Bueno, leyendo el contenido de este debate veo y evidencio que hay pecado original y que también hay pecado personal.
La causa del mal en el mundo es el pecado. El Diablo y los demonios fueron creados por Dios, pero ellos mismos se hicieron malos porque cometieron el gran pecado de rechazar a Dios. Inmediatamente fueron lanzados al infierno, condenados para siempre.
Por su pecado tienen odio a Dios y envidia a los hombres. Por eso tentaron a Adán y Eva, nuestros primeros padres, diciéndoles que si desobedecían a Dios, serían como dioses y conocerían el bien y el mal.
Adán y Eva se dejaron engañar por el demonio y desobedecieron a Dios. Este fue el primer pecado en la tierra: el pecado original, y por esto todos los descendientes de Adán y Eva, venimos al mundo con el pecado original en el alma, y con las consecuencias de aquel primer pecado, que se nos transmite por generación.
La acción del Sacramento del Bautismo es, antes de hacernos hijos de Dios por adopción, sanar este pecado original por acción de la Gracia Divina.
¿Significa acaso que aquel que fue bautizado no está expuesto al pecado? No. La naturaleza humana ha sido herida por el pecado, por ello, el ser humano tiene una inclinación al mal. Eso no cabe discutirlo, basta ver cada uno su propia vida, por ejemplo lo rápido que uno puede perder los papeles.
El tema entonces cae en el terreno que ya algunos han citado como el "libre albedrío", esto es el correcto uso de la libertad ordenada al bien con elección de actos inteligentes asociados al amor y la verdad.
Discrepo por esto mismo con horizonte 71, porque la desobediencia siempre será un pecado ya que es contraria a un bien.
Se entiende por obediencia el seguimiento y cumplimiento de un bien.
Por ejemplo, el estado ordena el aborto como instrumento de control de la natalidad, defensa de la mujer, etc. Yo no adhiero a esa ley, a esa orden. Por lo tanto, alguien puede decir que no soy obediente. Ese se equivoca porque el no acato del mal es justamente obediencia al bien que se le opone.