Publicación de Teología Pactual Paidobautista

𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐂𝐓𝐎 𝐃𝐄 𝐃𝐈𝐎𝐒 𝐄𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐈𝐀𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐄𝐑𝐀𝐒; 𝐄𝐒𝐓𝐎 𝐈𝐍𝐂𝐋𝐔𝐘𝐄 𝐀 𝐓𝐔𝐒 𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒.
Desde la fe reformada, el bautismo de infantes tiene fundamento en la continuidad del pacto de gracia en la Biblia y en el entendimiento de que Dios incluye a los hijos de los creyentes en Su pacto. A continuación, explico las bases bíblicas y respondo objeciones comunes sobre el tema.

𝑬𝒍 𝑷𝒂𝒄𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂: 𝑼𝒏 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒑𝒂𝒄𝒕𝒐, 𝒅𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒂𝒔 𝒂𝒅𝒎𝒊𝒏𝒊𝒔𝒕𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔

𝗕𝗮𝘀𝗲 𝗕𝗶́𝗯𝗹𝗶𝗰𝗮: 𝗘𝗻 𝗚𝗲́𝗻𝗲𝘀𝗶𝘀 𝟭𝟳:𝟳, 𝗗𝗶𝗼𝘀 𝗽𝗿𝗼𝗺𝗲𝘁𝗲: ❞𝗘𝘀𝘁𝗮𝗯𝗹𝗲𝗰𝗲𝗿𝗲́ 𝗺𝗶 𝗽𝗮𝗰𝘁𝗼 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗶𝗴𝗼 𝘆 𝗰𝗼𝗻 𝘁𝘂 𝗱𝗲𝘀𝗰𝗲𝗻𝗱𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗱𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲́𝘀 𝗱𝗲 𝘁𝗶 𝗲𝗻 𝘀𝘂𝘀 𝗴𝗲𝗻𝗲𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗽𝗮𝗰𝘁𝗼 𝗽𝗲𝗿𝗽𝗲𝘁𝘂𝗼, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝘁𝘂 𝗗𝗶𝗼𝘀 𝘆 𝗲𝗹 𝗱𝗲 𝘁𝘂 𝗱𝗲𝘀𝗰𝗲𝗻𝗱𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗱𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲́𝘀 𝗱𝗲 𝘁𝗶.❞ Este pacto con Abraham y su descendencia es considerado un pacto eterno que continúa bajo la administración del Nuevo Testamento.

𝗖𝗼𝗻𝘁𝗶𝗻𝘂𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗡𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗧𝗲𝘀𝘁𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼: 𝗚𝗮́𝗹𝗮𝘁𝗮𝘀 𝟯:𝟮𝟵 𝗲𝗻𝘀𝗲𝗻̃𝗮 𝗾𝘂𝗲 ❞𝘀𝗶 𝘃𝗼𝘀𝗼𝘁𝗿𝗼𝘀 𝘀𝗼𝗶𝘀 𝗱𝗲 𝗖𝗿𝗶𝘀𝘁𝗼, 𝗰𝗶𝗲𝗿𝘁𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗹𝗶𝗻𝗮𝗷𝗲 𝗱𝗲 𝗔𝗯𝗿𝗮𝗵𝗮𝗺 𝘀𝗼𝗶𝘀, 𝘆 𝗵𝗲𝗿𝗲𝗱𝗲𝗿𝗼𝘀 𝘀𝗲𝗴𝘂́𝗻 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗼𝗺𝗲𝘀𝗮❞. Los creyentes en Cristo son considerados hijos espirituales de Abraham, lo que indica que las promesas del pacto en Abraham continúan en el Nuevo Pacto.

𝑬𝒍 𝒃𝒂𝒖𝒕𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒓𝒆𝒆𝒎𝒑𝒍𝒂𝒛𝒂 𝒂 𝒍𝒂 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒏𝒄𝒊𝒔𝒊𝒐́𝒏 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒆𝒏̃𝒂𝒍 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒄𝒕𝒐

𝐂𝐨𝐥𝐨𝐬𝐞𝐧𝐬𝐞𝐬 𝟐:𝟏𝟏-𝟏𝟐: Pablo equipara la circuncisión con el bautismo cuando escribe que los creyentes fueron “circuncidados” en Cristo mediante el bautismo. Aunque la señal física ha cambiado (de la circuncisión al bautismo), la función de la señal como una marca de entrada al pacto permanece.

𝑬𝒗𝒊𝒅𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒑𝒓𝒂́𝒄𝒕𝒊𝒄𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒓𝒆𝒚𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔: En el Antiguo Testamento, los hijos de los creyentes recibían la señal del pacto (circuncisión) como parte de la comunidad de fe. Si el bautismo es la nueva señal, la exclusión de los hijos de los creyentes contradice el principio de inclusión familiar del Antiguo Testamento, una práctica que no es revocada en el Nuevo Testamento.

𝑳𝒂 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒔𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒄𝒕𝒐 𝒊𝒏𝒄𝒍𝒖𝒚𝒆 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒉𝒊𝒋𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒓𝒆𝒚𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝑵𝒖𝒆𝒗𝒐 𝑻𝒆𝒔𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐

𝗛𝗲𝗰𝗵𝗼𝘀 𝟮:𝟯𝟴-𝟯𝟵: 𝗣𝗲𝗱𝗿𝗼, 𝗲𝗻 𝗣𝗲𝗻𝘁𝗲𝗰𝗼𝘀𝘁𝗲́𝘀, 𝗱𝗲𝗰𝗹𝗮𝗿𝗮: ❞𝗣𝗮𝗿𝗮 𝘃𝗼𝘀𝗼𝘁𝗿𝗼𝘀 𝗲𝘀 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗼𝗺𝗲𝘀𝗮, 𝘆 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘃𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼𝘀 𝗵𝗶𝗷𝗼𝘀…❞. Aquí Pedro indica que la promesa del Espíritu Santo (y la señal correspondiente del pacto) se extiende a los hijos de los creyentes, alineándose con el patrón del pacto que incluía a los descendientes.

𝗛𝗲𝗰𝗵𝗼𝘀 𝟭𝟲:𝟭𝟱 𝘆 𝟭 𝗖𝗼𝗿𝗶𝗻𝘁𝗶𝗼𝘀 𝟭:𝟭𝟲: En el Nuevo Testamento, encontramos ejemplos de familias enteras que fueron bautizadas (como la casa de Lidia y la casa de Estéfanas), lo que sugiere que la señal del pacto era aplicada a los hogares, incluyendo niños.

𝑳𝒂 𝒏𝒂𝒕𝒖𝒓𝒂𝒍𝒆𝒛𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒄𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒂 𝒊𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒊𝒐́𝒏 𝒅𝒆 𝒊𝒏𝒇𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔

𝑫𝒊𝒐𝒔 𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂 𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒆́𝒔 𝒅𝒆 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂𝒔: En Génesis 17 y Éxodo 12:48-49, vemos a Dios incluyendo a las familias enteras en el pacto. El Nuevo Testamento mantiene este principio en 1 Corintios 7:14, donde Pablo menciona que los hijos de al menos un padre creyente son “santos,” es decir, apartados para Dios, confirmando su inclusión en el ámbito del pacto.

𝑱𝒆𝒔𝒖́𝒔 𝒚 𝒍𝒐𝒔 𝒏𝒊𝒏̃𝒐𝒔: En Marcos 10:14, Jesús dice: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.” Esto apoya la idea de que los niños de creyentes son incluidos en la comunidad del pacto, a quienes corresponde la señal visible.
𝐑𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚𝐬 𝐚 𝐨𝐛𝐣𝐞𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐮𝐧𝐞𝐬

𝙊𝙗𝙟𝙚𝙘𝙞𝙤́𝙣: ❞𝙉𝙤 𝙝𝙖𝙮 𝙪𝙣 𝙢𝙖𝙣𝙙𝙖𝙩𝙤 𝙚𝙭𝙥𝙡𝙞́𝙘𝙞𝙩𝙤 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙗𝙖𝙪𝙩𝙞𝙯𝙖𝙧 𝙖 𝙡𝙤𝙨 𝙞𝙣𝙛𝙖𝙣𝙩𝙚𝙨 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙉𝙪𝙚𝙫𝙤 𝙏𝙚𝙨𝙩𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤.❞

𝐑𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚: La Biblia tampoco revoca explícitamente el principio del pacto de incluir a los hijos de los creyentes, algo presente en toda la Escritura. En el Antiguo Testamento, Dios ordena incluir a los hijos en el pacto. Dado que el bautismo reemplaza a la circuncisión como señal (Colosenses 2:11-12) y no existe un mandato de excluir a los hijos en el Nuevo Pacto, se entiende que la práctica de bautizar a los hijos de los creyentes continúa.

𝑶𝒃𝒋𝒆𝒄𝒊𝒐́𝒏: ❞𝑬𝒍 𝒃𝒂𝒖𝒕𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒇𝒆𝒔𝒂𝒏 𝒇𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒗𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒔𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒂𝒅𝒖𝒍𝒕𝒐𝒔 𝒃𝒂𝒖𝒕𝒊𝒛𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝑵𝒖𝒆𝒗𝒐 𝑻𝒆𝒔𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐.❞

𝑹𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂: Los relatos de conversión en el Nuevo Testamento se centran principalmente en el bautismo de adultos que vienen a la fe por primera vez. Sin embargo, cuando la fe comienza a transmitirse en familias creyentes, la práctica se extiende naturalmente a los hijos (Hechos 2:39, 1 Corintios 7:14). El bautismo de infantes no reemplaza la necesidad de fe personal en el futuro, sino que es una señal del pacto en espera de una futura confesión de fe.

𝐎𝐛𝐣𝐞𝐜𝐢𝐨́𝐧: ❞𝐋𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐟𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐧 𝐜𝐫𝐞𝐞𝐫, 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐨 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐧𝐨 𝐝𝐞𝐛𝐞𝐫𝐢́𝐚𝐧 𝐬𝐞𝐫 𝐛𝐚𝐮𝐭𝐢𝐳𝐚𝐝𝐨𝐬.❞

𝐑𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚: La fe de los infantes es confiada a la promesa del pacto de Dios, que incluye a las generaciones futuras (Génesis 17:7, Hechos 2:39). Aunque el infante no puede expresar fe en ese momento, el bautismo se administra como señal de la promesa de Dios a los creyentes y a sus hijos. Así como los infantes israelitas eran circuncidados sin capacidad de fe, los infantes en el Nuevo Pacto reciben el bautismo con la expectativa de que crecerán en esa fe prometida.

𝗢𝗯𝗷𝗲𝗰𝗶𝗼́𝗻: ❞𝗘𝗹 𝗯𝗮𝘂𝘁𝗶𝘀𝗺𝗼 𝗱𝗲 𝗶𝗻𝗳𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗲𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝘁𝗿𝗮𝗱𝗶𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝗮, 𝗻𝗼 𝗯𝗶́𝗯𝗹𝗶𝗰𝗮.❞

𝗥𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮: En la fe reformada, el bautismo de infantes se basa en la continuidad del pacto bíblico. Los reformadores, al igual que Agustín y otros padres de la iglesia, reconocieron el bautismo de infantes como una práctica fiel a la enseñanza de las Escrituras sobre el pacto. La iglesia primitiva también lo practicaba, como se observa en testimonios históricos, y los reformados ven esta práctica como coherente con la visión bíblica del pacto y la comunidad de fe.
𝑭 𝒊 𝒏 𝒂 𝒍 𝒊 𝒛 𝒂 𝒏 𝒅 𝒐
El bautismo de infantes en la fe reformada se basa en el principio de la continuidad del pacto de gracia, donde la promesa de Dios se extiende a los hijos de los creyentes. El bautismo no garantiza salvación automática, sino que es una señal de pertenencia visible al pacto y una promesa de la gracia de Dios sobre los que están en Su comunidad. Esta práctica mantiene la visión bíblica del pacto y refleja la inclusión familiar establecida desde el Antiguo Testamento.
𝐅𝐞𝐬𝐤𝐨, 𝐮𝐧 𝐭𝐞𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨 𝐫𝐞𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐝𝐨, 𝐨𝐛𝐬𝐞𝐫𝐯𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐝𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐛𝐚𝐮𝐭𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐢𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐝𝐢𝐯𝐞𝐫𝐠𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐦𝐚́𝐬 𝐚𝐦𝐩𝐥𝐢𝐚 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐭𝐞𝐨𝐥𝐨́𝐠𝐢𝐜𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐛𝐚𝐮𝐭𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐲 𝐥𝐚 𝐟𝐞 𝐫𝐞𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐝𝐚:
❞𝐍𝐨 𝐛𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐚𝐟𝐢𝐫𝐦𝐚𝐫 𝐥𝐚 𝐝𝐨𝐜𝐭𝐫𝐢𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐠𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐬𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐫𝐞𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐝𝐨… 𝐋𝐚 𝐟𝐞 𝐫𝐞𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐝𝐚 𝐢𝐧𝐜𝐥𝐮𝐲𝐞 𝐮𝐧 𝐞𝐧𝐭𝐞𝐧𝐝𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐞 𝐞𝐥 𝐥𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐜𝐫𝐞𝐲𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐢𝐠𝐥𝐞𝐬𝐢𝐚, 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐛𝐚𝐮𝐭𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐢𝐧𝐟𝐚𝐧𝐭𝐢𝐥.❞
—𝐉.𝐕. 𝐅𝐞𝐬𝐤𝐨, 𝐞𝐧 𝐓𝐡𝐞 𝐓𝐡𝐞𝐨𝐥𝐨𝐠𝐲 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐖𝐞𝐬𝐭𝐦𝐢𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫 𝐒𝐭𝐚𝐧𝐝𝐚𝐫𝐝𝐬