Es cierto que hay una cantidad inquietante y asombrosa de caso de abusos sexuales a niños y niñas realizados por sacerdotes católicos. Yo creo que esto está ocurriendo porqué la Iglesia no ha sido suficientemente seria en los seminarios y no ha seleccionado, educado y formado a los sacerdotes adecuadamente. Quizás no hay suficiente selección de las personas que tienen cualidades para ser sacerdotes y los que no las tienen. Lo inquietante, extraño y peculiar es que estos abusos sexuales vayan dirigidos a niños y niñas y no a personas adultas. Además, todo esto se ha agravado por la ocultación y permisión que la Iglesia ha hecho durante décadas.
Todo me recuerda un poco a lo que ocurrió durante los siglos XV y XVI con la corrupción moral de una parte del clero que se convirtió en uno de los motivos y argumentos para la Reforma Protestante y la separación de diversas Iglesias Cristianas Evangélicas al margen de la Iglesia Católica. La diferencia es que en aquellos tiempos no eran abusos sexuales a niños y niñas; eran actos cometidos de forma consentida entre sacerdotes o clérigos y prostitutas o incluso monjas. Me resulta sorprendente que esta vez sea de forma no consentida con niños y niñas.
Lo inquietante de todo esto es que si la Iglesia no hace algo serio para afrontarlo; estos comportamientos favorecen las críticas y la oposición de los modernos a la Iglesia, al cristianismo y a la religión en general. La Iglesia ha hecho muchas cosas contraproducentes que han favorecido la secularización de la sociedad, dando argumentos a los incrédulos para criticar a la Iglesia, al cristianismo y a la religión en general; y buscando maneras para combatirla a través de las doctrinas materialistas, el laicismo, el anticlericalismo y el secularismo. Hay que buscar seriamente alguna manera para afrontar esto.