Los llamados Libros Apócrifos no fueron escritos en hebreo, ni por profetas hebreos inspirados por Dios. Nunca formaron parte del A.T. hebreo. Cuando los mencionados libros entraron a formar parte de la versión griega de la Biblia, los israelitas convocaron un concilio que se reunió en Jamnia, con el propósito de considerar la naturaleza de los libros agregados a la versión griega. Para determinar si un libro es o no inspirado, aquel Concilio estableció las bases siguientes:
a) El libro debe estar de acuerdo con la ley de Moisés.
b) Debe haberse originado en Palestina.
c) Debe haber sido escrito en hebreo.
d) Debe haberse escrito antes de la muerte de Esdras.
Como los mencionados libros no llenaban los requisitos establecidos por el Concilio, éste determinó que no tenían derecho a formar parte del conjunto de libros inspirados por Dios. Los hebreos siempre han creído que fue Esdras quien fijó, bajo inspiración divina, el canon o catálogo de los libros inspirados del A.T. y, en términos generales, se puede decir que los libros apócrifos fueron escritos entre el año 150 A.C.. y el año l00 D.C.... Por lo menos dos siglos después de la muerte de Esdras.
El autor católico M. Chasles [en su libro "Qué es la Biblia" página 27 y 29] dice: "Siete libros del A.T. (católico) no fueron admitidos en el número de las Escrituras por los doctores de la ley en Jerusalén. En la época de Jesucristo, y de los Apóstoles, Jerusalén tenia su Biblia hebrea, treinta y nueve libros. Los traductores de la versión griega "tradujeron del hebreo los 39 libros que componen la Biblia hebrea de Jerusalén, y luego agregaron otros siete libros de los que sólo tenían el original griego." Esta sincera, franca y veraz declaración de un católico a los libros apócrifos los sitúa fuera del catálogo de los libros inspirados y determinan que fueron "agregados" por quienes no tenían autoridad para agregarlo.