Originalmente enviado por: Tobi
Mereces una respuesta respecto a como lo veo.
Lo primero que hay que hacer a fin de entender la presunta contradicción es situarse en su tiempo.
Ante el primer relato de Gen, 1 ¿que crees que pudieron entender sus primeros receptores? La unica cosa era que había un Dios creador y poco más. Su mentalidad era la propia de las gentes de su época, una mentalidad que bien podemos calificar de mítica. En cambio nosotros lo pretendemos analizar con una mentalidad "científica" de aquí nuestro "antes y despues" o "lo primero y lo segundo". Al narrador bíblico no le intersa que fué lo primero "animales" y lo segundo "el hombre" o viceversa. Lo que realmente le interesa es que a quienes pretendia enseñar lo entendieran. Para ello se vió obligado a "descender" a la mentalidad mítica de sus enseñados. De aquí que el segundo relato es mítico y adecuado a una mentalidad tambien mítica. (Pero, cuidado, debemos entender que lo mítico es vestir una verdad a fin de que sea comprendida, o tambien concretar lo abstracto mediante el mito) De aquí, que, el segundo relato es antropomorfico. Un dios con manos a fin de moldear el barro, con boca a fin de soplar y dar al ser moldeado con el alma (vida) o espíritu viviente. Sacarle una costilla al hombre a fin de enseñarle que la mujer formaba parte de el mismo (el varon y hembra lo creó) Así sus receptores entendian que aun siendo la mujer distinta formaba parte de él mismo y no como un complemento de su personalidad. "Varon y hembra lo creó"
Lo que resulta incluso cómico es que los defensores del relato lo hagan mediante los parámetros de su propia mentalidad usando argumentos que "prueben" tal o cual cosa. Lo único que prueba es que todos, hombres, animales y plantas son creación de Dios. El orden que le pongamos no altera el producto.
Como conclusión bien podemos decir que el primer relato se adapta mucho mejor a nuestra manera de razonar. El segundo se adaptó a la mentalidad de sus primeros receptores.
Si solo hubiera un relato, fuese cual fuese, una gran masa de gente, aun con fe, se quedarian perplejos. Pero quien inspiró ambos relatos penso, com amor, en todos. No en vano nos dió una mente tremendamente inquisitiva y que no cesa de hacerse preguntas.
Así, pues, las diferencias de ambos relatos, no alteran su realidad.
Bendiciones.