¿Prohibió el Señor Jesús el tratamiento de: "líderes"?

Voy siguiendo lo que se diciendo en este epígrafe. Y me da la impresión de que es una discusión de "palabras". Guía, lider, pastor...¿qué más da?

El problema es estructural, y no de cómo denominemos a las personas. Es verdad que existen palabras que hacen poca justicia al proyecto de Jesús, pero es también verdad que "el hábito no hace al monje". Hace tiempo escribí ¿prohibe Jesús el tratamiento de "maestros"? Sin embargo se habla de maestros en las Escrituras. ¿contradicción o cuestión de talante?

Aunque no estoy de acuerdo con algunas de las cosas que escribe, si he notado, en lo que leído, que tiene un talante que a más de uno nos gustaría tener. Ese cuidado, por no ofender, y pedir disculpas cuando es necesario es digno de imitar.

Regresando al tema, existen "guías" o cómo los queráis denominar que si gozan de la infabilidad. En lo que dicen, y en cómo lo dicen dan la impresión de tener la exclusiva de la interpretación verdadera. ¡Que Dios nos libre de los tales!

Personalmente, siempre pienso que mi opinión es eso una opinión. Nada más. Y espero, con ansia, ese día cuando en que veremos todo ( o casi todo)cara a cara. ¡Ven, Señor Jesús!

Ignacio Simal
 
Ignacio


Ve a la libreria evangélica habitual y échale un vistazo a este título:

Una verdad que asusta , su autor, el forista Ricardo y editado por Clie recientemente. Aunque quizá no compartas su postura escatológica, el mensaje que nos llama a velar ante el regreso del Señor, no es por menos que digno de tener en cuenta.


En cuanto al término "líder" , es todo lo contrario que el significado de diácono o supervisor, y doy gracias a Dios que en mi congregación lo tenemos muy claro e intentamos desterrar todo lo que no encontramos en las Escrituras; y la palabra "líder" no existe como vocablo para aquellos que sirven en una congregación, guiando y ejerciendo los dones de supervisión que Dios les ha dado.
 
Maripaz:

Siento mucho que se enojó conmigo a pesar de que se lo pedí encarecidamente. Al momento solo diré, que no comparto su postura, ni la de Ricardo. Sin embargo admito que tienen una muy PODEROSA enseñanza, tras lo que llamo superficial. Si ustedes no creen que es eso... AMEN... no salva ni condena y es un punto secundario.

No les estorbo en el epígrafe.

Dios les bendiga.
 
bakunin
En realidad no estoy seguro si escribiste para mí o Maripaz, o ambos,
o para los foristas que nos han acompañado en este cuestionamiento a
términos usuales. De todos modos, considero tu aporte como es debido,e intento recapacitar meditando en lo que dices.
Dices que la nuestra es una discusión de "palabras". Bueno, en verdad
toda discusión lo es. La discusión puede progresar cuando las palabras se usan llana y apropiadamente; o puede prestarse a malentendidos si se habla descuidadamente.
Es así que se me ha ocurrido presentar al foro, una idea que explicaría en buena parte el fracaso del ministerio cristiano en múltiples aspectos. Tanto hablar y editar libros y artículos sobre "liderazgo" -con tal desmesurado énfasis por parte de quienes
todavía lucran con el anzuelo de un tema que prende fácilmente en los
"Yo" no crucificados-, que me dio mucho que pensar si no estaríamos ante un fenómeno de concebir ángeles para parir demonios.
Cierto que escribiste: "¿prohibe Jesús el tratamiento de "maestros"?
Lo que prohíbe en Mt.23: 8 es el tratamiento alabancioso de quien
afecta ponerse bajo autoridad de otro, como los fariseos a quienes les gustaba ser llamados: -Rabí, Rabí (mi maestro, o: maestro mío).
Ya hemos visto que en el v.10 la palabra no es la misma como en el 8 para maestro. A lo largo de 45 años de vida de iglesia, por supuesto
que he recibido la enseñanza de muchos maestros, a quienes nunca llamé -Maestro, sino de -Hermano, o por su nombre de pila, o anteponiendo el "Don" si el tratamiento más respetuoso lo aconseja.
Que hayan maestros en las Escrituras y las iglesias contemporáneas no
implica contradicción alguna: -se es lo que se es sin necesidad de ser
titulados, designados y llamados de tal manera. Cuando la mira y la atención se fija en que nos llamen de la manera que más nos agrada,
entonces lo que somos comienza a decrecer mientras sólo las ínfulas crecen.
Tienes razón cuando reduces la discusión a humanas opiniones; pero
fíjate que algunos previamente nos esforzamos en consultar la opinión divina en su Palabra, sin precipitarnos a adelantar la nuestra. Pero este ejercicio ni es fácil ni cómodo. Es asi que somos inducidos a no
ser demasiado diligentes, posponiendo hasta la venida del Señor tantas
cosas que por obediencia deberíamos estar ya cumpliendo.
El Señor sea contigo.
Ricardo.
 
Maripaz:
Tal parece que nuestros amigos no tienen ningún inconveniente con
nosotros en cuanto a la práctica abusiva del así llamado "liderazgo".
Parece que la discrepancia apenas se reduce a que mientras nosotros
vemos un riesgo permanente en la continuidad del uso de los términos
(a más de la desobediencia implícita a un mandamiento expreso del
Señor), ellos consideran que son inocuas las meras palabras, y que lo
que se debe denunciar es aquella práctica abusiva, promoviendo un
"liderazgo" puro, santo y fiel.
Admitamos, en principio, que nuestros compañeros foristas tienen bien
claro que el problema existe, y ellos no le restan importancia a su
gravitación negativa en las iglesia y la obra de Dios.
A mayor abundancia a este aspecto (y tal como lo quiere LeVita),doy a
los jóvenes que nos visitan un testimonio que he comprobado muchas
veces en mi país:_

Estragos del “lideralismo”

El apóstol Pablo compara el servicio cristiano a una carrera en el estadio
y a una lucha pugilística; pero el premio con que nos estimula se obtiene
venciéndonos a nosotros mismos y no prevaleciendo sobre eventuales rivales (1Co.9:19-27). Los cristianos más desarrollados y maduros no son los ventajeros sino por el contrario quienes facilitan las cosas a sus hermanos de modo que progresen en el camino.
Véase entonces como la intromisión del término “líder” en las iglesias
más ha contribuido a su fracaso que a su progreso. Muchos jóvenes han
sido cebados con este estímulo en apariencia santo y sublime, pero con
reminiscencias de aquel Lucero que trepando por nubes y estrellas quiso ascender hasta el trono del Altísimo. En la escuela de la humildad de
Cristo no se imparten clases de liderazgo; en la de Diótrefes, puede ser.
Lo paradójico o tragicómico de nuestros “líderes” contemporáneos, es que contra todo lo que implica la semántica del término, en vez de ser ellos seguidos por los demás, son los que les van empujando desde atrás,
por lo que el alto honor que teóricamente representaba la distinción de “líder”, en la práctica no pasa de ser más que la ímproba responsabilidad de impulsar con ambas manos los traseros de rezagados y remolones.
Frecuentemente, la hija del pastor consideraba como un serio aspirante a su mano al “líder” de jóvenes; y quien de veras la pretendiera, sería un buen postulante a yerno del pastor, de obtener tal cargo. Quien mejor posibilidad tenía de “liderar” no era el más maduro, puro y dotado espiritualmente, sino el apuesto que cantando o tocando un instrumento arrancara los suspiros de las chicas, por frívolo y superficial que fuera. Así que véase ya como desde la temprana juventud fueron malogrados muchos hermanos que lejos de guiar a otros todavía necesitaban ser ellos mejor aprendidos, a la par que iban quedando al margen jóvenes más serios y responsables y con inquietudes espirituales. Las fricciones y asperezas entre “líderes” impuestos por influencias familiares y jóvenes insubordinados a una autoridad que no reconocían, fue caldo de cultivo de futuros pastores autoritarios mientras muchas ovejitas malheridas o resentidas dejaban de congregarse.
La “viveza criolla” de nombrar líderes para tener miembros activos,
responsables y leales, ha sido tan inteligente como disparar tiros por la culata. El daño del sistema ya es irreparable, y sólo oramos que no siga.
Los líderes evangélicos modernos representan un triste y lastimoso papel, con sus piruetas y afanes por llamar la atención de sus seguidores indisciplinados y desatentos. Se sienten “realizados” porque de alguna manera se les ha distinguido con títulos y cargos honoríficos, para “liderar” a personas que poco o ningún caso les hacen. Son tantos los caciques y tan escasos los indios sobre quienes mandar, que no pocas “iglesias” parecen tolderías o taperas apenas aptas para un provisorio refugio de los trashumantes religiosos.
Así, y con todo, los libros sobre “Liderazgo” y “Autoridad Espiritual” están entre los más buscados en las librerías y bibliotecas evangélicas, tantas son las ansias por conocer las claves y secretos que mejor permitan dominar a los demás. Indudablemente que ciertas recomendaciones que se apoyan en los factores psicológicos del comportamiento humano, brindan cierta información cuya eventual aplicación puede obtener los logros perseguidos; pero nada de eso tiene que ver con la voluntad de Dios, la guía del Espíritu y la mente de Cristo.
 
Hola Ricardo, las "banderillas" excelentes, ya puedes acabar la faena :D


Dejando las bromas aparte, me gustaría que alguien que defienda el término "líder", teniendo en cuenta su significado según el diccionario (que es como lo entiende la gente de la calle) , me diera argumentos CON LA BIBLIA EN LA MANO, para sustituir anciano, episkopos, diácono.... por la palabra "líder" (dirigente, jefe, que va en cabeza en una clasificación....)




CON LA BIBLIA EN LA MANO
 
Apreciado Maripaz:
Daré otra explicación adiccional a las anteriores, y aunque no soy
precisamente defensor del término, mientras otros abren sus Biblia
en busca de lo que pides, yo he abierto la página de la Real Academia Española en la siguiente dirección que cualquier forista podrá consultar: www.rae.es
De ahí se puede ir al enlace NTLLE y Diccionarios Académicos. Se pone
allí en el buscador la palabra deseada y se marca: Primera Aparición.
Entonces descubrí lo que intuía mas todavía no sabía:
En la Edición 1956 (y para atrás) todavía no aparece "líder".
En la del 1970 es incluída en el cuerpo del Diccionario por primera vez.
En la del 1984 recién se agregan: liderato, liderazgo.
En la de 1989 se incorpora el verbo liderar.
Así que la novedad del anglicismo apenas tiene 33 años en nuestra lengua.
Es sabido como en algunos lugares de USA, vehículos y vidrieras lucen
la leyenda I LOVE THE ENGLISH (Yo amo lo inglés).
Si yo fuese británico o norteamericano con mucho orgullo también lo amaría ¿por qué no? Es muy digno amar sus raíces.
Pero YO AMO INTENSAMENTE LO ESPAÑOL.
Discúlpemen pues los hermanos bilingües que viven en USA.
Ahora bien, si lo de arriba demuestra cabalmente que nosotros no pretendemos cambiar nada, sino que ingenuos traductores vertieron
directamente los anglicismos modificando por el uso nuestra habla tan rica y comprensible, hablando tú de "banderillas" me reservé para el final la estocada con que acaba mi faena y da con el bruto en tierra:
Véase seguidamente el conjunto de palabras entre las que aparece "líder" por vez primera en la edición de 1970:
lid -
líder -
lidia -
lidiadero -
lidiador -
lidiante -
lidiar -
Por brevedad no agrego las definiciones a tales acepciones, creyendo
que son bien conocidas de nuestros foristas, si no, pueden buscarlas.
Pues bien, en cualquier diccionario inglés, podrá comprobarse que la
palabra Leader aparece entre otras muchas con la misma raíz y
emparentadas con su significado. Acá no hay ningún problema.
Pero en el contexto de nuestro Diccionario, la familia de palabras que
rodea al anglicismo, son tan comunes, antiguas y habituales como las
corridas de toros. Todas ellas tienen una connotación belicosa, pues
incluyen la idea de combate, pelea y lucha, ya se trate de un campo de
batalla, el ruedo de una plaza de toros o la palestra del polemista.
Tal cúmulo de términos de una misma familia contribuyen a fijar una
imagen mental en cuantos tenemos como lengua materna la castellana.
Es natural que inconscientemente atribuyamos a la palabra "líder" una
significación que no le es propia, pero que refleja el sentido de las
que le son afines gráfica y fonéticamente.
Aunque posiblemente ésto no esté siquiera en una conversación íntima, y mucho menos en una carta confidencial, y no conste en artículo, libro o cualquier tipo de literatura cristiana, la idea es esta:
- Así como lidia el diestro matador su toro en el ruedo de la plaza,
lidia el pastor con sus ovejas en la iglesia.
Lamentablemente no soy psicólogo ni lingüista como para explicar con mayor precisión cual sea el proceso intelectual que nos lleva a concebir ideas a partir de fonemas y grafías. Tan solo lo que hago ahora y aquí, es poner mi dedo sobre una página de nuestro Diccionario
y mostrar a todos la úbicación de estos neologismos que cuestionamos.
Sabemos positivamente que no es lo mismo "líder" que lidiador, ni
"liderar" que lidiar, pero cuando un extranjerismo se entremete en el
espacio físico y auditivo de una familia de palabras usuales, es muy
difícil substraerse a una especie de ósmosis semántica.
Lo visto, si bien no sienta cátedra alguna ni se pretende imponer con
la fuerza de un dogma, parece ser razón harto suficiente para desaconsejar sigamos usando una terminología peligrosa para el mejor
entendimiento de cuanto procuramos expresar nuestra unidad en Cristo.
Maripaz: si nadie tiene más nada que decir, puedes ordenar que entren
las caballerías y retiren la bestia del ruedo.
Ricardo
 
lider no es juez no es caudillo

lider no es juez no es caudillo

estimado Ricardo: sinceramente me ha hecho pensar estos tres días en qué significado tiene en boca de un cristiano la expresión "afine la puntería". Es al día de hoy que no lo tengo claro.
Aún así he de expresarle más claramente cuál es el punto de vista de DIOS con respecto al período de los jueces. En principio indicar que este vocablo está traducido en las versiones NVI y DHH como caudillo. Se llega a esta forma dirigencial luego de pasar por un personaje de la altura de Moisés y su sucesor Josué. Dios ya le había anunciado a Moisés que era posible que solicite un rey su pueblo.
Aún así DIOS nunca se sintió inclinado hacia la monarquía, y a Samuel se lo hace saber en 1ra. Samuel 8: "este pueblo no te está rechazando a tí, sino a MI".
Dios era quien levantaba a cada Juez, y habitaba en ellos. No abandonando a ninguno, salvo a Sansón - por haberse alejado - y a Elí - por haber preferido a sus hijos a DIOS. Durante el ejercicio de un juez (caudillo) el pueblo tenía un contacto directo con EL VERDADERO REY y gozaba de paz y justicia. Cuando el libro de jueces nos habla de que cada cual hacía lo que quería, indudablemente que se refiere a los momentos en los cuales no había juez habilitado, y el pueblo se iba detrás de los baales, astarté y se alejaba de DIOS. Incluso vemos una prosecución de estos caudillos en la época de los profetas, durante las diferentes monarquías.
También es bueno hacer constar que el pueblo sostenía a sus jueces, molestándole a DIOS casos como el de los hijos de Elí y los de Samuel, que malgastaban las ofrendas del pueblo.

En conclusión, un "líder" -por ejemplo Nehemías- con poderes y asignaciones bien determinadas, apoyándose en la Voluntad del UNICO, es binevenido. El resto es cuestión de semántica. Tampoco es cuestión, como dice Maripaz, de no usar palabras mundanas. Para ello hagamos como los católicos romanos, que crearon un lenguaje propia: bula, curia, magisterio, cardenal, etc.

DIOS bendiga a todos y la paz repose en su pueblo.
 
Ricardo


Yo tampoco entiendo sobre los mecanismos de asociación de palabras de la mente, aunque sé que nuestro inconsciente es un lugar muy oportuno para ser manipulado por aquellos que conocen los trucos. Quizá Tobi nos podría dar alguna pincelada.


No habría jamás relacionado la palabra lid con líder, al menos de forma consciente, ¿quien sabe si inconscientemente si. ;)


Lo que sí tengo muy claro, es que "líder" no es un término bíblico, ni por su origen, ni por sus acepciones.


Así que seguiré intentando no usar lider para hablar de aquellos hermanos a los que el Espíritu Santo ha dotado con Sus dones y con el conocimiento y madurez para ayudar y servir a los demás miembros de la Iglesia, y contribuir a la edificación del Cuerpo, edificación, a la que todos somos llamados, aunque con diferentes dones y diferentes servicios (ministerios).


Maripaz: si nadie tiene más nada que decir, puedes ordenar que entren las caballerías y retiren la bestia del ruedo.Ricardo


Zi, maeztro , a zus ordenez :D
 
Apreciado hermano emaidana:
En nuestros países del sur la expresión "afinar la puntería" tiene que
ver con el especial cuidado de un tirador para acertar en el blanco.
Figurativamente, entre los que estudiamos las Escrituras, la usamos
para expresar la diligencia puesta en el tratamiento de los pasajes
bíblicos.
Me parece atinada la descripción que usted hace del período de los jueces. Al final de la introducción al libro de Jueces en la Biblia de Estudio Reina-Valera 1995, se indica el ciclo de fidelidad del pueblo, seguido de su posterior apostasía, castigo bajo sus enemigos,
arrepentimiento y levantamiento por Dios de un libertador (p.ej. 3:9).
Y luego el ciclo vuelve a repetirse.
Seguramente que cuando usted puso su mensaje en este epígrafe todavía
no había alcanzado a leer el anterior que dediqué a Maripaz. En ese
mensaje debe quedar contestado cuanto me quedara por responderle.
Gracias por compartirme su visión del libro de los Jueces, y por favor
discúlpeme si me falló a mí la puntería haciéndole distraer su atención.
Que el Señor sea con usted y con todos los que en Él confiamos.
Ricardo.
 
glacias seniol

glacias seniol

ricardo dice:
Figurativamente, entre los que estudiamos las Escrituras, la usamos
para expresar la diligencia puesta en el tratamiento de los pasajes
bíblicos.

edgardo dice:
Pues gracias por su instrucción.