simplemente lo he matizado con la verdad
¿Y cuál es la Verdad?
Leí atentamente tu conversión y lo celebro, pero te recomiendo con cariño que hagas también un proceso de discernimiento al "llamado", para que sepas que cuando uno recibe ese don ha de procurar ser más abierto que nunca a la escucha comprensiva y no entrar en cólera con los que "disienten".
Nadie disiente realmente, cuando experimentas el primer proceso de conversión y Dios te da el gran don de la fe, se inicia un largo camino que no termina nunca, pensemos en Pedro, pese a que delante de sus narices consiguió una pesca "milagrosa", esta era un bello signo específico y dirigido a los cristianos de entonces y ahora. Para Dios que Pedro dirija su red y vengan los peces no es complicado, yo mismo he visto como los animales parecen más conectados con su Creador que nosotros en ciertas ocasiones. Ejemplo claro: alguno atribuirá a la casualidad la aparición de unas gaviotas blancas en plena fumata blanca.
NO son casualidades, Dios y las criaturas conforman una enorme unidad, extraña unidad en la diversidad, pero todas ellas tienen una conexión más profunda de lo que podemos creer.
Por otro lado ya he adelantado: unidad en diversidad. La doctrina de nuestro Maestro es clara, no hay puestos y el que quiera sentarse en su mesa debe hacerlo con humildad y servicio. Las mujeres estaban en la mesa del Señor, en su cultura este hecho debió ser hasta violento para los fariseos, que seguían un estricto protocolo y jerarquía. En Dios no hay jerarquías, cualquier jerarquía se basa en el servicio, y Dios lo demuestra, Dios nos ama y sirve a todos, Dios es para la humanidad, la humanidad en cambio no responde de manera recíproca y pese a todo, nos manda a su Hijo, eso significa mucho, e implica un profundo agradecimiento para el que se adhiere a la fe.
Si Dios está por encima de todo, ¿cómo es posible ese "abajamiento" continuado del NT?, llegar a un humilde pesebre y exponerse a la noche de los tiempos, a nuestro entendimiento de Dios eso era uno de tantos "imposibles", la grandeza del cristianismo es que revela algo "imposible", y por eso la cristología se hizo tan pésima en ocasiones, intentando elevar a Cristo, negando la plena humanidad de Jesús y rompiendo lo esencial de su enseñanza: pobreza y servicio, y así le fue a la Iglesia Católica con la reforma que sacó todas sus vergüenzas.
¿Qué es la Verdad?
Siempre que me hago la pregunta siento en mi interior que un día resultó ser "fuego", un enorme "fuego" que reveló cada aspecto de mi ser, no se dejó nada, destripó mi corazón, rasgó toda mi alma, me llenó de espíritu y caí a los suelos llorando intensamente sin noción del tiempo.
Cuando narro esto me conmuevo todavía pese a los años transcurridos, por eso puedo explicar con claridad muchas cosas, dado que yo no soy un "converso" al uso, no he estado metido en movidas, delincuencia o drogas, ni tan siquiera he podido "fornicar" como algún que otro santo que luego se convirtió, aunque por supuesto tengo mi lado oscuro, y tenía mis pecados, y se me reveló todo de manera cristalina, Dios, Jesucristo, nos llama por nuestro nombre, y cada uno tenemos una historia diferente, un camino diferente, una misión diferente. Yo buscaba a Dios y quise ser cura católico desde bien joven, pero Dios me envió por otro lugar a sanar a mucha gente, y lo hice, eso también lo vi, y bendigo por ello a Dios, por habérmelo revelado con claridad.
Tal como empecé, iré terminando. Regreso a esa "pesca milagrosa" de Simón, el que luego sería Pedro. Es muy significativo el Evangelio, todo lo que se encuentra escrito va dirigido a cada uno de nosotros, en nuestras vidas diarias, pese a lo evidente, ese apóstol en el momento más determinante negará a su maestro, nosotros le seguimos negando muchas veces y sin embargo nos busca de manera obstinada.
Jesús resucita no una, millones de veces, cada año. Si algo hace grandioso el cristianismo es que está injertado en la historia humana como una verdad inapelable, y si supiéramos humildemente sacar nuestro Evangelio en forma de ejemplo y obras, no estaríamos ahora discutiendo, sino construyendo cada vez más moradas y espacios de convivencia en el Reino de Dios.