EL CASTIGO ETERNO ENSEÑADO POR CRISTO (Mt.25:46).
No hay duda en cuanto a la existencia del Castigo Eterno para el que se inclina ante las Enseñanzas del Señor.
Negarse a creer en su existencia es negarse a creer en la palabra de la verdad cristiana, en Cristo mismo.
Ninguna persona puede afirmar correctamente ser cristiana y no creer en la existencia del Castigo Eterno.
¿Puede alguien ser un cristiano que se niega a creer las afirmaciones más solemnes y repetidas en cuanto al Castigo Eterno que salieron como advertencia de piedad de sus labios misericordiosos?
Seamos consecuentes con Cristo.
Creemos en el Castigo Eterno, o no lo hacemos.
Creemos en la palabra de Cristo o no lo hacemos.
Así de sencillo.
Pero si en lugar de creer, con sumisión y humilde sometimiento al Creador, me levanto inflado de soberbia, a cuestionar sus enseñanzas, entonces estoy declarando que soy un espíritu inmundo, comisionado por el diablo para contradecir al Creador Jesús.
No hay duda en cuanto a la existencia del Castigo Eterno para el que se inclina ante las Enseñanzas del Señor.
Negarse a creer en su existencia es negarse a creer en la palabra de la verdad cristiana, en Cristo mismo.
Ninguna persona puede afirmar correctamente ser cristiana y no creer en la existencia del Castigo Eterno.
¿Puede alguien ser un cristiano que se niega a creer las afirmaciones más solemnes y repetidas en cuanto al Castigo Eterno que salieron como advertencia de piedad de sus labios misericordiosos?
Seamos consecuentes con Cristo.
Creemos en el Castigo Eterno, o no lo hacemos.
Creemos en la palabra de Cristo o no lo hacemos.
Así de sencillo.
Pero si en lugar de creer, con sumisión y humilde sometimiento al Creador, me levanto inflado de soberbia, a cuestionar sus enseñanzas, entonces estoy declarando que soy un espíritu inmundo, comisionado por el diablo para contradecir al Creador Jesús.