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Con respecto a lo de asesino...
Se manda a los cristianos que se ‘abstengan de la sangre’
Hech. 15:28,*29: “Al espíritu santo y a nosotros mismos [el cuerpo gobernante de la congregación cristiana] nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas [o a las que se haya dado muerte sin escurrirles la sangre] y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!” (Ahí el comer sangre se equipara a la idolatría y la fornicación, cosas en las cuales no deberíamos querer participar.)
Transfusiones de sangre
¿Está incluida la sangre humana en la prohibición bíblica?
Sí; y así lo entendieron los cristianos primitivos. Hechos 15:29 dice que “sigan absteniéndose de*[...] sangre”. No dice simplemente que se abstengan de sangre animal. (Compárese con Levítico 17:10, donde se prohibió comer “cualquier clase de sangre”.) Tertuliano (quien escribió en defensa de las creencias de los cristianos primitivos) declaró: “Entenderemos que el decreto prohibitorio sobre ‘la sangre’ es mucho mayor (decreto prohibitorio) sobre la sangre humana”. (The Ante-Nicene Fathers,*tomo*IV, pág.*86.)
¿Es en realidad lo mismo que comer sangre una transfusión?
En el hospital, cuando un paciente no puede comer por la boca, recibe alimentación por vía intravenosa. Ahora bien, ¿estaría realmente obedeciendo el mandato de ‘seguir absteniéndose de sangre’ la persona que nunca hubiera puesto sangre en su boca, pero aceptara sangre mediante una transfusión? (Hech. 15:29). A modo de comparación, imagínese que un médico le dice a cierto hombre que tiene que abstenerse del alcohol. ¿Estaría dicho hombre obedeciendo al médico si dejara de tomar bebidas alcohólicas, pero hiciera que le inyectaran el alcohol directamente en las venas?
En el caso de un paciente que rehúsa sangre, ¿hay tratamientos sustitutivos?
En muchos casos la sencilla solución salina, el lactato de Ringer y el dextrán pueden usarse para expandir el volumen del plasma, y estas sustancias están disponibles en casi todos los hospitales modernos. De hecho, al usar estas sustancias se evitan los riesgos que acompañan a las transfusiones de sangre. La publicación Canadian Anaesthetists’ Society Journal (enero de*1975, pág.*12) dice: “Los riesgos de la transfusión de sangre son las ventajas de los sustitutivos del plasma: se evitan la infección bacteriana o viral, las reacciones a las transfusiones y la sensibilización de Rh”. Los testigos de Jehová no tienen ninguna objeción religiosa al uso de soluciones no sanguíneas para expandir el plasma.
De hecho, los testigos de Jehová se benefician de mejor tratamiento médico porque no aceptan sangre. En la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology (1*de junio de*1968, pág.*395), cierto médico reconoció: “No hay duda de que el verse uno operando sin la posibilidad de administrar una transfusión le hace mejorar su cirugía. Uno se hace considerablemente más agresivo en cuanto a aplicar sujeción a todo vaso sangrante”.
Todo tipo de cirugía puede efectuarse con éxito sin transfusiones sanguíneas. Esto incluye operaciones a corazón abierto, cirugía cerebral, la amputación de miembros y la extirpación total de órganos cancerosos. El doctor Philip Roen, al escribir para New York State Journal of Medicine (15*de octubre de*1972, pág.*2527), dijo: “No hemos vacilado en practicar absolutamente ningún procedimiento quirúrgico indicado en presencia de la proscripción del reemplazo de la sangre”. El doctor Denton Cooley, del Instituto Cardíaco de Texas, E.U.A., dijo: “Nos impresionaron tanto los resultados que obtuvimos [al usar soluciones no sanguíneas para expandir el plasma] en los testigos de Jehová que empezamos a usar el procedimiento en todos nuestros pacientes cardíacos” (El periódico Union, de San Diego, 27*de diciembre de*1970, pág.*A-10). “La cirugía a corazón abierto ‘sin sangre’, que originalmente se desarrolló para los miembros adultos de la secta de los testigos de Jehová porque su religión prohíbe las transfusiones de sangre, ahora se ha adaptado para emplearla sin peligro en delicados procedimientos relacionados con el corazón de infantes y niños” (Cardiovascular News, febrero de*1984, pág.*5).