La mentira es tu argumento
Nadie distinto a ti ha dicho que los muertos que jamás tuvieron la Vida que es Cristo, que comían, bebían y se daban en casamiento, que fueron enterrados por otros muertos bajo el sol “siguen vivos” (como si alguna vez hubiesen tenido la Vida) en el Seol, ni en el cielo ni en el “supuesto” infierno (en el que no crees, pero de no arrepentirte literalmente te diriges hacia él).
Ya lo sabes:
Los muertos en sus pecados y delitos no desaparecen sino serán resucitados para ser lanzados al Lago de Fuego, donde su gusano no muere.
Ahí sentirán, llorarán, estarán en confusión perpetua, crujirán los dientes, esto significa que su espíritu, alma y cuerpo resucitado y transformado para la eternidad venidera les permitirá permanecer conscientes en tormento cuyo humo sube por los siglos de los siglos.
Deja de mentir diciendo que los cristianos llamamos a este estado deplorable de existencia “la vida”, “la vida eterna” “la eternidad” y demás sandeces que en tu torcida retórica quieres poner maliciosamente las palabras de Satanás en la boca de los cristianos.