La mujer vestida del sol: ISRAEL.
Apocalipsis 12:
“Y UNA grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas” (vers. 1)
El sol: La gloria de Dios para Israel en el cielo
La luna: La gloria de Dios para Israel en la tierra.
Corona de doce estrellas: Los doce patriarcas.
“Y estando preñada, clamaba con dolores de parto, y sufría tormento por parir” (vers. 2)
Y estando preñada: Profecía sobre Jesucristo, nacería de Israel, sería judío.
Clamaba con dolores de parto: Profetas algunos apedreados, muertos, rechazados.
Sufría tormentos por parir: La necesidad de que viniera Jesús frente a la maldad multiplicada del mundo.
“Y fué vista otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas” (vers. 3)
Dragón bermejo: El diablo o satanás.
Siete cabezas, diez cuernos, siete diademas: La influencia del diablo sobre la tierra.
“Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para parir, á fin de devorar á su hijo cuando hubiese parido” (vers. 4)
Y su cola arrastraba….: La rebelión del diablo y aquellos que siguieron tras él.
Se paró delante de la mujer….: Todos los intentos del diablo, para impedir que Jesús naciese.
“Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fué arrebatado para Dios y á su trono” (vers. 5)
El nacimiento de Jesús de entre el pueblo de Israel. Jesús tomado para los planes de Dios.
“Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos y sesenta días” (vers. 6)
Israel (la mujer) es llevada al desierto, por disposición de Dios. Allí, será mantenida (por gracia, Israel es el pueblo de Dios) hasta que entre la plenitud de los gentiles. Jesús lo profetizó: “Vuestra casa es dejada desierta” (Mat. 23:38;… Lucas 13:35)
“Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte” (vers.11)
La victoria es de aquellos que han sido lavados por nuestro Señor Jesucristo, es decir, después de Cristo;… somos los que llevamos el testimonio de Jesucristo.
“Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido á vosotros, teniendo grande ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (vers.12)
La guerra del diablo en contra del pueblo de Dios.
“Y cuando vió el dragón que él había sido arrojado á la tierra, persiguió á la mujer que había parido al hijo varón. Y fueron dadas á la mujer dos alas de grande águila, para que de la presencia de la serpiente volase al desierto, á su lugar, donde es mantenida por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la serpiente echó de su boca tras la mujer agua como un río, á fin de hacer que fuese arrebatada del río. Y la tierra ayudó á la mujer, y la tierra abrió su boca, y sorbió el río que había echado el dragón de su boca” (vers. 13-16)
Todos los intentos (en Israel), del diablo por destruir la obra de nuestro Señor Jesucristo, (hijo varón) nacido de Israel, (la mujer vestida del sol) pero estos son infructuosos, pues “la tierra” (el linaje de Israel según la carne) impide que el diablo los destruya; pues están allí, porque Dios les endureció, para que entráramos nosotros, pero siguen siendo el pueblo de Dios por excelencia.
“Entonces el dragón fué airado contra la mujer; y se fué á hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo” (vers. 17)
Como el diablo no pudo hacer nada en contra de Israel (mujer en el desierto), ni contra Jesucristo (la muerte de Jesús más que derrota fue la más maravillosa victoria) está haciendo guerra contra todos los que venimos por la promesa echa a Abraham: “en ti serán benditas todas las naciones de la tierra”. Nosotros, judíos creyentes y gentiles, ahora un solo pueblo, somos los que guardamos los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesucristo.
Dios bendiga