A los que vinieron a tentarle El Señor respondió que al principio no fué así, y que Moiés permitió repudiar a las mujeres por cualquier cosa, a causa de la dureza del corazón de ellos. La Ley que El Señor les da, contraria a la que tenían de Moisés, les dice que solo si ha habido fornicación, está permitido repudiar a la mujer.
Hay una enseñanza en el Evangelio, que nos dice que a los Hijos del Reino solo les son explicados ciertos misterios, no a los incrédulos.
Vemos a lo largo de toda la escritura, que al pueblo de Dios, apartado de su camino, se le llama adúltero y fornicario por irse tras dioses ajenos.
De la misma forma, la mujer o el hombre que adulteran y fornican, yéndose tras dioses falsos, son repudiados por el Señor. Son falsa Iglesia. El que sale de esa falsa Iglesia y se entrega al Señor, no pertenece ya al marido o la mujer carnales, ni a la falsa religión. Es hecho libre en Cristo, para seguir el camino del Evangelio. Esto lo entendieron algunas mujeres, que seguían al Señor y le servían con sus bienes, como lo habían entendido los apóstoles.
Eunuco, es quien quiere hacerse, no dice El Señor que todos se hagan o se han hecho eunucos, ni manda a nadie hacerse eunuco.
Si les dice a los judíos que no permite Dios dar repudio a las mujeres, mas que por haber estas ido tras de ídolos. No nos dice a los cristianos en ninguna parte de las escrituras El Señor, que tengamos que casarnos para tener relaciones sexuales.
