Y a decir verdad tus ocurrencias y tus prejuicios sectarios te llevan constantemente a desvirtuar todo....
¿Y tu propio engaño, mi hermano? ¿Qué tan patético es?...Resulta patético ver tu propio engaño.
Tu engaño consiste en creer que se puede entender el destino de los impíos simplemente leyendo la Biblia tal como está, sin hacerse más cuestionamientos, porque quienes opinan distinto, independientemente de su intelecto o intenciones, son unos mojigatos que se oponen a la verdad.
LA OCURRENCIA DE MARCELINO
Lo de Marcelino puede ser un error, pero de ninguna manera es una "ocurrencia". Es parte de un debate filosófico serio, profundo y antiguo.
Lo de Marcelino es un intento por conciliar la misericordia de Dios con su justicia y su sabiduría. Cosa que para nada es sencilla.
Sencillo es decir "Lo siento. La Biblia dice que el tormento será eterno y punto. ¿Qué parte es la que no entiendes?".
Lo difícil es reconocer que la Biblia TAMBIÉN enseña que Dios desea que todos sus hijos se salven, y TAMBIÉN enseña que es Todopoderoso, y TAMBIÉN enseña que su misericordia es infinita y TAMBIÉN enseña que es amor y TAMBIÉN enseña que la muerte tiene un significado metafórico y TAMBIÉN enseña que Dios todo lo sabe desde el principio y TAMBIÉN enseña muchas otras cosas sobre Dios.
EL PREJUICIO SECTARIO DE MARCELINO
En cuanto a que lo de Marcelino es un "prejuicio sectario", por favor revisa tus propias creencias. Tu creencia en la Trinidad es un prejuicio sectario: de una de tantas sectas o facciones del cristianismo de los primeros cuatro siglos. Que en la actualidad sea la visión "predominante" en la cristiandad no la hace menos sectaria. (De hecho, la mayoría podrá decir que cree en ella, pero ¿quién puede decir que la entiende y que le es útil en su vida diaria?).
Tú crees ver a la Trinidad escrita la Biblia aunque no esté ahí, porque la estás leyendo a través de un lente sectario. Es más, te molesta que los arrianos no vean el espejismo que tú ves con tanta nitidez. Todos quizá vemos las cosas a través de lentes sectarios.
UNA FORMA MÁS SANA DE EJERCER TU CELO
Afortunadamente, ni el destino final de los impíos ni la Trinidad son doctrinas que harán que tú, que Marcelino o que yo perdamos nuestro amor a Dios. Yo te invito, OSO, a pensar en estos asuntos en términos de "Yo he elegido creer X y Y" en vez de "es obvio creer X y Y, porque la Biblia es clarísima el respecto" . Será una forma mucho más inteligente de reservar tu celo por el Señor para combatir aquellas cosas que sí nos apartan de la salvación: el materialismo, el hedonismo, la violencia, la indiferencia.
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