo alguno.

Concilio de Trento, Sesión IV del 8 de abril de 1546 (Denzinger # 786; negritas añadidas)

a nadie le es lícito interpretar la misma Escritura contra este sentido ni tampoco contra el sentir unánime de los Padres

Concilio Vaticano I, 1870 (Denzinger # 1788).



Por otra parte, es sabido que Mateo 16,18 es un texto crucial en la justificación bíblica de los dogmas que establecen al obispo de Roma como Cabeza visible de la Iglesia.

Sin embargo, los textos patrísticos que he podido recopilar no muestran un consenso unánime de los Padres en este sentido, ni mucho menos.

He hallado textos de 30 Padres de la Iglesia, que expresan 40 opiniones sobre el texto en cuestión; la diferencia en los números de autores y el de opiniones se debe a que algunos Padres, notablemente Jerónimo y Agustín, expresan más de una interpretación en sus diferentes escritos.

La interpretación más común en los Padres es que la roca sobre la cual se edifica la Iglesia no es Pedro personalmente, sino la fe o confesión que hace Pedro.

Se alinean en esta postura Ambrosiáster, Pablo de Constantinopla, Hilario de Poitiers, Atanasio de Alejandría, Basilio el Grande, Gregorio de Nisa, Ambrosio de Milán, Dídimo el Ciego, Epifanio de Salamis, Juan Crisóstomo, Paladio de Helenópolis, Agustín de Hipona, Cirilo de Alejandría, Isidoro de Pelucio, Teodoreto de Ciro y Basilio de Seleucia, un total de 16 Padres.

A esto pueden añadirse las interpretaciones que consideran “rocas” todos los verdaderos discípulos de Cristo porque ellos confiesan lo mismo que Pedro, y aquí hallamos a Orígenes, Ambrosio de Milán y Agustín de Hipona, lo cual lleva el total a 20.

La segunda interpretación en frecuencia es la que considera a la Roca como Cristo mismo.

Es defendida por Tertuliano de Cartago, Afraates el Sirio, Jacobo de Nisbis, Eusebio de Cesarea, Juan Crisóstomo, Jerónimo, Agustín de Hipona, Casiodoro, Isidoro de Sevilla, Beda el Venerable y Juan de Damasco. Esto hace un total de 11 Padres.

Una opinión minoritaria dice que la Roca son todos los Apóstoles (así Jerónimo e Isidoro de Sevilla) . Otra, elaborada por Cipriano de Cartago, ve en el episcopado universal la roca sobre la que se fundamenta la Iglesia.

En uno de sus polémicos escritos, Tertuliano de Cartago afirmó que Pedro y solamente él, personalmente, es la roca.

No he podido hallar la opinión de que Pedro y sus sucesores en la figura de los obispos de Roma sean la roca en la literatura patrística antes de fines del siglo IV.

Dos Padres de dicha época que pueden invocarse a favor de esta posición son Jerónimo y Agustín. Sin embargo, es interesante que el primero la exprese en una carta dirigida precisamente al obispo de Roma, y el segundo en una carta escrita a propósito de una amenaza de cisma.

Además, en otros de sus escritos, Jerónimo expresa que la Roca es Cristo mismo, o que se trataba de Pedro y los demás los Apóstoles.
Asimismo Agustín, en sus Sermones y Exposiciones dice que:

(1) Pedro era la roca como figura de toda la Iglesia, es decir que, en su fe y también en su debilidad, representaba a todos los que componen el Cuerpo de Cristo (Sermón 26)

(2) Que la roca era Pedro, en cuanto permaneciera en la fe (Exp Salm 45:14)

(3) Que la roca era la confesión de Pedro (Sermón 229P).

(4) Que la Roca era Cristo mismo (Exp Salm 61:3)

De modo que el ilustre obispo de Hipona y Doctor de la Iglesia no parece haber tenido una interpretación única de este versículo.

En definitiva, el único de los Padres que de manera consistente sostiene que la roca era Pedro personalmente y sus sucesores en la persona de los Obipos de Roma, es precisamente un Obispo de Roma, León Magno, a mediados del siglo V.

Por tanto, parece difícil evitar la conclusión de que en este caso en particular, la interpretación oficial católica no cuenta, ni con mucho, con el consenso unánime de los Padres.

La única razón que puede aducirse es que el Magisterio hoy la cree. Es decir, debe ser cierto, sólo porque Roma lo dice y, como todos saben, ella no puede equivocarse.

Mateo 16:18 en los Padres (2)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres de los siglos II y III
Tertuliano de Cartago (c. 160-220)
Si, porque el Señor le dijo a Pedro, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», «a ti te he dado las llaves del reino celestial», o «cualquier cosa que hayas atado o desatado en la tierra, será atada o desatada en los cielos», tú por tanto supones que el poder de atar y desatar se ha derivado hacia ti, es decir, a toda Iglesia similar a Pedro, ¿qué clase de hombre eres, subvirtiendo y cambiando totalmente la intención manifiesta del Señor, confiriendo (como lo hizo aquella intención) esto personalmente a Pedro? «Sobre ti», dice, «edificaré mi Iglesia»; y «Te daré las llaves a ti», no a la Iglesia; y «lo que desatares o atares», no lo que «ellos hayan desatado o atado». Pues así enseña el resultado junto con esto. En (Pedro) mismo la Iglesia fue criada; esto es, a través de (Pedro) mismo; él mismo probó la llave; tú ves cuál: «Hombres de Israel, dejad que lo que digo penetre en vuestros oídos: Jesús Nazareno, hombre destinado por Dios para vosotros», y así. (Pedro) mismo, por tanto, fue el primero en despejar, en el bautismo de Cristo, la entrada al reino celestial, en el cual son desatados los pecados que estaban antes atados; y aquellos que no han sido desatados son atados, según la verdadera salvación...
Sobre la Modestia, 21 (ANF 4:99)
Otra vez, Él cambia el nombre de Simón a Pedro ... Pero, ¿por qué Pedro? Si era por el vigor de su fe, había muchos materiales sólidos los cuales podrían prestar su nombre a causa de su fuerza. ¿Fue porque Cristo era tanto una roca como una piedra? Pues leemos que fue puesto «como piedra de tropiezo y roca de contención».
Contra Marción, IV, 13 (ANF 3:365)

Orígenes de Alejandría (c. 185-c.254)
Y si nosotros también hemos dicho como Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», no como si carne y sangre nos lo hubiese revelado, sino por la luz del Padre en los cielos habiendo resplandecido en nuestro corazón, nos tornamos un Pedro, y a nosotros nos podría decir el Verbo, «Tú eres Pedro», etc. Pues es una roca cada discípulo de Cristo de quien bebieron aquellos que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y sobre cada roca así se construye toda palabra de la Iglesia, y la constitución que corresponde a ella; pues en cada uno de los perfectos, quienes poseen la combinación de palabras y actos y pensamientos que llenan la bendición, la Iglesia es construida por Dios.
Comentario sobre Mateo, 10 (ANF 10:456)
La promesa dada a Pedro no es restringida a él, sino aplicable a todos los discípulos como él.
Pero si supones que sobre este Pedro solamente toda la Iglesia es construida por Dios, ¿qué dirías sobre Juan el hijo del trueno o de cada uno de los Apóstoles? ¿Nos atreveremos, de otro modo, a decir que contra Pedro en particular no prevalecerán las puertas del Hades, pero que prevalecerán contra los otros Apóstoles y los perfectos? ¿Acaso el dicho previo, «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella», no se sostiene con respecto a todos y en el caso de cada uno de ellos? ¿Y también el dicho, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia?» ¿Son las llaves del reino de los cielos dadas por el Señor a Pedro solo, y ningún otro de los benditos las recibirá? Pero si esta promesa, «Te daré las llaves del reino de los cielos» es común con los otros, ¿cómo no lo serán también todas las cosas de las que previamente se habló, y las cosas que están subordinadas como habiendo sido dirigidas a Pedro, ser comunes para ellos? Pues en este lugar estas palabras parecen haber sido dirigidas como sólo a Pedro ... Pero en el Evangelio de Juan, el salvador habiendo dado a los discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos, dijo, «Recibid el Espíritu Santo»...
«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y si alguno le dice esto a Él ... obtendrá las cosas que fueron habladas conforme a la letra del Evangelio a aquel Pedro, pero, como el espíritu del Evangelio enseña, a todo el que se torna tal como era Pedro. Pues llevan el sobrenombre de «roca» todos los que son imitadores de Cristo, esto es, de la roca espiritual que seguía a quienes estaban siendo salvados, para que puedan beber de ella [en] la sequía espiritual. Pero éstos llevan el sobrenombre de la roca tal como lo hace Cristo. Pero también como miembros de Cristo que derivan su sobrenombre de Él ellos son llamados cristianos, y de la roca, Pedros.
Y también en relación con Sus otros nombres, los aplicarás a modo de sobrenombre a los santos; y a todos los tales se les puede decir la declaración de Jesús: «Tú eres Pedro», etc., hasta las palabras [no] «prevalecerán contra ella». Pero ¿qué es el «ella»? ¿Es la roca sobre la cual Cristo construye la Iglesia, o es la propia Iglesia? Pues la frase es ambigua. ¿O es como si la roca y la Iglesia fuesen una misma cosa? Yo creo que esto es lo cierto; pues ni contra la roca sobre la que Cristo construye la Iglesia, ni contra la Iglesia, prevalecerán las puertas del Hades...
Comentario sobre Mateo XII, 11 (ANF 10:456)

Cipriano de Cartago (c. 200- 258)
Nuestro Señor, cuyos preceptos y admoniciones debemos observar, describiendo el honor de un obispo y el orden de Su Iglesia, habla en el Evangelio, y le dice a Pedro: «Te digo a ti, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo». De aquí, a través de los cambios de tiempos y sucesiones, el ordenamiento de los obispos y el plan de la Iglesia fluye hacia delante; de modo que la Iglesia está fundada sobre los obispos, y cada acto de la Iglesia está controlado por estos mismos gobernantes.
Epístolas 26:1 (ANF 5:305)
Y el Señor también en el Evangelio, cuando los discípulos lo abandonaron mientras él hablaba, tornándose hacia los doce, dijo «¿también vosotros os iréis?»; entonces Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes la palabra de vida eterna; y creemos, y estamos seguros, de que eres el Hijo del Dios viviente». Aquí habla Pedro, sobre quien la Iglesia había de ser edificada, enseñando y mostrando en el nombre de la Iglesia, que aunque una rebelde y arrogante multitud de aquellos que no oirían ni obedecerían pudiera apartarse, aun así la Iglesia no se apartará de Cristo; y son la Iglesia quienes forman un pueblo unido al sacerdote, y el rebaño que se adhiere a su pastor.
Epístolas 68:8 (ANF 5:374)
El Señor le dijo a Pedro: Te digo (dijo Él) que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo (Mateo 16:18-19). A él de nuevo, después de Su resurrección, le dice:, Alimenta mis ovejas. Sobre él siendo uno, edifica Su Iglesia; y aunque Él da a todos los Apóstoles un poder igual, y dice: Como mi Padre me envió, así también yo os envío; recibid el Espíritu Santo; a quienes les remitáis los pecados, les serán remitidos, y a quienes se los retengáis, les serán retenidos (Juan 20:21); - empero para manifestar unidad, Él por su propia autoridad ha colocado así la fuente de la misma unidad, como para comenzar de uno. Ciertamente los otros Apóstoles también eran lo que era Pedro, dotados de un igual compañerismo de honor y poder; pero se hace un comienzo desde la unidad, para que la Iglesia pueda presentarse como una; la cual una Iglesia, en el Cantar de los Cantares, el Espíritu Santo designa y nombra en la Persona de nuestro Señor: Mi paloma, Mi inmaculada, no es sino una; ella es la única de su madre, elegida de ella que la concibió (Cantares 9:6).
Sobre la unidad de la Iglesia 3-4 (ANF 5:672


Mateo 16:18 en los Padres (3)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo IV
(Parte 1 de 2)

Afraates el Sirio (principios del siglo IV)

La fe ... es como una construcción que se construye de muchas piezas de artesanía y así su edificio se eleva hasta la cima. Y sabed, mis amados, que en los fundamentos del edificio se colocan piedras, y así descansando sobre piedras, todo el edificio se eleva hasta que es perfeccionado. Así también la verdadera Piedra, nuestro Señor Jesucristo, es el fundamento de toda fe. Y en Él, en (esta) Piedra, se basa la fe. Y descansando sobre la fe toda la estructura se eleva hasta ser completada. Pues es el fundamento lo que constituye el principio de todo el edificio. Pues cuando alguien es traído cerca de la fe, es puesto por él sobre la Piedra, es decir nuestro Señor Jesucristo. Y Su edificio no puede ser zarandeado por las olas, ni dañado por los vientos. Por los embates de la tormenta no se cae, porque su estructura está levantada sobre la roca de la verdadera Piedra. Y en que he llamado a Cristo la Piedra, no he hablado mi propio pensamiento, sino que los Profetas le llamaron de antemano la Roca.
Y ahora oíd lo concerniente a la fe que es basada sobre la Piedra, y lo concerniente a la estructura que se levanta sobre la Piedra ... Así también que el hombre quien se torna una casa, sí, una morada para Cristo, preste atención a lo que se necesita para el servicio de Cristo, quien se aloja en él, y con qué cosas puede complacerle. Pues primero él construye su edificio sobre la Piedra, la cual es Cristo. Sobre Él, sobre la piedra, se edifica la fe ... Todas estas cosas demanda la fe que está basad en la roca de la verdadera Piedra, es decir Cristo. Y si por ventura dijeses: «Si Cristo está puesto por fundamento, ¿cómo es que Cristo también mora en el edificio cuando éste se completa?» Pues el bendito Apóstol dijo ambas cosas. Pues dijo: «Yo como perito arquitecto he puesto el fundamento». Y allí él definió el fundamento y lo hizo claro, pues dijo como sigue: «Ningún hombre puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús» ... Y por tanto se cumple aquella palabra, que Cristo mora en los hombres, a saber, en aquellos que creen en Él, y Él es el fundamento sobre el cual se levanta todo el edificio.

Demostraciones Selectas, 1:2-6,13, 19


Jacobo de Nisbis (principios del siglo IV)

La fe está compuesta y compactada de muchas cosas. Es como un edificio, porque se construye y completa con mucha esperanza. No ignoras que se ponen grandes piedras en los fundamentos de un edificio, y entonces todo lo que es edificado encima tiene sus piedras unidas entre sí, y así se eleva hasta que se completa la obra. Así, de toda nuestra fe, nuestro Señor Jesucristo es el firme y verdadero fundamento; y sobre esta roca se establece nuestra fe. Por tanto, cuando alguno ha venido a la fe, es puesto sobre una roca firme, la cual es nuestro Señor Jesucristo. Y, a llamar a Cristo una roca, no digo nada por mí mismo, pues los profetas lo han llamado antes una roca.
Sermón 1, Sobre la Fe 1,13

Ambrosiaster (siglo IV)

Pablo escribe sobre las órdenes eclesiásticas; aquí se ocupa de los fundamentos de la Iglesia. Los profetas prepararon, los apóstoles establecieron los fundamentos. Por lo cual el Señor le dice a Pedro: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», esto es, sobre la confesión de fe católica estableceré en vida a los fieles.

Comentario sobre Efesios (PL 17:380)

Eusebio de Cesarea (c. 260-340)

Empero, no errarás en absoluto del ámbito de la verdad si supones que «el mundo» es en realidad la Iglesia de Dios, y que su «fundamento» es en el primer lugar, aquella inefablemente sólida roca sobre la cual está fundada, como dice la Escritura: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»; y en otra parte: «La roca, además, era Cristo». Pues, como el Apóstol indica con estas palabras: «Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús». Entonces, también, luego del Salvador mismo, puedes rectamente juzgar que los fundamentos de la Iglesia son las palabras de los profetas y los apóstoles, de acuerdo con la afirmación del Apóstol: «Edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular».
Comentario sobre los Salmos (PG 23:173, 176)

Pablo de Constantinopla (= Pablo de Emesa, m. 350)

Sobre esta fe la Iglesia de Dios ha sido fundada. Con esta expectativa, sobre esta roca el Señor Dios colocó los fundamentos de la Iglesia. Cuando, entonces, el Señor estaba yendo a Jerusalén, les preguntó a los discípulos, diciendo: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Los apóstoles dicen: «Algunos que Elías, otros que Jeremías, o uno de los profetas». Y Él dice, pero vosotros, esto es, mis elegidos, vosotros que me habéis seguido por tres años, y han visto mi poder, y milagros, y presenciaron caminando sobre el mar, quienes han compartido mi mesa, «¿Quién decís que soy?» Instantáneamente, el Corifeo de los apóstoles, la boca de los discípulos, Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente».
Homilía sobre la Natividad

9. Hilario de Poitiers (c. 315-367)

Una creencia de que el Hijo de Dios es Hijo sólo de nombre, y no en naturaleza, no es la fe de los Evangelios y de los Apóstoles ... por lo cual pregunto, ¿fue que el bendito Simón bar-Jonás le confesó, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente? ... Si Él era Hijo por adopción, ¿en dónde descansa la bendición de la confesión de Pedro, la cual ofreció un tributo al Hijo para el cual, en este caso, no hubiese tenido más derecho que cualquier miembro de la comunidad de los santos? La fe del Apóstol penetró en una región cerrada al razonamiento humano... Y esta es la roca de confesión sobre la cual la Iglesia se edifica ... que Cristo no debe ser solamente nombrado, sino creído, como Hijo de Dios.
Sobre la Trinidad, VI,36 (NPNF2 9:111)

Esta fe es aquella que es el fundamento de la Iglesia; a través de esta fe las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella. Esta es la fe que tiene las lla ves del reino de los cielos. Cualquier cosa que esta fe haya desatado o ligado en la tierra será desatada o ligada en el cielo ... La razón misma por la cual él es bendecido es que confesó al Hijo de Dios. Esta es la revelación del Padre, este es el fundamento de la Iglesia, esta es la seguridad de la permanencia de ella. De aquí que ella tiene las llaves del reino de los cielos, de aquí el juicio en el cielo y el juicio en la tierra ...
Sobre la Trinidad, VI,37 (NPNF2 9:112)

Así nuestro único inconmovible fundamento, nuestra única bendita roca de fe, es la confesión de la boca de Pedro, Tú eres el Hijo del Dios viviente. Sobre ella podemos basar una respuesta a toda objeción con la cual el ingenio pervertido o la amarga traición puedan atacar la verdad.
Sobre la Trinidad, II,23 (NPNF2 9: 58)


Mateo 16:18 en los Padres (4)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo IV

(Parte 2 de 2)

Atanasio de Alejandría (c. 297- 373)


Por esto debemos buscar antes que todas las cosas, si Él es Hijo, y sobre este punto escudriñar especialmente las Escrituras: «pues esto fue, cuando los apóstoles fueron preguntados, que Pedro respondió, diciendo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente” ... esta es la verdad y el principio soberano de nuestra fe ... Y como Él es un fundamento, y nosotros piedras construidas sobre él ... La Iglesia está firmemente establecida; está fundada sobre la roca, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella ... Y porque esta es la fe de la Iglesia, que ellos de alguna manera entiendan que el Señor envió a los Apóstoles y les mandó hacer de esto el fundamento de la Iglesia.

Cuatro Cartas a Serapión 1:28.


Basilio el Grande (330-379)

Y la casa de Dios, ubicada en los picos de las montañas, es la Iglesia según la opinión del Apóstol. Pues él dice que uno debe saber «cómo comportarse en la casa de Dios». Ahora, los fundamentos de esta Iglesia están sobre las montañas sagradas, ya que está construida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas. Una de estas montañas era ciertamente Pedro, sobre la cual roca el Señor prometió construir su Iglesia. Verdaderamente por cierto y por el mayor derecho son las almas sublimes y elevadas, almas que se elevan sobre las cosas terrenales, llamadas «montañas». El alma del bendito Pedro fue llamada una alta roca porque él tenía un fuerte asidero en la fe y soportó constante y valientemente los golpes inflingidos por las tentaciones. Todos, por tanto, quienes han adquirido un entendimiento de la divinidad – por causa de la amplitud de la mente y de aquellas acciones que proceden de ella- son los picos de las montañas, y sobre ellos se edifica la casa de Dios.

Comentario sobre el Profeta Isaías, 2:66 (PG 30:233)


Gregorio de Nisa (c. 330-c. 395)

La calidez de nuestras alabanzas no se extienden a Simón [Pedro] en cuanto él era un pescador; más bien se extiende a su firme fe, la cual es al mismo tiempo el fundamento de toda la Iglesia.

Panegírico sobre San Esteban (PG 46:733)


Ambrosio de Milán (c. 337-397)

La fe, pues, es el fundamento de la Iglesia, pues no fue dicho de la carne de Pedro (su persona), sino de su fe, que «las puertas del Hades no prevalecerían contra ella» ... ¡Haz un esfuerzo, por tanto, en ser una roca! ¡No busques la roca fuera de ti, sino dentro de ti! Tu roca es tu obra, tu roca es tu mente. Sobre esta roca se construye tu casa. Tu roca es tu fe, y la fe es el fundamento de la Iglesia. Si eres una roca, estarás en la Iglesia, porque la Iglesia está sobre una roca. Si estás en la Iglesia las puertas del infierno no prevalecerán contra ti.

Comentario sobre Lucas VI,98 (CSEL 32:4)


Dídimo el Ciego (c. 318-398)

Cuán poderosa es la fe de Pedro y su confesión de que Cristo es el Dios unigénito, el Verbo, el verdadero Hijo de Dios, y no meramente una criatura. Aunque él vio a Dios sobre la tierra vestido de carne y sangre, Pedro no dudó, pues estaba dispuesto a recibir lo que «carne y sangre no te han revelado». Más aún, reconoció al consubstancial y coeterno retoño de Dios, glorificando de este modo aquella raíz increada, aquella raíz sin comienzo, la cual le había revelado la verdad. Pedro creyó que Cristo era una misma deidad con el Padre; y así fue llamado bendito por aquel quien solo es el bendito Señor. Sobre esta roca la Iglesia fue construida, la Iglesia a la cual las puertas del infierno –esto es, los argumentos de los herejes- no vencerán.

Sobre la Trinidad, I, I,30 (PG 39:416)


Epifanio de Salamis (c. 315-403)

Esto es, ante todo, porque él confesó que «Cristo» es «el Hijo del Dios viviente», y se le dijo, «Sobre esta roca de fe segura edificaré mi Iglesia» -pues él claramente confesó que Cristo es el verdadero Hijo.

Panarion, II-III



Juan Crisóstomo (c. 347-407)

Por tanto Él añadió esto, «Y te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; esto es, sobre la fe de su confesión ... Pues Cristo no le añadió nada más a Pedro, sino que como si su fe fuera perfecta, dijo, que sobre esta confesión Él edificaría la Iglesia, pero en el otro caso [Juan 1:49-50] no hizo nada parecido, sino lo contrario ...

Homilías sobre el Evangelio de Juan XXI,1 (NPNF 14:73)

Su significado [1 Cor 3:11] es este: He predicado a Cristo, os he entregado el fundamento. «Pues ningún otro fundamento puede un hombre poner, que aquel que está puesto». Sobre éste entonces edifiquemos, y como un fundamento adhirámonos a él, como una rama a una viña; y que no haya distancia entre nosotros y Cristo.

Homilías sobre 1 Corintios VIII, ver. 11 (NPNF 12:47


Mateo 16:18 en los Padres (5)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo V

Parte 1 de 2

Jerónimo (342-420)

Empero, aunque tu grandeza me aterra, tu amabilidad me atrae. Del sacerdote demando el cuidado de la víctima, del pastor la protección debida a las ovejas ... Mis palabras son dirigidas al sucesor del pescador, al discípulo de la cruz. Así como no sigo a otro líder que a Cristo, no comulgo con otro que con vuestra bendición, esto es, con la cátedra de Pedro. ¡Pues esta, yo sé, es la roca sobre la cual se edifica la Iglesia! Esta es la sola casa donde el cordero pascual puede justamente ser comido. Esta es el arca de Noé, y quien no se encuentre en ella perecerá cuando prevalece el diluvio.

Carta al papa Dámaso, XV, 2 (NPNF2 6:18)

Si, entonces, el Apóstol Pedro, sobre quien el Señor ha fundado la Iglesia, ha dicho expresamente que la profecía y la promesa del Señor fueron entonces y allí cumplidas, ¿cómo podemos afirmar otro cumplimiento por nuestra cuenta?

Epístola a Marcela XLI, 2 (NPNF2 6:55)

Pero, dices, la Iglesia fue fundada sobre Pedro: aunque en otra parte lo mismo se atribuye a todos los Apóstoles, y ellos reciben todos las llaves del reino del cielo, y la fuerza de la Iglesia depende de todos ellos por igual, empero uno de entre los doce es escogido de modo que cuando una cabeza hubo sido dispuesta, no hubiese ocasión para cisma. ¿Pero por qué no fue elegido Juan, que era virgen? Se le prestó deferencia a la edad, porque Pedro era el mayor: uno que era joven, casi diría un muchacho, no podía ser puesto por sobre hombres de edad avanzada; y un buen maestro que estaba dispuesto a quitar toda ocasión de contienda entre sus discípulos ... no ha de pensarse que daría causa de envidia contra el joven que había amado... Pedro es un Apóstol, y Juan es un Apóstol; pero Pedro es solamente un Apóstol, mientras que Juan es un Apóstol, y un Evangelista, y un profeta. Un Apóstol, porque escribió a las Iglesias como maestro; un Evangelista, porque compuso un Evangelio, cosa que ningún otro de los Apóstoles, excepto Mateo, hizo; un profeta, porque vio en la isla de Patmos, donde había sido exiliado por el emperador Domiciano como un testigo del Señor, un Apocalipsis conteniendo los ilimitados misterios del futuro... El escritor virgen expuso misterios que no pudo exponer el casado, y para resumir brevemente todo y mostrar cuán grande fue el privilegio de Juan, la Madre virgen fue confiada por el Señor virgen al discípulo virgen.

Contra Joviniano I, 26 (NPNF2 6:366)

El fundamento singular que el arquitecto apostólico puso es nuestro Señor Jesucristo. Sobre este estable y firme fundamento, el cual ha sido depositado sobre terreno sólido, se edifica la Iglesia de Cristo ... Pues la Iglesia fue fundada sobre una roca ... sobre esta roca el Señor estableció su Iglesia; y el Apóstol Pedro recibió su nombre de esta roca (Mt 16,18) ... Ella, que con una firme raíz está fundada sobre la roca, Cristo, la Iglesia católica, es la única paloma; ella se yergue como la perfecta, y cercana a Su diestra, y nada siniestro tiene en ella ... La roca es Cristo, quien concedió a sus discípulos que ellos también fuesen llamados rocas, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia».

Comentario sobre Mateo 7:25; Epístola 65:15; Sobre Amós VI,12-13


Paladio de Helenópolis (c. 365-425)

«¿Vosotros, empero, quién decís que soy?» No todos respondieron, sino solamente Pedro, interpretando la mente de todos: «Tú eres el Cristo, Hijo del Dios viviente». El Salvador, aprobando la corrección de esta respuesta, habló, diciendo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca» -esto es, sobre esta confesión- «edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».

Diálogo sobre la vida de Juan Crisóstomo (PG 47:48)


Nilo de Ancira (m. hacia 430)

Si, más aún, se significa un hombre del Señor, el primero en ser comparado con el oro sería Cefas, cuyo nombre es, interpretado, «roca». Este es el más alto de los Apóstoles, también llamado Cefas, quien proveyó en su confesión de fe el fundamento para la edificación de la Iglesia.

Comentario sobre el Cantar de los Cantares (PG 87 [ii]: 1693)


Agustín de Hipona (354-430)

Pues si la sucesión lineal de obispos ha de ser tomada en cuenta, ¡con cuántos más certeza y beneficio para la Iglesia reconocemos hacia atrás hasta que llegamos a Pedro mismo, a quien, como llevando en una figura a toda la Iglesia, el Señor dijo: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»! El sucesor de Pedro fue Lino, y sus sucesores en una continuidad inquebrantada fueron estos...

Epístola a Generoso , LIII,2 (NPNF2 12:298)


El Evangelio que ha sido leído recién ... nos da a entender que el mar es el mundo presente, y el Apóstol Pedro el tipo de la única Iglesia. Pues Pedro, primero en el orden de los Apóstoles, y en el amor de Cristo, adelantadísimo, responde a menudo solo por todo el resto. De nuevo, cuando el Señor Jesucristo preguntó, “Pero ¿quién decis vosotros que soy?” Pedro respondió “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Uno dio la respuesta por muchos, Unidad en la multiplicidad. Entonces le dijo el Señor, “Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo”. Entonces agregó “Y te digo a ti” . Como si Él hubiera dicho, “Porque tú me lo dijiste a mí, « eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», yo también te digo «Tú eres Pedro»”. Pues antes él era llamado Simón. Ahora, este nombre de Pedro le fue dado por el Señor, y esto en una figura, que él significaba la Iglesia. Pues viendo que Cristo es la Roca (Petra), Pedro es el pueblo cristiano. Pues la roca (Petra) es el nombre original. Por tanto, Pedro es así llamado por la roca, no la roca por Pedro; al igual que Cristo no es llamado Cristo por los cristianos, sino los cristianos por Cristo. “Por tanto”, dijo, “tú eres Pedro; y sobre esta Roca” que tú has confesado, sobre esta Roca que has reconocido, diciendo “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente, edificaré mi Iglesia”. Te construiré a ti sobre mí, no a mí sobre ti.

A continuación Agustín trata del incidente registrado unos pocos versículos más adelante, en Mateo 16:22ss, donde cuando el Señor anuncia su pasión, Pedro trata de persuadirlo, y Jesús le dice “Apártate de mí, Satanás, porque me eres tropiezo”. El obispo de Hipona prosigue:


Distingamos, mirándonos a nosotros mismos en este miembro de la Iglesia, lo que es de Dios y lo que es nuestro. Pues entonces no vacilaremos, entonces estaremos fundados sobre la Roca, entonces estaremos fijos y firmes contra los vientos, y tormentas, y corrientes, las tentaciones, quiero decir, de este mundo presente. Empero ved a este Pedro, quien era entonces nuestra figura; ahora confía, ahora vacila; ahora confiesa al Inmortal, y ahora tema que Él muera. ¿Por qué? Porque la Iglesia de Cristo tenía tanto débiles como fuertes ... En que Pedro dijo “Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente”representa a los fuertes”; pero en que vacila, y no admite que Cristo pueda sufrir, en temer la muerte de Él, y no reconocer la vida, él representa a los débiles de la Iglesia. En aquel un Apóstol, entonces, esto es Pedro, en el orden de los Apóstoles primero y principal, en quien la Iglesia estaba figurada, ambas clases estaban representadas, esto es, tanto los fuertes como los débiles; porque la Iglesia no existe sin ambos.

Sermón 26.


Cristo, como ves, edificó su Iglesia no sobre un hombre sino sobre la confesión de Pedro. ¿Cuál es la confesión de Pedro? «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Aquí está la roca para vosotros, aquí el fundamento, aquí es donde la Iglesia ha sido construida, la cual las puertas del inframundo no pueden conquistar.

Sermón 229P.1

De aquí que Él amoneste así a Pedro cuando éste le dio mal consejo. Pues el Señor, cuando estaba a punto de sufrir por nuestra salvación, también anunció lo que habría de ocurrir concerniente a aquella misma Pasión; y Pedro dice, «¡Lejos esté esto de Ti!, ¡Dios no lo permita!, ¡Esto no será!» ... Pero el Señor, para hacerlo que no fuera delante de Él, sino siguiéndole, dices, «¡Apártate de mí, Satanás!» Es por esta razón que dijo «Satanás», porque estás pretendiendo ir delante de Él, a quien debes seguir; pero si estás detrás, si lo sigues a Él, no serás de aquí en adelante «Satanás». ¿Qué entonces? «Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia».

Exposiciones sobre Salmos 40:24 (NPNF 8:127)

Pero inmediatamente cuando el Señor comenzó a hablar de Su Pasión, él temió que pereciese por muerte, en tanto que nosotros mismos habríamos de perecer a menos que Él muriese; y dijo: «Lejos de ti, oh Señor, está no será hecho». Y el Señor, a aquel a quien poco antes le había dicho, «Benditos eres, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia», le dijo, «Apártate de mí, Satanás, porque eres una ofensa para mí». ¿Por qué entonces es «Satán» aquel que poco antes era «bendito» y una «Roca»? «Porque no saboreas las cosas que son de Dios», dijo Él, «sino aquellas que son del hombre». Un poco antes él saboreaba las cosas que son de Dios: porque «no te lo ha revelado carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos». Cuando [Pedro estaba] en Dios, alabó su discurso, no Satán sino Pedro, de petra; pero cuando [estaba] en sí mismo y desde la enfermedad humana, el amor carnal del hombre, el cuál sería un impedimento para su propia salvación, y la del resto, es llamado Satán. ¿Por qué? Porque pretendía ir delante del Señor, y darle consejo terrenal al Líder celestial... Tú dices, «Lejos esté» y tú dices, «Oh, Señor»; ciertamente si Señor es Él, sabe lo que hace, sabe lo que dice. Pero tú deseas guiar a tu Líder, enseñar a tu maestro, mandar a tu Amo, escoger por Dios: has ido demasiado lejos, retrocede...

Exposiciones sobre Salmos 45:14 (NPNF 8:222-223)

Si en Él hemos sido tentados, en Él vencemos al diablo ... «Sobre la Roca me has exaltado Tú». Ahora por tanto percibimos aquí quién está clamando desde los confines de la tierra. Traigamos a la mente el Evangelio: «Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia». Por tanto clama desde los confines de la tierra Ella, quien Él había querido que fuese construida sobre una Roca. Pero para que la Iglesia pudiese ser edificada sobre la Roca, ¿quién fue hecho tal Roca? Escucha a Pablo diciendo: «Pero la Roca era Cristo». En Él entonces hemos sido edificados. Por esta razón aquella Roca sobre la cual hemos sido edificados, primero había sido azotada con vientos, inundación, lluvia, cuando Cristo estaba siendo tentado por el diablo. Ved sobre qué firmeza Él ha querido establecerte. Con razón nuestra voz no es en vano, sino que es escuchada con atención: pues en grande esperanza hemos sido dispuestos: «Sobre la Roca me has exaltado».

Exposiciones sobre Salmos 61:3 (NPNF 8:249)


Mateo 16:18 en los Padres (6)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los Padres del siglo V

Parte 2 de 2


Cirilo de Alejandría (m. 444)

Pero ¿por qué decimos que ellos son «fundamentos de la tierra»? Pues Cristo es el fundamento y la base inconmovible de todas las cosas ... Pero los siguientes fundamentos, aquéllos más cercanos a nosotros, puede entenderse que son los apóstoles y evangelistas, aquellos testigos oculares y ministros de la Palabra quienes se han levantado para el fortalecimiento de la fe. Pues cuando reconocemos que sus propias tradiciones deben ser seguidas, servimos a una fe que es verdadera y no se desvía de Cristo. Pues cuando [Pedro] sabia y osadamente confesó su fe a Jesús diciendo, «Tú eres Cristo, Hijo del Dios viviente», Jesús le dijo al divino Pedro, «Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia». Ahora, por la palabra «roca» Jesús indicó, creo, la inamovible fe del discípulo...


Comentario sobre Isaías IV,2 (PG 70:940)

«Y te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». El apodo, creo, llama a ninguna otra que a la inconmovible y muy firme fe del discípulo «una roca», sobre la cual la Iglesia fue fundada y hecha firme y permanece continuamente inexpugnable aun con respecto a las mismas puertas del infierno.

Diálogo sobre la Trinidad IV (PG 75:866)


Isidoro de Pelusio (m. hacia 450)

Cristo, quien escudriña los corazones, no preguntó a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que yo, el Hijo del Hombre, soy?». No porque no supiera las diversas opiniones de los hombres concernientes a Él mismo, sino que estaba deseoso de enseñar a todos la misma confesión la cual Pedro, inspirado por Él, puso como la base y fundamento, sobre los cuales el Señor edificó su Iglesia.

Epístola 253


Teodoreto de Ciro (c. 393- c. 458)

Que nadie neciamente suponga que el Cristo es cualquier otro que el Hijo unigénito. No nos imaginemos más sabios que el don del Espíritu. Escuchemos las palabras del gran Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Escuchemos al Señor Cristo confirmando esta confesión, pues «Sobre esta roca», dice, «edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Por tanto también el sabio Pablo, excelentísimo arquitecto de las iglesias, no fijó otro fundamento que éste. «Yo», dice, «como perito arquitecto he puesto el fundamento, y otro construye encima. Pero que cada quien vea cómo edifica. Pues ningún hombre puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo». ... Por tanto nuestro Señor Jesucristo permitió al primero de los apóstoles, cuya confesión Él había fijado como una suerte de cimiento y fundamento de la Iglesia, que vacilase, y que lo negase, y entonces lo levantó de nuevo... Ciertamente él está llamando a la fe piadosa y a la confesión verdadera una «roca». Pues cuando el Señor preguntó a sus discípulos quién decía el pueblo que era él, el bendito Pedro habló, diciendo «Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». A lo cual el Señor respondió: «De cierto, de cierto te digo que eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».

Epístola 146; 77; Comentario al Cantar de los Cantares, II,14. (NPNF2 3)


Basilio de Seleucia (m. cerca de 459)

En obediencia la lengua de Pedro se puso en movimiento y aunque ignorante de la doctrina, aportó una respuesta: «Tú eres Cristo, Hijo del Dios viviente»... Ahora Cristo llamó a esta confesión una roca, y nombró a quien la confesó «Pedro», percibiendo la apelación como apropiada para el autor de esta confesión. Pues esta es la solemne roca de la religión , esta es el muro de la fe y el fundamento de la verdad: «Pues nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús».

Oración XXV,4 (PG 85:297-298)


León I Magno (papa 440-461)

Nuestro Señor Jesucristo, Salvador de la humanidad, instituyó la observancia de la religión divina, la cual Él quiso que por la gracia de Dios derramase su brillo sobre todas las naciones y todos los pueblos de tal forma que la Verdad, que antes estaba confinada al anuncio de la Ley y los Profetas, pudiese a través del sonido de trompeta de los Apóstoles salir para la salvación de todos los hombres, como está escrito: «Su sonido ha salido a cada tierra, y sus palabras hasta los confines del mundo». Mas este sacramento misterioso el Señor deseó que fuese la ocupación de todos los Apóstoles, pero de tal forma que Él ha puesto el cargo principal en el bendito Pedro, jefe de todos los Apóstoles; y de él como de la Cabeza desea que sus dones fluyan a todo el cuerpo; de modo que cualquiera que se atreve a separarse de la sólida roca de Pedro pueda entender que no tiene parte ni porción en el misterio divino. Pues Él deseó que aquel que había sido recibido al compañerismo en Su unidad indivisa que fuese nombrado como Él mismo lo fue, cuando dijo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia»; para que la edificación del templo divino por el maravilloso don de Dios pudiese descansar el la sólida roca de Pedro: fortaleciendo a Su Iglesia tan ciertamente que ni la precipitación humana pudiera asaltarla, ni las puertas del infierno pudieran prevalecer contra ella. Pero a esta santísima firmeza de la roca, levantada, como hemos dicho, por la mano edificadora de Dios, un hombre debe desear destruirla en extrema impiedad cuando trata de quebrantar el poder de ella, favoreciendo sus propios deseos, y no siguiendo lo que él recibió de los antiguos...

Epístola a los Obispos de la Provincia de Viena, X (NPNF2 12:8-9)

Y cuando ellos hubieron registrado las varias opiniones de otras gentes, Él dijo, «Pero vosotros, ¿quién decís que soy?» ... Ante lo cual el bendito Pedro, cuya confesión divinamente inspirada estaba destinada a beneficiar a todas las naciones, dijo, «Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y no inmerecidamente fue declarado él bendito por el Señor, tomando de la piedra angular principal la solidez del poder cuyo nombre también expresa, él, quien, a través de la revelación del Padre, le confesó ser a la vez Cristo e Hijo de Dios...

Carta a Flaviano, XXVIII, 5 (NPNF2 12:41-42)

Y si Eutiques hubiese creído esto inteligente y totalmente, nunca se hubiera retirado del camino de esta Fe. Pues Pedro recibió esta respuesta del Señor por su confesión: «Bendito eres tú, Simón bar Jonás; pues carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella». Pero el que tanto rechaza la confesión del bendito Pedro como contradice el Evangelio de Cristo, está muy lejos de la unión con este edificio; pues se muestra a sí mismo como no habiendo nunca tenido ningún celo por entender la Verdad, y tener solamente la vacía apariencia de alta estima, quien no adornó las canas de la ancianidad con ningún juicio maduro del corazón.

Carta al Sínodo de Éfeso XXXIII, 1 (NPNF2 12: 47)

Ya que, por tanto, la Iglesia universal ha devenido una roca (petra) a través de la edificación de la Piedra original, y el primero de los Apóstoles, el beatísimo Pedro, oyó la voz del Señor diciendo, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca )petra) edificaré mi Iglesia», quién hay allí que se atreva a asaltar tal fuerza inexpugnable, a menos que sea el anticristo o el diablo, quien, permaneciendo inconverso en su impiedad, está ansioso por sembrar mentira mediante los vasos de ira que son apropiados para su perfidia, mientras bajo el falso nombre de la diligencia pretende estar en busca de la Verdad.

Carta a León César CLVI, 2 (NPNF2 12:100)

Y de Su gobierno y protección eterna hemos recibido también el apoyo de la ayuda de los Apóstoles, la cual ciertamente no cesa en su operación; y la fuerza del fundamento, sobre la cual se levanta toda la superestructura de la Iglesia, no se debilita por el peso del templo que descansa sobre él. Pues la solidez de aquella fe que fue alabada en el jefe de los Apóstoles es perpetua; y como permanece aquello que Pedro creyó en Cristo, así permanece lo que Cristo instituyó en Pedro. Pues cuando, como se ha leído en la lección del Evangelio, el Señor hubo preguntado a los discípulos quién creían ellos que era Él, en medio de las variadas opiniones sostenidas, y el bendito Pedro hubo replicado, diciendo, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», el Señor dice, «Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino de los cielos. Y lo que atares en la tierra, será atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo».

La dispensación de la Verdad por tanto permanece, y el bendito Pedro perseverando en la fuerza de la Roca, que él ha recibido, no ha abandonado el timón de la Iglesia, que él tomó. Pues él fue ordenado antes que el resto en tal forma que de ser llamado la Roca, de ser pronunciado el Fundamento, de ser constituido el Portero del reino de los cielos, de ser colocado como Árbitro para atar y desatar, cuyos juicios retendrían su validez en el cielo, de todos estos títulos místicos podemos conocer la naturaleza de su asociación con Cristo. Y aún hoy él más plena y efectivamente desempeña lo que le está confiado, y realiza cada parte de su obligación y encargo en Él y con Él, a través de Quien ha sido glorificado. Y así, si cualquier cosa es rectamente hecha y rectamente decretada por nosotros, si cualquier cosa se gana de la misericordia de Dios por nuestras cotidianas súplicas, es por su obra y méritos cuyo poder vive y cuya autoridad prevalece en su Sede. Pues esto, amadísimos, fue ganado por aquella confesión, la cual, inspirada en el corazón del Apóstol por Dios el Padre, trascendió toda la incertidumbre de las opiniones humanas, y fue dotada con la firmeza de una roca, la cual ningún asalto podría conmover. Pues en toda la Iglesia Pedro diariamente dice: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», y toda lengua que confiesa al Señor acepta la instrucción que su voz trae. Esta Fe conquista al diablo, y quebranta las ataduras de sus prisioneros. Nos arranca de esta tierra y nos planta en el cielo, y las puertas del Hades no pueden prevalecer contra ella. Pues con tal solidez está dotada por Dios que la depravación de los heréticos no pueden dañarla ni la incredulidad de los gentiles vencerla.

Sermón III , 2-3 (NPNF2 12:117)

Y rectamente fue el bendito Apóstol Pedro alabado por confesar esta unión, quien cuando el Señor estaba averiguando qué conocían de Él los discípulos, rápidamente se anticipó al resto y dijo, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y esto ciertamente vio, no por la revelación de carne o sangre, que podrían haber retardado su visión interior, sino por el mismo Espíritu del Padre obrando en su corazón creyente, para que en preparación para gobernar toda la Iglesia él pudiera primero aprender lo que habría de enseñar, y para la solidificación de la Fe, la cual estaba destinado a predicar, pudiese recibir este reaseguro, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Esta fuerza, por tanto, de la Fe cristiana, la cual, construida sobre una roca inexpugnable no teme a las puertas de la muerte, reconoce al único Señor Jesucristo como tanto verdadero Dios y verdadero Hombre, creyéndolo asimismo el Hijo de la Virgen, quien es el Creador de su Madre; nacido también al final de los tiempos, aunque es el Creador del tiempo; Señor de todo poder, y aún así mortal; ignorante del pecado, y aun así sacrificado por los pecadores según la semejanza de carne pecaminosa.

Sermón sobre la Pasión, XI Sermón LXII, 2 (NPNF2 12:174)


Mateo 16:18 en los Padres (7)
MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Mateo 16,18 en los siglos VI a IX


Casiodoro (c. 485- c. 580)

«No será conmovida» se dice acerca de la Iglesia a la cual sola aquella promesa le ha sido dada: «Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella». Pues la Iglesia no puede ser conmovida porque se sabe que ha sido fundada sobre la roca más sólida, a saber, Cristo el Señor ... De este «fundamento», es inferido rectamente Cristo, quien es una roca inconmovible y una roca inexpugnable. Concerniente a esto dice el Apóstol: «Pues ningún otro fundamento puede ningún hombre poner que aquel que está ya puesto, el cual es Cristo Jesús».

Exposiciones sobre los Salmos 45:5 (PL 70:330)

Gregorio I Magno (nacido c. 540; papa 590-604)

Pero ya que no es mi causa, sino la de Dios, ya que las leyes piadosas, ya que los santos sínodos, ya que los mismos mandamientos de nuestro Señor Jesucristo son trastornados por la invención de una cierta orgullosa y pomposa frase, que sea el piadosísimo Señor que corte el lugar de la llaga, y ate al paciente remiso en las cadenas de la augusta autoridad. Pues al ligar estas cosas ajustadamente alivias a la república; y, mientras cortas estas cosas, provees el alargamiento de tu reinado.
Pues a todos los que conocen el Evangelio les es evidente que por la voz del Señor el cuidado de toda la Iglesia le fue confiado al santo Apóstol y Príncipe de todos los Apóstoles, Pedro. Pues a él se le dice, «Pedro, ¿me amas? Apacienta a mis ovejas». A él le es dicho, «He aquí, Satanás ha deseado zarandearos como trigo; y yo he orado por ti, Pedro, para que tu fe no falle. Y tú, cuando te hayas convertido, fortalece a tus hermanos». A él se le dice, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo; y lo que atares en la tierra será también atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo».
Ved, él recibió las llaves del reino celestial, y le es dado poder para atar y desatar, le es confiado el cuidado y la principalidad de toda la Iglesia, y aún así él no es llamado el Apóstol universal; mientras que el santísimo hombre, mi compañero sacerdote Juan, intenta ser llamado obispo universal. Estoy forzado a gritar y decir ¡Oh tiempos, oh costumbres!
Ved, todas las cosas en las regiones de Europa son entregadas al poder de los bárbaros, las ciudades son destruidas, los campos arrasados, las provincias despobladas, ningún labriego habita la tierra, los adoradores de ídolos prevalecen y dominan para la matanza de los fieles, y aun sí sacerdotes, quienes deberían ellos mismos yacer llorando sobre el piso y en cenizas, buscan para sí nombres de vanagloria, y se glorían en en nombres nuevos y profanos.
¿Defiendo yo mi propia causa en este asunto, piadosísimo Señor? ¿Resiento que se me haya hecho mal a mí especialmente? No, la causa de Dios Omnipotente, la causa de la Iglesia universal.
¿Quién es éste que, contra las ordenanzas evangélicas, contra los decretos de los cánones, presume para usurpar para sí un nuevo nombre? Lo haría aquél si por él mismo fuese, si pudiera ser sin ninguna mengua de los demás – codicia ser universal.
Y ciertamente sabemos que muchos sacerdotes de la Iglesia de Constantinopla han caído a la vorágine de la herejía ... Si entonces cualquiera de esa Iglesia toma para sí aquel nombre, por el cual se hace la cabeza de todos los buenos, se sigue que la Iglesia universal cae de su pedestal (lo cual no permita Dios) cuando aquel que es llamado universal cae. Pero lejos de los corazones cristianos esté aquel nombre de blasfemia, en el cual es quitado el honor de todos los sacerdotes, mientras se lo arroga locamente para sí uno (solo).
Ciertamente, en honor de Pedro, Príncipe de los Apóstoles, le fue ofrecido por el venerable sínodo de Calcedonia al romano pontífice. Pero ninguno de ellos ha jamás consentido usar tal nombre de singularidad, no sea que, por algo que se le da peculiarmente a uno, los sacerdotes en general sean deprivados del honor que se les debe. ¿Cómo es que nosotros no buscamos la gloria de este título aun cuando es ofrecida, y otro pretende arrebatarlo para sí mismo aunque no se le ofrece?

Epístola XX a Mauricio César (NPNF 2 12:170-171)


Isidoro de Sevilla (c. 560-636)

Pedro lleva el carácter de la Iglesia, el cual tiene el poder de perdonar pecados y de llevar a los hombres desde el Hades hasta el reino celestial ... Todos los Apóstoles también llevan el tipo de la Iglesia entera, ya que ellos también han recibido un poder igual de perdonar pecados. Ellos llevan también el carácter de los patriarcas, quienes por la palabra de la predicación espiritualmente engendraron al pueblo de Dios en todo el mundo ...

Alegorías en el Nuevo Testamento (PL 83:117-118)

El hombre sabio que edificó su casa sobre la roca significa el maestro fiel, quien ha establecido los fundamentos de su doctrina y vida sobre Cristo ... Más aún, Cristo es llamado un «fundamento» porque la fe se establece en él, y porque la Iglesia católica está construida sobre él.

Etimologías VII,2 (PL 82:267)


Beda el Venerable (c. 673-735)

Tú eres Pedro y sobre esta roca de la cual has tomado tu nombre, esto es, sobre mí mismo, edificaré mi Iglesia, sobre aquella perfección de la fe que tú confesaste edificaré mi Iglesia por cuya unanimidad de confesión si alguno se desviase aunque en sí mismo pareciera hacer grandes cosas, él no pertenence al edificio de mis Iglesia. ... Metafóricamente se le dice a él que la Iglesia ha de ser construida sobre esta roca, es decir, el Salvador que tú confesaste, quien ha concedido participación al fiel confesor de su nombre.

Homilías 23 (PL 94:260)


Juan de Damasco (c. 675-c. 749)

Y Pedro, encendido por un ardiente celo y preparado por el Espíritu Santo, replicó: «Tu eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». ¡Oh, bendita boca! ¡Perfectos, benditos labios! ¡Oh, alma teológica! ¡Mente llenada por Dios y hecha digna por la instrucción divina! ¡Oh, divino órgano por el cual Pedro habló! Rectamente eres bendito, Simón hijo de Jonás ... porque ni carne ni sangre ni la mente humana, sino mi Padre en el cielo te ha revelado esta divina y misteriosa verdad a ti. Pues nadie conoce al Hijo, salvo aquél que es conocido por él ... Esta es la firme e inamovible fe sobre la cual, como sobre la roca cuyo sobrenombre llevas, la Iglesia está fundada. Contra ésta las puertas del infierno, las bocas de los herejes, las máquinas de los demonios –pues ellos habrán de atacar- no prevalecerán. Ellos tomarán las armas pero no vencerán.

Homilía sobre la Transfiguración (PG 96:554-555)


Pascasio Radberto (c. 785-860)

Hay una respuesta de todos sobre los cuales la Iglesia es fundada y contra los cuales las puertas del infierno no prevalecerán ... Tan grande fe no surge excepto de la revelación de Dios el Padre y la inspiración del Espíritu Santo de modo que cualquiera que tenga fe, como una piedra firme, es llamado Pedro ... Debiera notarse que cualquiera de los fieles es una roca en la medida en que es un imitador de Cristo y es luz en la medida en que es iluminado por la luz y por esto la Iglesia de Cristo está fundada sobre aquéllos en cuanto son fortalecidos por Cristo. De modo que no en Pedro solo sino sobre todos los Apóstoles y los sucesores de los Apóstoles se edifica la Iglesia de Dios. Pero estas montañas son primero edificadas en la montaña, Cristo, elevada sobre todas las montañas y cerros.... Esta es ciertamente la vera e inviolable fe dada a Pedro por Dios el Padre, según la cual si no hubiese habido siempre un Hijo no hubiera habido siempre un Padre, sobre la cual fe la Iglesia toda está fundada y permanece firme, creyendo que Dios es el Hijo de Dios.

Comentario sobre Mateo (PL 120:561, 555-556)


http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php?s=&threadid=10994&perpage=15&pagenumber=13
 
Originalmente enviado por: Maripaz
EL QUE HABLA Y TOMA LA DETERMINACIÓN EN HECHOS 15, ES SANTIAGO, NO PEDRO

Me estaba refiriendo, obviamente, a la confesión de Pedro, que es un hecho confirmado por la Trinidad en pleno y de mucha más trascendencia que los que planteas. Los protestantes soléis esgrimir la siguiente falacia: si algo es cierto, tiene que apreciarse por igual en todos los pasajes de la Escritura. Pero algo así no sucede prácticamente nunca. De modo que, igual que ayer los arrianos se agarraron como un clavo ardiendo al "Mi Padre es mayor que yo", hoy vosotros os agarráis a pasajes aislados para dar un respaldo ficticio a vuestra perversión sectaria.

Saludos,

Athos.
 
7) Que las herejías y cismas serán derrotadas junto con el Anticristo. También la herejía protestante.


Lo que será derrotado y destruido es LA GRAN RAMERA, más conocida como institución catolico romana , de las que adjunto algunas de sus herejías:





LISTA DE HEREJÍAS CATÓLICAS
(Tomado de: http://www.albertoaic.com )

Lista de Herejías Católicas:

1 Timoteo 4:1 "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios."

SACERDOTE - 68 - 200 A.D. Este nombre fue dado a los que eran líderes de las supuestas iglesias Cristianas antes del segundo siglo A.D. por Luciano, otro supuesto padre fundador de la iglesia. La mayoría de estos sacerdotes eran judíos que se presentaban como Cristianos. El título fue tomado de religiones judías y paganas.

1. DE TODAS LAS TRADICIONES del SER HUMANO enseñadas y practicadas por la iglesia Católica, que son contrarias a la Biblia, de las más antiguas son los rezos para los muertos y el símbolo de la cruz. Ambas tradiciones comenzaron 300 años después de Cristo... GLAD.

2. Las velas de cera fueron introducidas a la iglesia cerca de 320 A.D.

3. Veneración de ángeles y de santos muertos cerca de 375 A.D.

4. La misa, como celebración diaria, adoptada en 394 A.D.

5. La adoración de María, la madre de Jesús, y del uso del término, "Madre de Dios," en relación a ella, tuvo su origin en el concilio de Efeso en 431A.D.

6. Los sacerdotes comenzaron a vestir diferentemente en 500 AD.

7. La doctrina del purgatorio primero fue establecida por el Papa Gregorio El Grande cerca al año 593 A.D.

8. El lenguaje latino, como el lenguaje del rezo y de la adoración en iglesias, también fue impuesto por el Papa Gregorio I. 600 años después de Cristo... 600 A.D. La Palabra de Dios prohíbe rogar y enseñar en una lengua desconocida. (1 Cor. 14:9)

9. La Biblia enseña que debemos orar a Dios solamente en el nombre de Jesús. En la iglesia primitiva nunca usaban los rezos dirigidos a María, o a los santos muertos. Esta práctica comenzó en la iglesia romana cerca de 600 A.D. (Mat. 11:28; Lucas 1:46; Hechos 10:25-26; 14:14-18)

10. El Papado es de origen pagano. El título de Papa, o de obispo universal, fue primero dado al obispo de Roma por el emperador malevolo Phocas, en el año 610 A.D. Esto lo hizo para darle rencor al obispo Ciriacus de Constantinopla, quien lo había, justamente, excomunicado por el asesinato de su precursor el emperador Mauricio. Gregory I, entonces obispo de Roma, rechazó el título, pero su sucesor, Bonifacio III, primero asumió el título de Papa. Jesús no designó a Pedro como líder de los apóstoles y prohibió cualquier noción semejante. (Luc.22:24-26; Efe. 1:22-23; Col. 1:18; l Cor 3:11). Nota: No existe ninguna mención en las escrituras, ni en la historia, que Pedro estuvo en Roma, mucho menos que fue Papa por 25 años. El obispo Clemente, el tercer obispo de Roma, comenta que no hay evidencia que en el primer siglo Pedro hubiese estado en Roma ni por un instante.

11. El besar a los pies del papa comenzó en 709 A.D. Había sido una costumbre pagana la de besar los pies de emperadores. La palabra de Dios prohíbe tales prácticas. (leér Hechos 10:25-26; Apocalipsis 19:10; 22:9).

12. El Poder Temporal de los Papas comenzó en 750 A.D. Cuando Pepin, el ursurpador del trono de Francia, descendió a Italia, llamado por el Papa Stephen II, a la guerra contra los el Lombardos Italianos, él los derrotó y dio la ciudad de Roma y el territorio circundante al Papa. Jesús claramente prohibió tal cosa, y Él mismo rechazó el reinado terrestre. (leér Mat. 4:8-9; 20:25-26; Juan 18:38).

13. La adoración de la cruz, de imágenes y de reliquias fue autorizada en 788 A.D. Esto fue por orden de la Emperatríz Irene de Constantinopla, que primero hizo que sacaran los ojos de su propio hijo, Constantino VI, y en seguida hizo una reunión de la iglesia a petición de Hadrian I, Papa de Roma en aquella epoca.

14. El agua bendita, mezclada con un pisca de sal y bendecido por el sacerdote, fue autorizada en 850 A.D.

15. La veneración del Santo José comenzó en 890 A.D.

16. El bautismo de campanas fue instituido por el Papa Juan XIV, en el año 965 A.D.

17. Canonización de santos muertos, fue hecho primero por el Papa Juan XV en 995 A.D. Todo creyente y seguidor de Cristo es llamado santo en la Biblia. (Rom. 1:7; I Cor. 1:2)

18. El ayuno los Viernes y durante la cuaresma fue impuesto en el año 998 A.D. Fue impuesto por Papas que estaban interesados en el comercio de la pesca. La practica de obtener permiso para comer carne, algunas autoridades dicen, comenzó en el año 7OO A.D. Esto está contra la clara enseñanza en la Biblia. (Mat.15:10 1Cor. 10:25; 1Tim. 4:1-3)

19. La misa fue desarrollada gradualmente como sacrificio; el asistir a la misa se hizo obligatorio en el siglo once. La Biblia enseña que el sacrificio de Cristo fue ofrecido una sola vez para siempre para nunca ser repetido, sino solamente ser conmemorado en la Santa Cena. (Heb.7:27; 9:26-28; 10:10-14)

20. El celibato del sacerdocio fue decretado por el Papa Hildebrand, Bonifacio VII, en el año 1079 A.D. Jesús nunca impuso semejante regla, tampoco ninguno de los apóstoles. Al contrario, el Apóstol Pedro era un hombre casado, y el Apóstol Pablo dice que los obispos deben tener esposa e hijos. (1 Tim. 3:2,5 y12; Mat. 8:14-15)

21. El rezo del Rosario fue introducido por Pedro el Hermitaño, en el año 1090 A.D. Copiado de los Hindús y de Mahometanos en 1090 A.D. La repetición de rezos es una práctica pagana y claramente es condenada por Cristo (Mat. 6:5-13)

22. La inquisición de los herejes fue instituida por el concilio de Verona en el año 1184. Jesús nunca enseñó el uso de fuerza como medio de llevar su salvación a los perdidos... Fue adoptada en 1184 A.D.

23. La venta de la Indulgencia, vista comúnmente como la compra del perdón y como permiso para complacerse en pecado, comenzó en el año 1190 A.D. El Cristianismo, según lo enseña la Biblia, condena tal práctica, y era la protesta contra esta práctica que trajo la reforma Protestante en el décimosexto siglo.

24. El dogma de la Transubstanciación fue decretado por el Papa Inocencio III, en el año 1215 A.D. En esta doctrina el sacerdote finge realizar un milagro diario cambiando una hostia en el cuerpo de Cristo, y entonces él finge comerlo vivo en la presencia de la gente durante misa. La Biblia condena tales absurdidades; La participación de la Santa Cena es un recordatorio del sacrificio de Cristo. La presencia espiritual de Cristo se implica en la Santa Cena. (Lucas 22:19-20; Juan 6:35; I Cor 11:26)

25. La confesión de pecados al sacerdote una vez al año fue instituida por el Papa Inocencio III, en el concilio de Laterán, en el año 1215 A.D. La Biblia nos ordena a que confesemos nuestros pecados directamente a Dios (Salmo 51:1-10; Lucas 7:48; 15:21; Juan 1:8-9)

26. La adoración a la hostia, fue decretada por el Papa Honorio en el año en 1220 A.D. La iglesia Romana adora a un dios hecho por manos humanas. Esto es idolatria y absolutamente contrario al Espíritu del Evangelio. (Juan 4:24)

27. La Biblia fue prohibida y colocada en el Indice De Libros Prohibidos por el concilio de Valencia en 1229 A.D. Jesús ordenó que las escrituras fueran leídas por todos. (Juan 5:39; l Tim. 3:15-17)

28. El Escapulario fue inventado por Simon Stock, un monje Inglés, en el año 1287 A.D. El Escapulario es un pedazo del paño marrón, con una imagen de la Virgen y supuestamente es para obtener virtud supernatural y para protegerse contra los peligros a todos los que la vistan. Esto es fetisismo.

29. La iglesia Romana le prohibió la copa de la comunión al los laicos, instituyendo una sola clase de comunión en el concilio de Constance en 1414 AD. La Biblia nos ordena a que celebremos la Santa Cena con pan sin levaura y la fruta de la vid. (Mat. 26:27; I Cor 11:26-29)

30. La doctrina del purgatorio fue proclamada como un dogma de la fe por el concilio de Florencia en 1439 A.D. No hay una sola palabra en la Biblia que enseñe lo del purgatorio. La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado. (I Juan 1:7-9; 2:1-2; Juan 5:24; Rom. 8:1)

31. La doctrina de 7 sacramentos fue afirmada en 1439 A.D. La Biblia dice que Cristo instituyó solamente dos ordenanzas, el bautismo y la Santa Cena. (Mat. 28:19-20; 26:26-28)

32. El Ave María, comenzó en la última mitad de 1508 A.D. Fue terminado 50 años después y finalmente fue aprobado por el Papa Sixths V, al final del décimosexto siglo.

33. El concilio de Trent de 1545 A.D. declaró que la Tradición es de igual autoridad a la de la Biblia 1545 A.D. Tradición se refiere a las enseñanzas humanas. Los Fariseos creían de la misma manera, y Jesús los condenó amargamente, porque practicando las tradiciones humanas, ellos anulaban los mandamientos de Dios (Marcos 7:7-13; Col. 2:8; Apocalipsis 22:18)

34. Los libros apócrifos fueron agregados a la Biblia también por el concilio de Trent en 1546. Estos libros no fueron reconocidos como canónicos por la iglesia judía. (Apocalipsis 22:8-9)

35. El Credo del Papa Pio IV fue impuesto como el Credo Oficial 1560 años después de Cristo y de los apóstles, en 1560 AD. Los verdaderos Cristianos conservan las Santas Escrituras como su único credo. Por lo tanto, el credo de los Cristianos es 1,500 años más antiguo que el credo de los Católicos Romanos. (Gal 1:8)

36. La Concepción Inmaculada de la Virgen María fue proclamada por el Papa Pio IX en el año 1854 A.D. La Biblia indica que todos los hombres, con la anomalía única de Cristo, son pecadores. María misma tenía necesidad de un Salvador. (Rom 3:23; 5:12; Salmo 51:5; Lucas 1:30,46,47)

37. En el año 1870 después de Cristo, el Papa Pio IX proclamó el dogma de la Infalibilidad Papál 1870 A.D. Ésta es una blasfemia y la muestra de la apostasía y del anti-cristo profetizado por San Pablo. (II Tes. 2:2-12; Apocalipsis 17:1-9; 13:5-8,18) Muchos estudiantes de la Biblia ven el número de la bestia (Apocalipsis 13:18) 666 en las letras Romanas del título del Papa: " VICARIVS FILLII DEI. " - V.5, I-1; C-100, l-l: v-5, 1-1; L-50, 1-1; 1-1-Total, 666.

38. El Papa Pio X, en el año 1907 A.D. condenó junto con el "Modernismo", todos los descubrimientos de la ciencia moderna que no son aprobados por la iglesia. Pio IX había hecho la misma cosa en el concilio de 1864.

39. En el año 1930, Pio XI condenó a las escuelas públicas.

40. En el año 1931 el mismo papa Pio XI, reafirmó la doctrina que María es "La Madre De Dios." Esta doctrina primero fue inventada por el concilio de Efeso en el año 431 A.D. Esta es una herejía contraria a las propias palabras de María misma. (Lucas 1:46-49; Juan 2:1-5)

41. En el año 1950 el último dogma pasado fue proclamado por el Papa Pio XII, la Asunción de la Virgen María.

CONCLUSIÓN: Cuál será el siguiente invento? La iglesia Romana nunca dice los cambios. Todavía, no ha hecho nada sino inventar nuevas doctrinas que son contrarias a la Biblia, y ha practicado los ritos y las ceremonias tomados directamente del paganismo. Un erudito ha encontrado que 75 % de los ritos y de las ceremonias de la iglesia romana son de origen pagano. Por más de 1,600 años la institución Católica ha estado acumulando las opiniones compuestas en sus propios concilios, más otras ideas tomadas del judaísmo y otras religiones paganas que son absolutamente opuestas a la palabra del Dios. Esto se debe entender por el ganador de almas al tratar con los católicos romanos. La palabra de Dios muestra que no debe haber ningún lazo entre las fuerzas de la oscuridad y la luz. Usted verá que esta lista de herejías no es producto del Dios Vivo, pero de los demonios. Estos hombres salieron de la iglesia verdadera porque no eran cristianos verdaderos. Esto era el principio del sacerdocio católico y de sus seguidores... " salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; " (I Juan 2:19) preste atención a la advertencia del Apóstol Pablo, que dijo: "mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema." (Gal. 1:8).

Yo reconocí que como Católico, no era un Cristiano según la Biblia. Ahora quiero hacer lo que dice la Biblia para ser un buen Cristiano. Ahora he entregado mi vida al Señor Jesucristo y soy salvo sólo por la fe y no por los sacramentos y los dogmas contrarias a las Escrituras, y rechazo a la institución Católica como la ramera espiritual profetizada en Apocalipsis 17. Siendo salvado, ahora, por la gracia por medio de la fe según la palabra del Dios Vivo (Ephesians 2:8-10), tengo seguridad absoluta de la vida eterna ahora, y por siempre en cielo con Cristo.

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6) Que la facultad de "atar y desatar" conlleva un ejercicio objetivo, no arbitrario o despótico.


Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. (Mateo 16:19)

De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. 19Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. 20Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.(Mateo 18:18-20)




En este pequeño comentario, quisiera hacer notar al lector que en el texto paralelo de lo que es considerado por algunos como la prueba de la superioridad de Pedro, que habla de atar y desatar, EL CONTEXTO HABLA DE LA ORACION

"atar" y "desatar" se refiere por lo tanto al poder de la oración; de hecho, para ser consecuentes con las normas de hermeneútica, hay que tener en cuenta otros pasajes que se refieran al tema, y el segundo texto es claro que se refiere a la oración y que fue dirigido a los discípulos en general y a todos los creyentes según los vers 19 y 20.

Por lo tanto, TODOS LOS CREYENTES, podemos "atar y desatar" con nuestras oraciones....¿y que es lo que hemos de atar?. Según encontramos en el siguiente texto, Jesús habla de atar al enemigo, el hombre fuerte, para saquear su casa

Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa. El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.(Mateo 12:28-30) (Ver también Marcos 3:27)


No hay que complicar las cosas ni torcer la Escritura, cuando en la sencillez está la respuesta.


En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. (Mateo 11:25-26)



Que el Señor añada bendición a Su Palabra. Amén


Maripaz
 
Originalmente enviado por: athos
Me estaba refiriendo, obviamente, a la confesión de Pedro, que es un hecho confirmado por la Trinidad en pleno y de mucha más trascendencia que los que planteas. Los protestantes soléis esgrimir la siguiente falacia: si algo es cierto, tiene que apreciarse por igual en todos los pasajes de la Escritura. Pero algo así no sucede prácticamente nunca. De modo que, igual que ayer los arrianos se agarraron como un clavo ardiendo al "Mi Padre es mayor que yo", hoy vosotros os agarráis a pasajes aislados para dar un respaldo ficticio a vuestra perversión sectaria.

Saludos,

Athos.


Muestranos UN SOLO VERSICULO en el que otro apóstol reconozca el liderazgo de Pedro sobre todos ellos



Al contrario, Pedro reconoce SER UN ANCIANO MÁS ENTRE TODOS ELLOS


Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: (1 PEDRO 5:1)



Y Jesús dejó la enseñanza bien clara:


25Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; 28como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 20:25-28)
 
Originalmente enviado por: Maripaz
Supongo que dentro del grupo de fariseos incluyes a cada uno de los padres que no apoyan la interpretación romanista actual de que Pedro es la roca

¿Por qué vuelves a pegar texto que ya está más que aclarado y contestado? ¿Quieres obligarme a repetir mis respuestas?

Y no, no considero fariseos a los Padres o escritores eclesiásticos (¿has aprendido la diferencia?) que se equivocaron, pero no perseveraron en su error. Es decir, que no extrajeron como vosotros conclusiones cismáticas del mismo. La actitud de San Agustín a este respecto me parece admirable y digna del mayor elogio, pues, tras dudar en la interpretación de Mt. 16:17 y ss., escribe, una vez finalizada la polémica con los pelagianos:

ROMA LOCUTA, CAUSA FINITA

Os queda mucho por aprender.

Saludos,

Athos.
 
ROMA LOCUTA, CAUSA FINITA


Así dice la Palabra de Dios:



Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 5:29)
 
Originalmente enviado por: Maripaz
Lo que será derrotado y destruido es LA GRAN RAMERA, más conocida como institución catolico romana , de las que adjunto algunas de sus herejías


Sobre las "herejías" de Roma consistentes en velitas, hostias y ayunos "no previstos por la Biblia" (¿debió preverlo todo la Biblia?) me ahorro cualquier comentario fuera de este. No creo que merezca mucho más.





Sobre la "Gran Ramera", leo en la red:

<< "Ireneo de Lyon" <[email protected]> en
news:[email protected] nos ofrece un enlace
relativo a cierta interpretación del Apocalipsis que deja fatal a la
Iglesia Católica, a gusto del que la hace porque si la interpretación
la hiciésemos otros el resultado podría ser diametralmente opuesto.

Los textos de la web a la que nos remite Ireneo, aparte de algún
infantilismo interpretativo más que notable, caen en el error de
pretender que todo personaje, imagen, metáfora o cosa similar que
aparece en la Biblia debe referirse a una persona, física o moral,
concreta, identificable por su nombre. Esta es una idea ridícula y
carente del menor fundamento como nos pone de relieve la Parábola del
Buen Samaritano; no tiene el menor sentido pretender conocer el
nombre, lugar de nacimiento, estado civil y nombre de los padres del
viajero robado y apaleado, ni del posadero, ni de los ladrones, ni del
sacerdote, ni del samaritano... En esa parábola Jesucristo no nos
cuenta una historia de personajes reales que hayan existido alguna vez
o vayan a existir en el futuro, nos está dando una enseñanza sobre el
amor al prójimo.

El Apocalipsis, con un lenguaje que nos resulta francamente difícil a
los hombres actuales, anima a sus contemporáneos en la persecución,
previene contra ciertos males presentes o futuros, da doctrina... pero
no se dedica a profetizar los colores de moda en la ropa de los
futuros poderosos ni bobaditas así.

Y que en un escrito pueden aparecer personalizaciones y profecías
hechas sin intención de referirse a una persona concreta, sino a
situaciones que son comunes y se repiten a lo largo del tiempo y por
eso tales escritos pueden ser interpretados por personas mal
informadas o mal intencionadas contra una persona concreta sin que esa
fuese la intención del autor, se puede demostrar hasta con textos de
un autor tan poco inspirado como yo.

El 4 de agosto del pasado año publiqué un artículo titulado "Tontos
útiles en es.charla.religion" en el que decía cosas como: "En el mundo
actual los mayores enemigos de, prácticamente, cualquier religión son
el ateísmo, sobre todo el militante, agnosticismo e indiferentismo y
no otras religiones. Pero Tonto Útil gasta casi todas sus energías en
atacar la religión que toma como contraria, a la que hace el objeto de
todos sus odios para deleite de los enemigos comunes, en vez de
exponer la fe y excelencias de su propia religión."

El que yo haya escrito "Tonto Útil" con mayúsculas, como si fuese un
nombre propio de persona no quiere decir que me refiriese a una
persona concreta ni que profetizase que tiempo después de escribir el
artículo una persona concreta iba a encajar en la descripción de
"Tonto Útil". Yo solamente escribía de comportamientos que se dan de
vez en cuando, no de personas. >>


Saludos,

Athos.
 
Originalmente enviado por: Maripaz
Muestranos UN SOLO VERSICULO en el que otro apóstol reconozca el liderazgo de Pedro sobre todos ellos

Ya lo he hecho:



JUAN 21:15-18


¿Repito también el número de veces que aparece el nombre de Pedro en el NT en comparación con el resto de Apóstoles? Exactamente 195 veces. LA SUMA TOTAL de ocasiones en que aparecen los nombres de los demás Apóstoles no sube de 130. El que sigue inmediatamente después de Pedro en número de citas es Juan, que tan sólo aparece nombrado 29 veces. ¿No es esto más significativo que una declaración de principios (que la hay, no se olvide)?


Saludos,

Athos.
 
Toma, aquí tienes otro pasaje:

Lucas 22:31-32

«¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.»

Saludos,

Athos.