Entonces el infierno como lugar de residencia de almas atormentadas es una falacia.
Todo tiene su tiempo bajo el sol.
El infierno es el confinamiento antes del juicio.
Como cuando un reo espera su sentencia en una cárcel, donde es el lloro y el crujir de dientes, para ser trasladado a otra peor, que es un lago que arde con fuego y azufre, y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos.
Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo.
Así que empieza por reconocer que el Padre a nadie juzga sino que todo juicio ha dado al Hijo, para que aquellos que lo insultan como una "criatura", reflexionen, se arrodillen, pidan perdón y lo adoren como adoran al Padre.
Aún tienes tiempo de ser salvo.