No confundas a la gente con tu retórica barata, pues primero tendrías que demostrar que el decálogo y la ley de Cristo son lo mismo, cuando la Escritura te contradice:
Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.
Según tú y tus doctrinas adventistas, cómo Pablo dice que no está sujeto a la ley, entonces Pablo debía ser un pecador pervertido; pero como Pablo mismo dice que no está sujeto a la ley sino que está bajo la ley de Cristo, entonces tu razonamiento se vuelve polvo al contrastarlo con la Escritura.
Y Cristo no dice que lo más importante de la ley sea el amor, dice que la ley depende del amor, que es muy diferente; esto quiere decir que el amor existe sin necesidad de la ley, pues Dios es amor y es independiente de la ley:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
Gracia y paz.