REFLEXION SOBRE LA INMORTALIDAD DE DIOS
Padre, Hijo, Espíritu Santo son inmortales, siempre lo han sido, siempre lo serán.
Cuando el Hijo se hace carne en la Persona de Jesús, y murió para salvar a los pecadores, también su muerte tuvo este propósito:
Heb_2:14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
Es en su resurrección que el cuerpo de Jesús recibe inmortalidad, leemos:
Rom 6:8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
Rom 6:9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
El v.8 nos enseña que con nosotros, sus redimidos, pasa igual, obtenemos inmortalidad por medio del evangelio, leemos:
2Ti_1:10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
Satanás no es inmortal Judas 6, Mateo 25:41, leemos:
Jud 1:6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;
Mat 25:41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
El Castigo Eterno (Mat_25:46), es llamado la muerte segunda, leemos:
Apo_20:14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Apo_21:8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Por último, deseo puntualizar que a Adán le fue dada vida eterna, pero no inmortalidad, porque si no se hubiera alimentado, su cuerpo se habría deteriorado y muerto, incluso si no hubiera pecado.
En Cristo, las promesas terrenales de los herederos del reino, los judíos, son transformadas en celestiales, cuya naturaleza es la inmortalidad, leemos:
1Pe 1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
1Pe 1:4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
Mat 13:51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.