No, es justamente lo contrario. Para empezar, la nada no existe. Todo en el universo es conciencia. El que no haya un objeto físico en una ubicación no significa que esa ubicación no esté impregnada de energía inteligente. En ninguna parte de universo alguno hay tal cosa como 'nada'. Simplemente hay cosas que son visibles y otras que no lo son. Las visibles son pocas, las invisibles son la mayoría de lo que ocupa el espacio y llenan absolutamente todo (sencillamente el ojo no lo ve, porque el ojo de carne solo logra ver un rango muy pequeño de estructuras bariónicas). Dicho de otra forma, estamos rodeados de múltiples dimensiones, planos y sustancias, la mayoría de las cuales ni siquiera se pueden ver por el ojo humano. Allí donde tu ojo ve algo, entre ese objeto y otro objeto, todo este espacio, está lleno, pero en otra dimensión y plano, y de otras sustancias no bariónicas. Aparte del hecho de que, de por sí, la materia que ves también está compuesta por moléculas y átomos que son cargas que se separan unas de otras en rengo nanométrico, pero entre ellas hay más elementos no bariónicos que bariónicos. Analiza un átomo... la distancia entre el protón y el electrón es mayor que el espacio que ocupan estos en sí en el átomo, y ese espacio es conciencia pura, llena de energía inteligente, materia oscura, energía oscura, etc., y todo ello está entrecruzado con el éter, que enlaza las múltiples dimensiones y planos de realidad en los diversos universos.No deseo saber de dónde viene esa mente, solamente el tema de la materia. Mi interpretación de lo que dices: la materia espiritual-etérica viene del Ser.
A ver si entendí bien. Ese ser, que no tiene espacio ni tiempo, da origen a lo que tiene espacio y tiempo, la materia. Osea me dices que la materia vino de un ser que prácticamente es nada, porque no ocupa ni tiempo ni espacio.
La sustancia-materia etérica, efectivamente, deriva de la Mente Colectiva Universal. Esta mente colectiva universal, no es que no tenga espacio ni tiempo, sino que está fuera del tiempo y del espacio, y es quien produce el tiempo-espacio y espacio-tiempo dentro de cada universo. Cada universo está dentro de esta mente, y cada universo está enramado, enlazado, entrelazado e integrado en la mente, como la mente lo está en el universo. Por eso fue dicho por el apóstol Pablo en Grecia, "en el dios desconocido somos, vivimos, y existimos, y linaje suyo somos". Ese "linaje" quiere decir que cada alma (conciencia individualizada) es una extensión de la conciencia universal de la Mente Colectiva (mente que en lengua hebrea fue conocida como 'Elohim', o 'Adam').
La materia bariónica es resultado de la materialización de la creatividad de la mente colectiva. Para ejemplificarlo de forma simple, estamos dentro de un sueño (al que el budismo llama Maia, el hinduísmo llama Anicca, los toltecas llamaron Mitote, y los hebreos definían como Prakat), que también se denomina 'Velo'. En palabras cristianas, sería como decir que estamos dentro de un sueño en la mente de Dios. No obstante, en estricto rigor, estamos en un sueño dentro de otro sueño. Este universo es un sueño, y está siendo desarrollado por una mente que es anexa a la mente del UNO, pero está, evidentemente, dentro del UNO (porque nada existe fuera del UNO, toda vez que el UNO es lo único que realmente existe: todo lo demás es una proyección ilusoria con sus propios tiempos y espacios).
Nosotros ocupamos un espacio dentro de determinados tiempos porque estamos dentro de un sueño de tiempos y espacios. Quita el tiempo y quita las distancias (espacio), y ¿qué queda? Solo la unidad, la unicidad. Esa es la fuente de la que todo proviene. Percibimos el tiempo... horas, días, años, siglos, miles de años... pero todo eso es ilusorio, no existe, es simplemente una percepción de la mente. En realidad nunca hemos salido de Dios, solo estamos soñando que salimos de Dios, y experimentamos diversas películas sobre lo que es estar alejado de Dios.