Yo me volví evangélico dentro de la iglesia católica sin saber que había alguna iglesia sobre el planeta tierra distinta a la mia, la católica.
Muchos años mas tarde y haciendo la colimba me topé con el primer hermano evangélico que me predicó de una forma muy rara.
En unos meses me enteraría de que "MI" iglesia se había dividido, y que había existido una reforma y habían surgido los protestantes y mas tarde muchas denominaciones se habían ido desprendiendo detrás de cada nuevo avivamiento.
Cuando escuché el spich Bautista, en una de las habitaciones del seminario Bautista de la calle Bolaños, donde mi compañero de la colimba viviá porque estudiaba para pastor, aquel evangelio era un perfecto calco del que yo había recibido de Dios y de nadie mas en todos esos años.
Me sentí en casa y migré como las palomas a mi nuevo hogar.
Pero no me fuí con ningún resentimiento hacia la iglesia sino que simplemente quería crecer y necesitaba más y sentía que eso ya los católicos no me lo podían dar.
Cuando Dios te habre los ojos ya nadie te los puede cerrar.
Mas tarde me fuí enterando con mas claridad de las muchas diferencias que existen entre las distintas confesiones.
Abrazos.
