Hades
Término griego que equivale al término hebreo para “Seol”.
Se traduce como “Tumba”, con mayúscula inicial,
para referirse al lugar simbólico donde descansan los muertos.
Puesto que el Hades se refiere a la sepultura común de toda la humanidad,
Jesús traspasó las “puertas del Hades” cuando José de Arimatea le enterró.
Y el Pentecostés del año 33 E.C.,
Pedro dijo acerca de Jesucristo:
“Ni fue abandonado en el Hades
ni su carne vio corrupción.
A este Jesús lo resucitó Dios,
del cual hecho todos nosotros somos testigos”.
(Hch 2:25-27, 29-32; Sl 16:10.)
Aunque en los días de Pedro las “puertas del Hades”
aún retenían a David dentro de su dominio (Hch 2:29),
se habían abierto de par en par para Cristo Jesús
cuando su Padre lo resucitó del Hades.
A partir de entonces, como Jesús recibió poder para resucitar a los muertos
(Jn 5:21-30), posee “las llaves de la muerte y del Hades”. (Rev 1:17, 18.)