La promesa de su venida abarca una trinidad que le espera:
1Ts 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
1. Espíritu
2. Alma
3. Cuerpo
Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
Flp 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Y Jesús viene acompañado de las almas de los hermanos que han partido antes de nosotros:
1Ts 4:14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
De manera que nosotros, los que vivimos, los que no hemos abandonado el cuerpo, en la venida del Señor, seremos transformados y no resucitados, por cuanto el alma se halla dentro del cuerpo, estamos vivos, solo necesitamos la transformación de nuestro cuerpo en uno semejante al cuerpo del Señor.