Salmo 51... voy a mostrarte algo que no están viendo ni entendiendo de Génesis y la creación, luego voy a extenderme un poco bastante más pero voy a decirte que en principio están viendo las escrituras como si fuéramos solo algo material sin darse cuenta que en toda la descripción de Génesis todo lo que es creado es creado en dos partes, una es visible a nuestros ojos y se refiere al Reyno material pero si prestan atención lo material no es nada sin esa parte invisible que no es de este Reyno sino del Reyno de los cielos. El cuerpo sin el hálito de vida no es más que un cadáver. Los árboles de huerto del eden no son todos visibles, Dios crea los que se ven y son de la tierra pero dice también, ese también se refiere a dos árboles que no son visibles ni de este Reyno y sus frutos son para alimentar nuestro hálito de vida no nuestro cuerpo y al igual que en eden hay ríos que nutren los árboles que podemos ver y tocar, también describe ríos que jamás fueron encontrados en la tierra por el simple hecho de que no son ríos para nutrir árboles frutales sino que son los que nutren el árbol de la ciencia del bien y del mal y para el árbol de la vida eterna. En resumen, este Reyno material que conocemos es solo el cuerpo del Reyno de los cielos nada más. Ustedes hijos del creador no vinieron a reinar la tierra sino a reinar en sus propios corazones y así cambiar el mundo que conocen. Ahora entienden porque dice que el Reyno de los cielos se encuentra dentro y fuera de nosotros?. Porque dice que el hombre no se alimenta solo de pan sino de toda palabra que proviene de nuestro padre? Buscan un arca material como si fuese importante y no se dan cuenta de que lo importante que había en el arca era la palabra de Dios escrita la cual ya está grabada en nuestros corazones. Piensen como espíritus y no como carne y van a poder entender todo lo que dicen las escrituras. Y con respecto a la muerte que dios dice que sufriría Adan y Eva si sucedió pero no a sus cuerpos sino a sus espíritus. Un espíritu que lo gobierna la maldad muere porque pierde su propósito como un vehículo con arena en su tanque de combustible pero vuelve a funcionar con el combustible apropiado, al igual que nuestro espíritu o lo que somos y de eso se trata la parábola del hijo pródigo.