Uno puede tener consciencia de su error, uno puede saber que sus actos lo llevarán a la perdición, sin embargo el conocimiento de ello no es suficiente para considerarse "arrepentimiento". Los demonios reconocen sus errores, pero con furia criminal e imprecaciones reniegan del arrepentimiento.
No es una cuestión de inteligencia ni de conocimiento. Es un sentimiento que no aflora naturalmente sino que es brindado de lo Alto.
"Muchos son los llamados pero pocos los escogidos" hace alusión a los no muchos que reciben el don de la fé desde pequeños y su búsqueda de la Verdad comienza temprano, ellos, son la sal de la tierra.
Ellos, los llamados, son quienes habiendo pasado todas las pruebas de la vida se hacen merecedores del título de escogidos de DIOS.
Y son ellos quienes tienen el trabajo de orar por todo aquel que no tenga el Don de la Fé para que el SEÑOR abra las despensas del cielo y proporcione ese don a quien no lo posee para que abra los ojos y pueda ser sanado, porque, "sin Fé es imposible agradar a DIOS".
El que no tiene Fé no la pedirá porque está un circulo vicioso de pecado, por eso para el cristiano es importante la oración, interceder por los hermanos que se encuentran en la oscuridad espiritual para que sean sanados.